Toros

Córdoba se prepara para una Feria Taurina de expectativas y alicientes

Manuel Román, durante su debut con picadores en Linares, el pasado 28 de febrero.

Manuel Román, durante su debut con picadores en Linares, el pasado 28 de febrero. / Salvador Giménez

Un año después, el coso de Los Califas volverá a abrir sus puertas. En esta ocasión, para gozo de los aficionados a la fiesta de los toros, será para albergar nuevamente un ciclo -tres tardes, la primera este sábado y las siguientes el próximo fin de semana-, tal vez demasiado breve, de espectáculos taurinos. La plaza de Ciudad Jardín será marco, un año más, a la Feria Taurina en honor de la Virgen de la Salud.

Es triste que el monumental coliseo, ideado por el insigne arquitecto José Rebollo Dicenta, sea escenario de todo tipo de espectáculos durante el año, la mayoría de ellos sin nexo alguno con la concepción originaria del inmueble, que no es otra que la celebración de corridas de toros, siendo Córdoba la plaza de primera categoría que menor número de festejos relacionados con la tauromaquia programa durante el año. Es hora de que Córdoba vuelva a ser plaza relevante en el llamado planeta de los toros. Siempre fue plaza de temporada, carácter que se perdió al concentrar toda la programación taurina durante la semana de feria, lo que hacía que el abono resultará a veces -las muchas- artificioso, forzado y tedioso.

En esta edición de 2023, Lances de Futuro, la empresa que rige los destinos del coso califal, ha dispuesto tres festejos, aunque solo dos de ellos serán celebrados en fechas coincidentes con la feria. El abono se iniciará este sábado 13 de mayo, con una novillada con picadores en la que la más firme promesa del toreo cordobés, Manuel Román, se presentará ante sus paisanos y en una plaza de primera categoría.

El jovencísimo novillero de Santa Marina estoqueará en solitario cuatro utreros –¿por qué no seis como marca la tradición?- de las afamadas ganaderías de Jandilla y Fuente Ymbro, propiedad esta segunda del cordobés Ricardo Gallardo. Manuel Román es un proyecto de torero excepcional. Elegante, ortodoxo y con una cabeza privilegiada ha hecho que tenga en la ciudad un gran número de seguidores.

El pasado año toreó un buen número de festejos sin picar, destacando por las cualidades mencionadas, lo que hizo que los taurinos Juan Collado y Ruiz Palomares se hiciesen cargo de su incipiente carrera. Poco ha durado esta relación profesional, pues hace pocas semanas, en un escueto comunicado, Román mostró su decisión de dar por finalizado este apoderamiento.

Con la máxima expectación, tanto por su presentación en su tierra, así como por saber quién puede manejar su carrera profesional en el futuro, llega Manuel Román. Seguro que a poco que los utreros embistan, el espectáculo estará garantizado. Linares y Pozoblanco ya conocer cómo se las gasta el torero criado en la Lagunilla.

Un mini ciclo con Finito, Roca Rey, Morante...

Una semana después, el sábado 20, tendrá lugar el primero de los festejos mayores. En el cartel se anuncian toros de Domingo Hernández, para Morante de la Puebla, Juan Ortega y Roca Rey. Sobre el papel, un cartelazo.

Morante de la Puebla, tras salir por la Puerta del Príncipe de la Maestranza en la pasada Feria de Abril. Morante de la Puebla, tras salir por la Puerta del Príncipe de la Maestranza en la pasada Feria de Abril.

Morante de la Puebla, tras salir por la Puerta del Príncipe de la Maestranza en la pasada Feria de Abril. / Juan Carlos Muñoz

Morante de la Puebla viene de escribir una página en la historia del toreo cortando un rabo en la Maestranza sevillana, tras una faena que muchos han catalogado como perfecta, tanto por el oficio demostrado por el espada cigarrero, así como por la enorme carga estética que descargó sobre el dorado albero sevillano. Aunque en la primera de sus comparecencias en Madrid, las cosas no rodaron como todos esperaban, Morante no ha perdido crédito alguno, lo que hace que llegue a Córdoba, plaza que le es muy favorable, en un momento álgido de su carrera.

