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Guerra en Ucrania
"Estoy cansado y sin dormir durante 24 horas". Tras desatarse el conflicto bélico en Ucrania, Carlos Molina, jugador cordobés de balonmano, está viviendo un partido que nunca le hubiera gustado jugar. El jugador cordobés, que milita en el Motor Zaporozhye, sigue buscando vías de escape tras un día ajetreado y en el que la energía empieza a agotarse. De momento, viaja en autobús con la directiva y resto de compañeros hacia la ciudad que lo acogió la temporada pasada, ya que es "nuestra única opción porque el resto de vías están muy colapsadas con kilómetros de coches buscando la frontera".
El relato de Carlos Molina es aterrador. Todo cambió en apenas unas horas cuando estalló el conflicto bélico y Putin ordenó el avance de sus tropas. Tras jugar contra el Kielce polaco este pasado miércoles (33-27), el ex del Córdoba de Balonmano explicó a el Día que "después del partido volvíamos en nuestro chárter para Zaporozhye, pero cuando estábamos a punto de aterrizar con el avión el capitán recibió un mensaje de que no podía aterrizar allí y que tenía que hacerlo en Kiev y que después a las dos horas podría despegar de nuevo".
Pero la odisea no paró ahí porque en el transcurso de esas dos horas "por megafonía nos comunicaron que teníamos que evacuar el aeropuerto inmediatamente. Lo evacuamos y estando fuera ya en el parking, escuchamos el estruendo de los bombardeos en la lejanía. Posiblemente estaban bombardeando el otro aeropuerto de la ciudad, que quería ser tomado por las tropas rusas", explicó Carlos Molina.
También indicó que estando en las afueras del aeropuerto, escucharon "como sobrevolaban los aviones caza por encima nuestra". "Estuvimos allí 40 minutos sin saber un poco que hacer, intentando que el mánager encontrase una solución y encontró un hotel, pero claro hemos estado andando con todas las bolsas, con todo el equipaje y los balones durante dos horas. Cogimos, además, un bus de línea y un tren, y después de tres horas hemos llegado al hotel", informó el jugador cordobés.
"Ahora de momento tenemos dos opciones, los jugadores europeos nos podemos marchar mañana en tren hasta la frontera con Polonia y los jugadores ucranianos podrían volver a Zaporozhye, ver a sus familiares y coger un autobús para ir a la frontera con nosotros", reconoció a este periódico. Además, recordó que "el martes jugamos con el PSG, el jueves contra el Barcelona y claro son partidos oficiales donde la EHF mandó un comunicado de que se deben jugar sí o sí y no había tiempo de posponerlos por calendario".
Desde la habitación del hotel, Carlos Molina ve que "hay una fila de camiones interminable, que han pasado transportes militares y demás, y esos transportes llevaban tanques". También escucharon "otro bombardeo" y esa es la situación del deportista cordobés que va de regreso a Zaporozhye en busca de soluciones para salir hacia la frontera. Cansado y con ganas de descansar, el ex del Córdoba BM vive en directo el conflicto bélico en Ucrania.
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