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Cuestión de supervivencia

  • Al filo de la zona de descenso, el CCF se obliga a ganar al colista para volver a tomar aire en su pelea por la permanencia y eliminar a un rival directo que no conoce la derrota en El Arcángel.

Rodri toca el balón ante el preparador físico, Cristóbal Fuentes, y Bíttolo, durante una sesión de trabajo en la Ciudad Deportiva.

Rodri toca el balón ante el preparador físico, Cristóbal Fuentes, y Bíttolo, durante una sesión de trabajo en la Ciudad Deportiva. / barrionuevo

Llegado este momento, poco importa qué o a quién haya que llevarse por delante para sobrevivir. A falta de siete jornadas y con la actual ya consumida por la mitad de los equipos, el Córdoba vive en el alambre, haciendo equilibrios encima de esa peligrosa línea imaginaria que a un lado esconde un cielo pintado de plata y al otro un infierno negro y tenebroso que ya produce escalofríos sólo con su efímero paso por la mente. De momento, los primeros resultados han dejado a los blanquiverdes al filo de ese oscuro pozo que es la zona de descenso -la victoria del UCAM ayer mete al Nàstic por el average-, obligando más si cabe al equipo a remontar el vuelo esta tarde para tomar nuevamente aire, para ver desde cierta distancia un peligro real que amenaza de veras. Todo lo que no sea ganar, aunque el empate podría valer también para no acabar la jornada metido en el agujero, sería visto como un notable paso atrás. No sólo por cómo pudiera quedar la tabla, sino también porque enfrente estará un colista prácticamente desahuciado cuyos números a domicilio son para echarse a temblar y contrastan de manera abrupta con la serie como local del conjunto de Luis Carrión desde hace un par de meses. Eso sí, el Mirandés nunca ha perdido en El Arcángel, por lo que las confianzas, en exceso, habrá que esconderlas debajo de la actitud, el aplomo y la valentía para evitar un disgusto que tiña de desesperanza el colorido que siempre trae de la mano mayo.

Con un calendario por delante salpicado de piedras y la enorme dificultad probada para rascar en los viajes, el Córdoba debe aferrarse a su recobrada fortaleza en casa para sacar adelante la temporada. Los dos próximos partidos en El Arcángel tienen que ser un pleno al 6 sí o sí, pues los enemigos andan metidos en la misma guerra y, por lo tanto, traen consigo ese valor doble en puntos y sensaciones. Pero antes de que a mediados de mayo aparezca el Reus, previa visita a Getafe, hoy toca mirar al Mirandés. O mejor no, porque a estas alturas poco importa el obstáculo a superar. Lo primordial es lo que uno mismo sea capaz de sacar. Da igual que el juego sea más o menos preciosista, da igual que el speaker cante más o menos goles. Importa sólo el fondo: vencer, dejar los tres puntos en casa, regalar una nueva alegría a una afición que sabe mejor que nadie lo mucho que hay en juego y así lo viene demostrando. Como hace dos semanas en el duelo, también directo, con el Almería, ganar hoy al Mirandés es continuar firme en la batalla por la permanencia, transmitir al resto una sensación de seguridad que, de lo contrario, quedaría dañada.

El 13 de 15 que da luz a la trayectoria reciente del CCF en El Arcángel esconde tras de sí un valor aún más importante: esos cinco visitantes andan en la misma guerra por la salvación. Y es más, en algún caso también los blanquiverdes tuvieron que afrontar el partido con el agua al cuello. La respuesta, como ha quedado demostrada, siempre fue positiva y eso supone un plus de motivación para la cita de esta tarde. Lo del Córdoba tiene arreglo; lo del Mirandés es cosa de poco menos que un milagro, pues la distancia a recortar en siete capítulos asciende a nueve puntos, que son precisamente los mismos que los burgaleses han sumado en todos los viajes hechos hasta la fecha; la serie actual es de tres derrotas consecutivas, ahí es nada...

Pero poco importa el rival, su situación y sus circunstancias. La prioridad es que el equipo de Carrión dé la talla y se acerque a su mejor versión competitiva, con actitud y compromiso. El técnico se verá obligado a recomponer su once por la baja por sanción de Antoñito, pero no parece que vaya a tocar muchas más piezas. Lo normal es que Héctor Rodas entre en el centro de la zaga y Caro vire al costado. La otra duda es si Juli desplazará a Markovic. El resto serán los que ganaron al Almería, los que puntuaron en Palma. En definitiva, los que tienen que ganar para dar otro paso más hacia la permanencia y eliminar a un rival de la carrera. Porque esto ya es una simple cuestión de supervivencia.

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