Tras consumar el fracaso de la temporada ante el Betis Deportivo, las explicaciones en el Córdoba CF llegaron en primer lugar desde la directiva, con la comparecencia de Javier González Calvo. Desde el vestuario, sin embargo, se guardaba un cómodo silencio, con los jugadores parapetados en la privacidad en la que trabajan en el día a día y sin que el club les empujara a dar la cara por su pobre rendimiento en el campo.

Como suele ser habitual en estos casos, tuvo que ser un hombre de la casa, cordobés y cordobesista, el que rompiera el hielo de la caseta para levantar la voz y asumir responsabilidades públicas. Ese jugador fue Bernardo Cruz, que a través de las redes sociales hizo autocrítica y pidió un esfuerzo para salvaguardar el proyecto de la entidad y no abocar al club a verse en la cuarta categoría del fútbol español.

Dolido todavía por lo acontecido en el partido ante el Betis Deportivo, un partido del que se marchó con lágrimas en los ojos, el segundo capitán blanquiverde asumió que la derrota fue "muy cruel, pero quien juega con fuego se quema".

Bernardo aseguró que los jugadores eran "conscientes y responsables del dolor y la decepción de nuestros aficionados y dirigentes", pero recordó que aún no es el momento de bajar los brazos. "Aún nos queda la posibilidad de dar un pequeño paso hacia LFP", apuntó, para apelar a la "rabia y valentía por el devenir de la entidad y el cordobesismo".