Córdoba

El juicio por el crimen de Los Patos queda visto para sentencia

  • La defensa insiste en que el agresor sufre un trastorno de la personalidad

El letrado encargado de la defensa de Pedro Moreno, procesado por el crimen de la quiosquera de Los Patos, de 87 años, insistió ayer en que el encartado padece un trastorno límite de la personalidad, tal y como expusieron los peritos durante el interrogatorio. La defensa se basó en este punto para concluir que los hechos constituyen un homicidio y no un asesinato. El letrado argumentó, además, que el procesado padece una drogodependencia moderada a la cocaína y grave al alcohol, aspectos que también sostuvieron los peritos. Estas adicciones limitaban -según el letrado- sus capacidades volitivas. El juicio quedó ayer visto para sentencia después de la intervención del letrado, que propuso que, en caso de que no se aprecie la eximente completa para el acusado, se le apliquen las atenuantes de trastorno, confesión y reparación del daño por haber indemnizado a las víctimas.

Durante su interrogatorio el pasado martes, Pedro Moreno confesó el crimen y realizó un relato pormenorizado de las fechorías que cometió el 16 de octubre del año pasado. Argumentó que su actitud se debió a un trastorno límite de la personalidad y a un abuso del alcohol y de la cocaína. En base a estas circunstancias, la Fiscalía modificó su escrito de acusación y rebajó de 28 a 19 años la petición de cárcel para el presunto asesino.

Según narró el procesado, aquella madrugada se quedó en la casa de su compañera sentimental y pasó casi toda la noche sin dormir, por lo que se levantó a las 06.00, se tomó un café solo, media botella de anís y consumió varias dosis de cocaína. El individuo cogió un cuchillo y, sobre las 09.30, se dirigió a un domicilio de la plaza de San Lorenzo con la intención de robar. Tras llamar a la puerta y conseguir que le abrieran con la excusa de que iba a entregar una carta certificada, sacó el arma y se la puso en el cuello a la propietaria del inmueble. Tras conseguir 180 euros, se marchó.

Pedro Moreno invirtió este dinero -según su relato- en beber cerveza por distintos bares y en jugar al bingo. Cuando le quedaba poco dinero, se metió en una tienda regentada por inmigrantes chicos en Ciudad Jardín y cogió un cuchillo grande, de unos 20 centímetros de hoja. Sobre el mediodía, se dirigió a los jardines de la Agricultura, donde se encontraba el quiosco de la víctima. Según su relato, entró en el establecimiento para pedirle el dinero que tuviera allí, pero al negarse ella le sacó el cuchillo para intimidarla. Según el acusado, la anciana se abalanzó sobre él y le dijo que le había pinchado. A partir de ahí, el procesado asegura que perdió el control y le asestó 33 cuchilladas, incluso cuando la mujer se desvaneció.

El acusado aseguró que en ese momento estaba "muy afectado por el consumo de alcohol" y aseguró que el primer pinchazo de la anciana no fue "intencionado". Si la víctima le hubiera dado el dinero, se habría ido sin dañarla, aseguró. Pedro Moreno fue detenido sobre las 19.30 en la plaza de Las Tendillas, después de acercarse a una joven y tocarle los genitales. Cuando la policía lo apresó, todavía conservaba el arma criminal.

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