Juan Ortega vuelve a Córdoba, a la que está unido por lazos de tiempos no tan pasados cuando cursaba en la ciudad sus estudios universitarios, con una expectación relevante. Ortega es un torero que precisa de un triunfo importante en una plaza de categoría. Es un buen torero. Excepcional capotero y con un concepto clásico y pinturero ante los toros. En Málaga lo demostró y en Sevilla dejó trazos inolvidables en un cuadro inacabado. ¿Será Córdoba testigo definitivo de lo que bosqueja Juan Ortega?

Cierra el cartel el torero con más tirón taquillero de la actualidad. El peruano Roca Rey tira del carro y soporta el peso de la púrpura. Calificado como heterodoxo y superficial, la autentica verdad es que Roca Rey lleva gente a la plaza y, encima de eso, triunfa a poco que sus oponentes le brinden la menor ocasión. Triunfador en Valencia, y acreedor de una Puerta del Príncipe en Sevilla, llega a Córdoba dispuesto a demostrar el lugar que ocupa en la actualidad. Su carisma, su magnetismo con el sector más joven de los tendidos, ya son un aval. Solo queda que los toros de Domingo Hernández colaboren y brinden bravas embestidas para garantizar un buen espectáculo, ya que sobre el papel, la combinación de toreros promete una buena tarde.

El mini ciclo -por historia, tradición y peso en el toreo, a la feria le cabe un festejo más-, concluirá el domingo 21, donde se celebrará una corrida de toros en la que están acartelados Juan Serrano, Finito de Córdoba, Alejandro Talavante y Pablo Aguado, quienes se enfrentaran a un encierro de Álvaro Núñez, que repite en Córdoba tras el éxito del pasado año, donde jugó una interesantísima corrida de toros, que permitió la salida a hombros por la puerta califal a Roca Rey y al toricantano Javier Moreno, Lagartijo, quien se ganó esa tarde la repetición en la presente edición.

Vuelve Finito de Córdoba a su plaza. Torero al que no hay que descubrir. Torero que a poco que un toro le meta la cabeza en los trebejos de torear puede montar un acontecimiento singular. Un torero que en otra época hubiera sido un torero de culto. Hoy la fiesta ha perdido el alma y una trayectoria intachable, pronto es olvidada. Pero ahí estará un año más. En su plaza y ante su público, esperando la ocasión de dictar una lección magistral.

Finito de Córdoba, durante su última aparición en el coso de Los Califas. Finito de Córdoba, durante su última aparición en el coso de Los Califas.

Finito de Córdoba, durante su última aparición en el coso de Los Califas. / Juan Ayala

Caso parecido es el de Alejandro Talavante que, tras años de figurar entre los primeros del escalafón, decidió apartarse del mundo del toro, para volver durante la temporada pasada. Es cierto que Talavante no está a la altura de sus mejores tiempos. El extremeño ha acusado la inactividad, pero el que tuvo, retuvo, y no es de extrañar, que si las musas le son favorables, la mejor versión de Talavante puede aparecer en Los Califas.

Cierra el cartel el sevillano Pablo Aguado, otro torero esperado con paciencia por el público. Aguado es de esos toreros capaces de levantar a la gente de sus asientos como muy pocos. Empaque, elegancia, naturalidad y una torería innata son sus avales, los mismos que le dieron el crédito suficiente hace unos años para abrir la Puerta del Príncipe sevillana y colocarse en figura. Hasta la presente, también hay que tener en cuenta el factor Covid, así como una inoportuna lesión, Aguado anda en la busca de su particular piedra filosofal para bordar el toreo que atesora.

Resumiendo, una feria breve, pero con muchos alicientes tanto para el aficionado más cabal, como para el espectador ocasional. Solo falta que los toros sean bravos y los toreros estén inspirados. Los goznes de la puerta de cuadrillas están a punto de abrirse en este 2023. Como diría un castizo: ¡Que Dios reparta suerte!

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