Córdoba CF

Gol no significa alegría

  • El Arcángel registra la mayor media de goles de la categoría, aunque eso no le ha valido al CCF para sacar más que diez de 21 puntos

  • Los de Sandoval son los que más encajan

Los jugadores del Córdoba colocan las porterías en la Ciudad Deportiva antes de arrancar un entrenamiento.

Los jugadores del Córdoba colocan las porterías en la Ciudad Deportiva antes de arrancar un entrenamiento. / juan ayala

La agónica victoria ante el Extremadura que logró el Córdoba el pasado sábado dejó una curiosa estadística a raíz de los seis goles que se registraron en el encuentro. El Arcángel es, de largo, el estadio que más goles ha registrado esta temporada en la Liga 1|2|3 con 23 tantos presencias, 12 anotados por el equipo blanquiverde y 11 en contra. La media en los siete partidos de liga que se han visto en el feudo cordobesista es de más de tres goles por fecha, algo inaudito pero que no ha dejado demasiado réditos al equipo de Sandoval. De hecho, el Córdoba sólo ha sido capaz de sumar 10 de los 21 puntos que ya se han puesto en liza en su estadio, a pesar de esa borrachera de goles que ha regalado a sus aficionados en este arranque liguero.

De hecho, atendiendo a los números como local que presentan los 22 equipos de la categoría de plata, el Córdoba es un el más goleador ante su público, pero también el más goleado. Los de Sandoval han hecho 12 goles ante su afición, números que no supera ningún rival y que solo pueden igualar el Granada y Las Palmas. En el plano negativo, los blanquiverdes son también el cuadro que más encaja como local, con 11 dianas, sólo igualado por el Extremadura, precisamente el rival del CCF el pasado sábado.

Sólo ante el Alcorcón faltaron los goles en los siete partidos del CCF ante su afición

En los sietes partidos que se han disputado hasta la fecha en El Arcángel los marcados son, en la mayoría de los casos, de infarto. El conjunto blanquiverde arrancó el curso con un 3-3 ante el Numancia y un 2-4 ante el Oviedo, resultados que dejaron paso al único empate sin goles registrado hasta el momento -ante el Alcorcón- y a dos empates frente al Tenerife y el Deportivo de La Coruña, ambos con tanteadores de 1-1. La pólvora volvió a tomar rienda suelta el pasado sábado, con otros seis tantos que elevan ya hasta 23 los goles que se han visto en El Arcángel.

Los datos evidencian que el Córdoba no tiene excesivos problemas para ver portería cuando actúa como local, pero dejan también claro que el principal handicap sigue siendo la defensa. En números globales el Córdoba es el equipo que más encaja de la categoría, algo que también se produce si se tienen en cuenta sólo los números como local. Por culpa de esa falta de solidez, al equipo de Sandoval se le han escapado muchos puntos ante su público, pues el CCF es solo el decimotercer mejor equipo como local, con diez puntos de 21.

Como ya señaló Sandoval en la rueda de prensa posterior al triunfo ante el Extremadura, la asignatura pendiente ahora que el equipo blanquiverde parece mejorar en cuanto al juego colectivo y de ataque sigue siendo el aspecto defensivo. Los datos de los equipos mejor clasificados le dan la razón al entrenador madrileño. El Málaga, por ejemplo, es el mejor equipo como local al hacer ganado sus seis partidos en La Rosaleda y lo ha conseguido en gran parte gracias a haber encajado solo un gol. El Granada, líder y segundo mejor equipo como local con 16 puntos de 18 posibles sumado no ha encajado más que tres goles, por no hablar del Alcorcón, también sólido como pocos con una sola diana concedida en su feudo.

Y es que en la Segunda División, los datos confirman la impresión de que los equipos ganadores se basan en la buena defensa de su portería como sustento. De ahí que la borrachera de goles que hasta la fecha se ha vivido en El Arcángel no haya significado necesariamente una alegría. Más importante que golpear al rival es evitar ser golpeado y en esa mejoría defensiva están depositadas muchas de las esperanzas del Córdoba de lograr la permanencia de una manera holgada y sin tener que padecer los sufrimientos vividos, sin ir más lejos, el curso pasado.

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