Las personas que tienen más de veinte lunares en el cuerpo deben hacerse revisiones médicas cada año para vigilar la evolución de los mismos ya que se trata de una población "de riesgo", aunque en muchos de los casos no llegan a derivar en una enfermedad de la piel. El dermatólogo del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, José Espejo, explicó en ese sentido que las personas que poseen más riesgo de tener lunares son las de piel clara, las personas pelirrojas, las que tengan familiares con muchos lunares o las que permanecen mucho tiempo expuestas al sol.

Es importante ver la evolución de los lunares, "hay que estar atentos a cambios sospechosos", indicó Espejo, quien señaló que estos cambios se reflejan en un crecimiento excesivo del lunar, picor o dolor en los mismos, o que comiencen a sangrar. En estos casos es necesario hacer un examen clínico que puede recomendar la extirpación y posterior análisis del lunar, operación que se realiza de manera rápida y sin dolor, según el médico, quien añadió que no todos se tienen que quitar porque la mayoría de las veces son benignos y en muchas ocasiones se extirpan por cuestiones estéticas.

Para el dermatólogo es fundamental proteger la piel del sol y para ello recomienda utilizar protectores del 50 o aún más altos, porque los de baja y media protección "no sirven para nada", además de recomendar el uso de ropa de color oscuro.

Según Espejo, no sólo es necesario utilizar protección en la playa o en trabajos que requieran la exposición solar sino incluso a la hora de salir a la calle, "especialmente en Andalucía", donde hay muchas horas de sol y éste es muy fuerte.