Día grande para la Virgen de la O. La prohermandad de Fátima, tras el visto bueno del Cabildo Catedralicio y del Ayuntamiento, pudo celebrar el 25 aniversario de la bendición de su titular por las calles de la ciudad. La lluvia frustró el día previsto, pero una semana después todo cambió. Fue un domingo de luz y de bulla. De incienso y de mucha esperanza.

Eran las 15:00 de la tarde cuando la prohermandad de la O inició su procesión extraordinaria desde la Mezquita-Catedral. Quedaba un largo camino hasta la parroquia de Nuestra Señora de la Aurora. Tras un rezo inicial, la cuadrilla de costaleros se puso manos a la obra para un recorrido de más de seis horas por las calles de la ciudad. Con la Virgen ya en un atestado Patio de los Naranjos, Jesús Ortigosa, capataz del primer paso de palio que salía en Andalucía, dedicó la primera levantá "a toda la gente que se llevó esta maldita pandemia".

Con centenares de fieles y devotos junto a la Reina de Fátima, la banda de la Esperanza puso las notas musicales a un radiante día. Al son de Esperanza Cordobesa y La Estrella Sublime, la Virgen de la O abandonó el Patio de los Naranjos por la Puerta de Santa Catalina. Las fotos y los vivas hacia la emperatriz de la Aurora fueron constantes.

Tras recorrer las estrechas calles de la Judería, la Virgen de la O, a su paso por Capitulares, recibió la ofrenda floral de la hermandad del Rocío de Córdoba. Con sones rocieros se acercó hasta la misma puerta de la iglesia de San Pablo. Luego avanzó el cortejo hacia San Andrés, donde se vivieron mágicos momentos con una esplendorosa petalá y con la Virgen llegando hasta el mismo templo de las cofradías de la Esperanza y el Buen Suceso.

La Virgen de la O abandona la Catedral por la Puerta de Santa Catalina.

Tras su paso por Hermanos López Diéguez, la corporación de Fátima tuvo que sobreponerse a algún que otro inconveniente con los faroles de las estrechas calles Yerbabuena y Jesús Nazareno. Aún así, la Virgen de la O avanzó con paso firme por San Agustín, Frailes, plaza del Cristo de Gracia, Ronda del Marrubial, Sagunto y la llegada a su barrio, donde la titular se reencontró con sus fieles y devotos. Eran los últimos metros de un día inolvidable para la prohermandad de Fátima, que vivió un domingo radiante de bulla, esperanza e intenso fervor cofrade.