Sencillamente increíble. Después de dos décadas sin apenas actividad, revivir la jornada de ayer en el aeropuerto fue, cuando menos, histórico. Pasajeros facturando maletas, familias enteras embarcando y aplausos en el aterrizaje en Vigo. No era para menos. Flysur completaba su primer vuelo dando paso a una nueva etapa en la historia de la ciudad y en su promoción turística. Era el primer trayecto en la historia de una compañía aérea andaluza, con base en el aeropuerto de Córdoba, ese aeródromo que parecía condenado a ser la eterna pista de segunda para aviones militares o de mercancías.

La experiencia fue todo un éxito y en cuatro horas, Flysur completó el trayecto de ida y vuelta a Vigo. Ya ha entrado en la historia y con buena nota. Gran comodidad, inmejorable trato y excelente catering son los tres pilares de esta compañía para la que se vislumbra un futuro interesante.

preparados para embarcar

Por lo histórico y único del momento, y también por la oportunidad de pasar el puente de la Fuensanta, la aeronave se llenó de cordobeses rumbo a tierras gallegas. Entre ellos, un grupo de seis amigos que decidieron inaugurar la línea aérea y, de paso, disfrutar de una vacaciones en Vigo.

"Nos hacía mucha ilusión estar presentes en el primer vuelo, se lo comenté a unos amigos y nos decidimos a pasar unos días allí", comentaba ayer Carmen Coleto. "Hemos hecho coincidir nuestra agendas y estamos muy ilusionados por este viaje, esperemos que todo vaya bien", aseguró otro de los pasajeros, Cristóbal Arriaza. Junto a ellos también estaba la familia Cano, con Francisco a la cabeza, su mujer Lourdes y sus hijos Daniel y Lourdes. "Hemos comprado el paquete promocional que incluye también la estancia en Vigo para pasar unos días agradables todos juntos", explicó el patriarca. Isabel y Guillermo Gómez llevaban también con orgullo, además de formar parte de la flota inaugural de Flysur, haber sido los primeros en conseguir el pasaje de avión "el día 18 de julio".

despegue suave y éxito en el aterrizaje

Los momentos previos al despegue de un avión siempre están envueltos en nerviosismo y expectación y ayer no era para menos. Tres pilotos, dos azafatas y 50 pasajeros levantaron el vuelo a las 10:45, 15 minutos después de lo previsto. "Pero si apenas se ha notado" decía José María Gómez sorprendido por la precisión del comandante y del ATR42. Ya estaban en el aire. Por delante quedaban dos horas de vuelo que fue más que entretenido. El consejero delegado de Flysur, Eduardo Gavilán, se encargaba de saludar a los viajeros que le felicitaban por su atrevimiento. "No creo en la valentía, sino en el trabajo", contestaba. A 20.000 pies de altura y una velocidad media de 300 kilómetros por hora, el surtido ibérico del catering servido por Sercolu sabía aún mejor. Jamón, queso y caña de lomo acompañado de ensaladilla y avellanas cordobesas. El aterrizaje, dos horas más tarde, proporcionó unas vistas espectaculares de Vigo y una llegada exitosas que desembocó en el aplauso de los viajeros.

los gallegos toman el relevo

El ATR42 no finalizó ayer su trabajo en Vigo, sino que regresó a Córdoba para después volar a Barcelona. Los gallegos comenzaron a embarcar en la aeronave que despegó a las 13:25. Eran las mismas caras de nervios, la misma ilusión por ser primeros en inaugurar una ruta que promete. Unir Galicia con el sur es una cuestión pendiente que Flysur ya ha saldado. Isabel era ayer una de las más personas más contentas por la puesta en marcha de la compañía. Cordobesa de nacimiento trabaja en el norte de Portugal, por lo que la conexión directa entre Vigo y Córdoba "me viene estupendamente". "Vengo a ver a mi familia, estoy un poco asustada, pero confío en que todo vaya bien". Lo fue. El caso de José Ramiro e Isabel es aún más especial. Disfrutaron de su luna de miel en Córdoba en el año 1979 y, casi 30 años después, un avión los trajo ayer de vuelta a una ciudad "muy especial para nosotros". El "Meliá", "los coches de caballos" y "el calor" son los recuerdos que conservan de su estancia, aunque se encontraron un paisaje bastante distinto, empezando por el famoso hotel.

de vuelta a córdoba pasando por oporto

El ATR42 es un avión que no vuela a demasiada altura, lo cual permite disfrutar de unas vistas fantásticas durante la mayor parte del trayecto. La ruta seguida por el comandante Víctor López trasladó a los pasajeros de Córdoba a Madrid, Salamanca, Oporto y Vigo, las mismas ciudades recorridas a las vuelta. Tanto el despegue como el aterrizaje fueron los mejores momentos para observar desde el aire la alineación montañosa de Sierra Morena o las rías gallegas. El aterrizaje de nuevo en Córdoba dejó en las retinas de los cordobeses una impresionante vista aérea de la ciudad en la que se distinguía perfectamente el Alcázar, la Mezquita, la plaza de toros y... las parcelas ilegales cercanas a la pista de aterrizaje. Todo un lujo.

Esta vez el catering preparado incluía un primer plato de ensalada y dos filetes de carne mechada, de la tierra, por supuesto. Y de postre el tan preciado pastel cordobés. Los gallegos degustaron encantados una de las señas de identidad de la ciudad.

el último vuelo del día a barcelona

Al filo de las 15:20 el avión procedente de Vigo pisaba suelo cordobés. En sólo cuatro horas había recorrido unos 2.000 kilómetros, nada mal para su estreno. Los pasajeros se fueron y mezclándose con los familiares y próximos pasajeros que cogían el mismo avión con destino a Barcelona. La Ciudad Condal es una de las más solicitadas hasta hora por los clientes de Flysur y la expectación era máxima. Junto a los usuarios se mezclaban también los curiosos que no se quisieron perder la puesta de largo del aeropuerto. "Han sido muchos años sin actividad y ahora resurge de nuevo", decía Rafael. A las 17:00 -con una hora y media de retraso debido a un problema en el respostaje del avión- el ATR42 realizó su último trayecto del día a Barcelona tras un día histórico para Córdoba.