Alberto Jiménez, una rendija al optimismo en el Córdoba CF
Córdoba CF
El canario debutó como blanquiverde a un nivel notable 280 días después de su último partido profesional
La solvencia y seguridad en defensa del central de La Oliva es la mejor noticia para Germán Crespo
La caída a plomo del Córdoba CF: así ha dilapidado su colchón el equipo de Germán Crespo
El partido del pasado domingo en el Nuevo Mirador de Algeciras no dejó demasiadas noticias positivas para el Córdoba CF, que volvió a dejarse dos puntos en el camino para ver como los puestos de play off se alejan. Pero más allá del resultado del encuentro, hubo un par de factores en el rendimiento individual de dos de los fichajes invernales, Armando Shashoua y Alberto Jiménez, que pueden suponer un rayo de esperanza para creer en que la mejoría es posible.
El centrocampista inglés fue una grata noticia, mostrando clarividencia con el balón y personalidad para aprovechar la oportunidad que, por fin, le brindó Germán Crespo. Pero especialmente importante fue la actuación del central canario, por todos los condicionantes especiales que rodeaban a su estreno como jugador cordobesista.
El de La Oliva experimentó por fin su regreso al fútbol profesional más de mes y medio después de formalizar su fichaje por el Córdoba. Alberto fue la gran sorpresa del once inicial de Germán Crespo, que apostó por él en detrimento de José Alonso -cumplidor cuando se le ha necesitado- y de Jorge Moreno, que dejaba atrás un partido de sanción por su expulsión en Talavera.
Aunque se trata de un futbolista avalado por su trayectoria profesional, las incógnitas sobre su estado físico no eran pocas, después de que acumulase más de nueve meses sin haber disputado un partido. Concretamente, fueron 280 días de inactividad en lo que a la competición se refiere los que transcurrieron desde el último duelo que Alberto disputó con el Albacete hasta su debut con el Córdoba.
El defensa se despidió de los manchegos con el ascenso a Segunda División conseguido en la final del play off del curso pasado, disputada el 11 de junio en La Coruña. Desde entonces, había estado sin equipo en la primera parte de la temporada, para terminar recalando en el club de El Arcángel a primeros de febrero, una vez que el mercado invernal venció y el futbolista seguía en paro.
Pero pocos minutos sobre el césped del Nuevo Mirador bastaron para comprobar que Alberto Jiménez está llamado a ser un futbolista muy importante para el Córdoba en este tramo final. El canario sacó a relucir su solidez y autoridad a la hora de defender, cumpliendo con su cometido con seguridad y sin complicaciones. Su dominio de la situación y capacidad para minimizar esa inactividad arrastrada lo convirtieron en uno de los hombres más destacados del equipo de Germán Crespo ante el Algeciras.
Un rendimiento notable
Tanto fue así que, pese a no estar todavía en el punto óptimo de forma físico, el central fue capaz de completar los 90 minutos sin problemas aparentes. Tampoco hubo mácula alguna en su expediente, más allá de la jugada del gol del Algeciras en la que su responsabilidad es más colectiva como parte del sistema defensivo que individual, pues no fue el responsable directo de la desaplicación que aprovechó el rival.
Ahora que el Córdoba afronta las diez jornadas finales del campeonato con la necesidad de recuperar solidez defensiva para intentar rentabilizar al máximo su producción ofensiva, Alberto Jiménez es una grata noticia para Germán Crespo. El de La Oliva entró por fin en el equipo y lo hizo con buen pie, hasta el punto de dejar la sensación de que -salvo contratiempo físico- será complicado verlo de nuevo en el banquillo de suplentes.
Armando Shashoua despeja la 'X'
Si el papel de Alberto Jiménez fue una de las mejores noticias para el Córdoba CF en Algeciras, la otra fue sin duda el regreso de Armando Shashoua a los planes de Germán Crespo. El centrocampista inglés, cuya situación en el CCF era un auténtico expediente X, tuvo por fin la oportunidad de mostrarse después de chupar banquillo durante las últimas cuatro jornadas y tardó muy poco en dejar patente su clarividencia y personalidad a la hora de desempeñarse en el terreno de juego. Además de pedir el balón sin esconderse, el jugador cedido por el Ibiza inició la jugada del gol de Diarra, en la que se asoció con Kike Márquez para brindar una asistencia de lujo a su compañero. Fueron solo 30 minutos de juego los que tuvo, pero los exprimió al máximo y dejó patente que su ostracismo no estaba para nada justificado. Ahora, recuperado para la causa, cabe esperar que su protagonismo en el equipo vaya en aumento.
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