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Ahora sí es una final

  • El mal arranque ha disparado las críticas dentro y fuera del club hacia Sandoval y otorga a la visita del Tenerife carácter decisivo

José Ramón Sandoval controla un balón durante un entrenamiento del Córdoba en El Arcángel.

José Ramón Sandoval controla un balón durante un entrenamiento del Córdoba en El Arcángel. / jordi vidal

Cuando sólo han transcurrido cinco jornadas de competición, el Córdoba empieza a jugar finales. Así se puede calificar, ahora sí, el choque del sábado ante el Tenerife. Final sobre todo para la figura del entrenador, un José Ramón Sandoval que está en entredicho, tanto dentro como fuera del club, por el mal rendimiento que los blanquiverdes están demostrando en competición, donde sólo han sumado dos puntos de 15 posibles, con la única victoria oficial conseguida en el duelo de la segunda ronda de la Copa del Rey ante el Nástic.

Esos malos resultados han colocado al CCF en la penúltima posición de la tabla a las primeras de cambio, con dos puntos de desventaja respecto a la zona de permanencia. Pero más que esa distancia, todavía perfectamente salvable, lo que ha desatado el nerviosismo en torno a la figura del técnico es la imagen que el equipo viene transmitiendo en las últimas semanas. Tanto en un sector cada vez más importante de la afición como dentro de la entidad blanquiverde, las dudas sobre el trabajo que está desarrollando el técnico de Humanes se acrecentaron tras la clara derrota en Málaga. En La Rosaleda, el Córdoba dio síntomas graves de debilidad defensiva y careció de un patrón de juego definido que le permitiera hacer frente a un rival superior. Esa sensación de no haber competido, de que el equipo no mejora pese al paso de las semanas, es la que ha vuelto a generar serias dudas en el club respecto a la figura de Sandoval. Unas dudas que, en parte, ya provocaron que el madrileño no fuera renovado tras la salvación.

Por todo ello, a pesar de las especiales circunstancias en las que Sandoval regresó al club, en mitad de la pretemporada y con el equipo aún por confeccionar, hay quien en la entidad blanquiverde considera que ya ha transcurrido tiempo suficiente para que el equipo hubiera asimilado una idea de juego convincente que se tenía que haber traducido en una mayor cantidad de puntos en las primeras cinco jornadas. Algunas de las decisiones tácticas de las últimas semanas, como ayer mismo comentó la propia consejera Magdalena Entrenas en los micrófonos de Cadena Ser Córdoba, y la falta de resultados palpables, han puesto a Sandoval en una posición complicada si las victorias no empiezan a llegar desde ya, empezando por el partido del sábado ante un Tenerife que llega también necesitado de puntos y que ha sido el primer equipo de la categoría en cambiar de entrenador.

A Sandoval tampoco le han ayudado en su regreso al CCF ciertas tensiones que dejó en el vestuario del Córdoba tras su primera etapa. Unas diferencias que en su momento no fueron óbice para ofrecerle la vuelta, pero que ahora parecen sumarse como un argumento más a la hora de valorar la continuidad del técnico. Y es que, como acostumbra a pasar en el mundo del fútbol, cuando los resultados no acompañan la cuerda siempre suele romperse por el lado más débil, y ese suele ser siempre el entrenador.

Esa sensación de nerviosismo en el club ya la escenificó el director deportivo, Rafael Berges, cuando hace dos semanas calificó el choque ante el Alcorcón como una final para el Córdoba. Desde entonces, el conjunto blanquiverde sólo ganó en Copa del Rey y tras la derrota en Málaga la desconfianza en que la situación pueda mejorar a corto plazo ha crecido en el seno de la entidad, donde la posibilidad del relevo en el banquillo empieza a cobrar fuerza. Tanto es así que una hipotética derrota ante el Tenerife podría precipitar alguna decisión drástica en la parcela deportiva y un nuevo golpe de timón en un Córdoba que no gana para disgustos y en el que la calma suele ser una efímera compañera.

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