Córdoba

La odisea del cordobés Carlos Molina para salir de Ucrania: "Tenemos mucho miedo"

  • El jugador profesional de balonmano trata de alcanzar la colapsada frontera polaca para dejar atrás la guerra

  • Su familia se moviliza en Córdoba para intentar agilizar una evacuación que se está eternizando

El cordobés Carlos Molina, en un partido con el Motor Zaporozhye.

El cordobés Carlos Molina, en un partido con el Motor Zaporozhye. / EFE

En medio de la barbarie que la invasión de Ucrania por parte del ejército de Rusia está causando, un cordobés trata de manera desesperada de huir del país. Se trata de Carlos Molina, el jugador profesional de balonmano que juega para el Motor Zaporozhye, quien ha solicitado ayuda de manera desesperada a través de las redes sociales debido a la agonía en la que se ha convertido su viaje hacia la frontera con Polonia, una de las principales vías de huida de los civiles ucranianos, lo que ha convertido las carreteras hacia el país polaco en vías prácticamente intransitables.

El estallido de la guerra en Ucrania sorprendió a Carlos Molina en pleno regreso precisamente de Polonia con su equipo, el Motor Zaporozhye. Allí, en Kielce, el conjunto ucraniano había disputado un partido de la Liga de Campeones. A su regreso a casa el pasado jueves, la expedición del Motor se topó con la imposibilidad de aterrizar en Zaporiyia y su vuelo fue desviado a Kiev. Allí, Molina y sus compañeros vieron como la instalación era desalojada, arrancando así un complicado viaje de regreso hacia la ciudad del Este de Ucrania, asentada a orillas del río Dniéper.

Mientras miles y miles de ucranianos se apresuraban a alcanzar la frontera con Polonia, colapsando las carreteras que salían de Kiev hacia el Oeste de Ucrania, la expedición del Motor recorría el camino contrario con la esperanza de, una vez en Zaporiyia, poder organizar la evacuación de los jugadores extranjeros del equipo. Entre ellos, un Carlos Molina que este sábado emprendió el viaje hacia Polonia por carretera, sin poder evitar los interminables atascos que están convirtiendo en una odisea el éxodo de miles de civiles desplazados por el terror del conflicto bélico.

A través de sus redes sociales, el cordobés ya expresó su preocupación este pasado sábado. "Tan cerca y a la vez tan lejos, estoy intentando tocar suelo europeo, pero cada vez que avanzamos todo me hace pensar que estoy más lejos. Gasolineras que van cerrando, desabasteciéndose con diez límite de diez litros por coche. Más dudas y una espera de días para cruzar la frontera", relataba Molina.

Horas más tarde, y con pocos avances por la tremenda cantidad de personas que huyen destino a Polonia, Carlos Molina lanzaba una súplica de ayuda ante la angustiosa situación que está padeciendo. "Estamos desesperados, queremos llegar a la frontera polaca, pero en las últimas 11 horas hemos recorrido solo 8,5 kilómetros, en las últimas tres horas tan solo 500 metros y en una hora, nada. Nos quedan 20 kilómetros a la frontera, lo que supone cuatro o cinco días de espera sin casi comida y muchísimo frío", escribía este domingo el cordobés.

Las condiciones meteorológicas están suponiendo, además, un condicionante más para que la desesperada huida de Ucrania se convierta en más agónica. "Durante el día hay ventiscas y aguanieve. Por la noche, -10ºC en campo abierto. Estamos pasando un frío horrible de noche para no gastar gasolina, porque cada vez va a menos y en la frontera se juntan coches con autobuses y con ucranianos que llegan caminando", explicaba el balonmanista.

"Tenemos mucho mucho miedo, el tiempo pasa, es una invasión en todo el país joder [sic], están tiroteando calles, bombardeando edificios, todo Dios escondiéndose con un temor horrible y las tropas enemigas cada vez más cerca de nuestra ubicación. ¡Ayuda, por favor!, suplicaba en su último mensaje Carlos Molina.

Su familia trata de movilizar ayuda

La angustia que está viviendo en primera persona Molina la sienten también sus familiares en Córdoba. A miles de kilómetros de distancia tratan de movilizar cualquier ayuda que pueda permitir al cordobés agilizar su salida de Ucrania. A través de las redes sociales, sus familiares han difundido un mensaje con la esperanza de que las autoridades españolas puedan tomar cartas en el asunto.

Hasta este domingo, el gobierno de España ha conseguido evacuar de territorio ucraniano a unos 150 españoles, que en dos convoyes distintos alcanzaron suelo polaco después de horas de viaje. En el último de ellos viajaban la embajadora española Silvia Cortés, así como el personal de la embajada y un grupo de civiles que habían pedido su evacuación a las autoridades españoles.

En la frontera entre Ucrania y Polonia, España ha desplegado a una veintena de efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO) para agilizar esas labores de evacuación de los españoles en la zona. Por otro lado, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, apuntó este sábado que todavía quedan unos 100 españoles en Ucrania que decidieron quedarse "por voluntad propia", aunque aseguró también que el Gobierno no va a escatimar esfuerzos en caso de que quieran volver, aunque reconoció que "es muy difícil" en este escenario de "guerra convencional abierta".

Uno de esos ciudadanos españoles es el cordobés Carlos Molina, quien a apenas 20 kilómetros de la frontera polaca aguarda con desesperación el momento de alcanzar el territorio de Polonia para empezara  poner fin a una auténtica pesadilla.

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