La ilusión por una mejor calidad de vida

Niños y niñas procedentes de Bielorrusia y de los campamentos de refugiados en Tinduf llegan a la provincia para pasar la época estival en compañía de sus familias de acogida

Niños y niñas procentes de Tinduf y Bielorrusia celebran su llegada a la provincia en la Ciudad de los niños.
Niños y niñas procentes de Tinduf y Bielorrusia celebran su llegada a la provincia en la Ciudad de los niños.
Brenda Yepes

10 de julio 2014 - 01:00

Cada verano niños y niñas procedentes de Tinduf y Bielorrusia llegan a Córdoba con el objetivo de pasar unas vacaciones alejados de las desgracias que asolan sus países de origen. Los pequeños pasarán dos meses de verano envueltos en un ambiente familiar, disfrutando del bienestar y la calidad de vida que les ofrece la capital y su provincia. Con motivo de la llegada, la Ciudad de los niños celebró ayer la III Acogida Infantil a los niños y niñas bielorrusos y saharauis donde el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y los representantes de las diferentes asociaciones dieron la bienvenida a los pequeños y a sus familias de acogida."Queremos que los niños disfruten de la solidaridad del pueblo de Córdoba, que disfrutéis de estas familias, que os encontréis como en vuestra casa y que intentéis hacer un paréntesis en vuestra vida cotidiana", manifestó Nieto.

La Asociación Cordobesa de Amistad con los Niños y Niñas Saharauis (Acansa) ha organizado este proyecto de acogida durante 20 años bajo el nombre Vacaciones en paz. El pasado 28 de junio, 136 niños y niñas entre 8 y 12 años, diez más que el año pasado, llegaron a la provincia procedentes de los campamentos de refujiados de Tinduf, en Argelia, donde en verano se alcanzan temperaturas de 50 grados y los pequeños viven en condiciones extremas. Arturo Falcón, presidente de Acansa, agradeció especialmente a las familias de acogida por ser el principal motivo de este proyecto, ya que no solo acogen a los niños sino que ayudan a poder traerlos. Este es el caso de Fuencisla, que recibe en casa a Ndoruja, una niña saharaui de 11 años. Fuencisla, explica que este es el primer año de Ndoruja en Córdoba, aunque anteriormente ha pasado cinco años con una familia de acogida en Huesca. "Cuando acaba el verano siempre tengo ganas de que llegue el siguiente para volver", añade la pequeña.

El caso de Lisa con 15 años y procedente de Bielorrusia es distinto. Ella ha pasado los últimos siete veranos en la capital con sus padres de acogida Rosa y José. "Ahora estoy en el campus de verano donde hago tenis, pádel y natación, lo pasamos muy bien. Lo que más me gusta es vivir siempre con la misma familia", cuenta Lisa. Anida es la asociación que desde el año 2000 lucha por organizar la estancia de niños y niñas bielorrusos, afectados por la catástrofe de Chernóbil, en familias andaluzas durante el periodo estival. De esta forma los pequeños se benefician de una alimentación sana y sin contaminar y de un aire puro y limpio, además de detectar y tratar cualquier patología o carencia nutricional que padezcan los pequeños.

Durante el hermanamiento en la Ciudad de los niños los pequeños representaron una obra teatral y leyeron diferentes textos sobre su día a día y la situación de su país. En el acto, el alcalde de la ciudad enfatizó en la importancia de reconocer la labor que hacen estas asociaciones cordobesas, pero sobre todo que se recuerde el drama que viven estos niños y niñas en sus lugares de origen, que sólo buscan cariño y una mejor calidad de vida.

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