Educación

Entre mascarillas y flechas en el suelo para llegar a clase

  • La actividad regresa a las aulas en medio de la segunda ola del covid 

Alumnos del colegio Maristas de Córdoba entran en el centro.

Alumnos del colegio Maristas de Córdoba entran en el centro. / Juan Ayala

De manera oficial, el curso 2020-2021 ha dado comienzo en la provincia de Córdoba y, con ello, más de 67.000 alumnos de Infantil de segundo ciclo, Primaria y Educación Especial han vuelto a las aulas después de seis meses de formación telemática por la pandemia del coronavirus. 

Una jornada en la que las calles aledañas a los centros educativos han recobrado aquellas estampas que parecen ahora lejanas en las que vuelven a sonar las risas y llantos también de los más pequeños a la hora de volver al cole y en las que se escucha de nuevo el característico ruido de las ruedas de las mochilas sobre el asfalto que muchos pequeños utilizan para llevar su material. Una jornada de esas que hacían falta ya para la memoria colectiva, pero con la incertidumbre como gran protagonista por temor al SARS-CoV-2 y en medio de la segunda ola del covid.

Es como refleja Mariló Franco, una madre de dos niños -una pequeña que inicia tercero de Primaria y un niño que ha comenzado tercero de Infantil- que este curso estudian en el colegio de La Inmaculada, en la céntrica plaza de la Compañía. 

"Los dos estaban muy contentos, con ganas de volver al colegio", explica y añade que ambos pequeños se costaron ayer pronto, mientras que hoy han madrugado sin problema para retomar sus rutinas escolares.

Eso si, también reconoce que en la vuelta a las aulas ha habido "algo de incertidumbre" debido a la crisis del coronavirus. Sin embargo, la entrada de parte del alumnado -que ha sido de manera escalonada- ha provocado el aplauso espontáneo de las familias que esperaban en la puerta a que este hecho se produjera. 

De manera ordenada y gradual, han accedido los alumnos del colegio Cervantes de la capital cordobesa. Con las manos atrás han ido entrando en sus aulas con la alegría de un primer día un tanto extraño por el hecho de llevar mascarilla y algún que otro amago de llanto por separarse de los padres después de casi seis meses en clase. 

Las entradas, sin duda, se han llevado a cabo de manera ordenada y, además, en algunos centros educativos -en los que no faltan las señalizaciones de los espacios y pasillos por los que ir- se ha tomado la temperatura al alumnado. 

Los corrillos han vuelto a las entradas de los centros educativos a primera hora de la mañana tal y como pasaba hasta marzo de este año, aunque las conversaciones mayoritarias se han centrado -cómo no- en el coronavirus, el temor y la incertidumbre a que se puedan producir contagios en las aulas. 

En ellos también se han escuchado recomendaciones a los más pequeños del tipo: "no te acerques mucho" o "no des la mano" o "no te quites la mascarilla". Unos consejos dados a modo de charla al igual que un entrenador da las últimas indicaciones cuando un jugador entre en el terreno de juego. Un terreno, el educativo, en el que está en juego el futuro de todos. 

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