Expertos cuestionan la gestión en la Mezquita-Catedral y el uso de una capilla como almacén tras el incendio

Patrimonio

Piden un mayor control por parte de las administraciones públicas y especialistas a través de un patronato o consorcio

Así es el sistema de detección de incendios de la Mezquita-Catedral

Arquitectos y conservadores revisan el estado de las cubiertas de la Mezquita-Catedral tras el incendio. / Miguel Ángel Salas

La utilización de una capilla de la Mezquita-Catedral como almacén de sillas de madera y barredoras eléctricas que, según las primeras hipótesis, han podido ser el origen del incendio que sufrió el monumento el pasado viernes, 8 de agosto, está recibiendo críticas desde diferentes sectores de la sociedad.

Tanto el Ateneo de Córdoba como la Junta Islámica y la Plataforma Mezquita-Catedral han rechazado este uso por parte del Cabildo y han pedido que se haga una investigación "seria y profunda" sobre lo ocurrido. El Cabildo, por su parte, ha difundido que este mismo año había comprado dos locales en la cercana calle Encarnación precisamente para trasladar allí los enseres en cuestión, pero en la actualidad se encuentran en obras.

Sea como fuere, las sillas y barredoras eléctricas llevan años guardándose en esta capilla, que estaba tapada a los ojos del visitante con una cortina. Está situada junto a la capilla de la Anunciación, cuyo techo ha colapsado y cuyo patrimonio artístico ha resultado seriamente dañado.

Agujero en las cubiertas de la Mezquita-Catedral causado por el fuego. / Miguel Ángel Salas

Después del gran susto que puso en vilo a Córdoba y a toda España, varios expertos consultados por este periódico han calificado de "negligencia" el uso como almacén de un espacio del monumento, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984, y que en él se guarden elementos eléctricos con baterías, como las barredoras.

El tratamiento adecuado de los bienes patrimoniales

El antropólogo Isidoro Moreno cree que lo que ha sucedido refleja "la falta de un adecuado tratamiento de nuestros bienes culturales". "No es admisible que quienes tienen la titularidad de un bien cultural, en este caso de la Mezquita-Catedral de Córdoba, uno de los referentes fundamentales de nuestra identidad cultural andaluza, no tengan el suficiente y adecuado tratamiento de esos bienes", apunta.

Por su parte, la arqueóloga Cristina Camacho resalta que este suceso pone "los pelos de punta" y hace que "se haya perdido esa sensación de seguridad de que la Mezquita estaba bien protegida", aunque recuerda que "también se quemó Notre Dame".

"Negligencia o accidente, no lo sé", aclara, pero no le parece "normal que una capilla se utilice de almacén" y entiende que "el Cabildo tiene que tener una serie de recintos" para este fin. "No es cuestión de apuntar a nadie porque me consta que restauradores, conservadores y arqueólogos que trabajan para el Cabildo lo han pasado muy mal y se vuelcan con el edificio en todos los sentidos", añade.

Nave afectada por el incendio en la Mezquita-Catedral. / Miguel Ángel Salas

Al enterarse del incendio el pasado viernes, Camacho pensó que debía ser en el Patio de los Naranjos: "No me parecía que fuese dentro porque todos pensamos que está muy protegido". "Tras haber funcionado muy bien el protocolo y la rápida actuación de los bomberos, ahora hay preguntas que hay que responder", asevera.

"Hay que poner sobre la mesa muchas cosas para determinar si ha sido negligencia o accidente", incide la historiadora.

El peligro de las baterías

Sobre el almacenaje de barredoras con baterías, el catedrático en Antropología Social y Cultural recuerda que en los últimos años "incluso se ha prohibido la carga de patinetes eléctricos en lugares públicos y que se suban a trenes porque se ha mostrado peligroso".

En este sentido, se han producido varias explosiones de baterías de patinetes tanto en viviendas de varias ciudades de España como en espacios públicos como el tranvía de Alicante o el metro de Madrid. Igualmente, se han registrado incedios en viviendas con víctimas mortales originados por la explosión de las baterías de móviles que se dejaron cargando por la noche sin supervisión.

"Esto es sabido, entonces, que unas medidas mínimas de prudencia no se tengan en un monumento como la Mezquita a mí me parece una negligencia por la que deberían de asumir responsabilidades quienes no están pendientes del adecuado mantenimiento del bien", manifiesta Moreno.

Como antropólogo y analista del patrimonio cultural andaluz cree que "esto es una barbaridad y que, además, deberían de quedar claras las responsabilidades" porque "quienes tienen la titularidad de un bien cultural tienen obligaciones legales de mantenerlo adecuadamente".

Un bombero, en la zona afectada por el incendio en la Mezquita-Catedral. / Miguel Ángel Salas

"Es muy fácil decir que es un accidente, pero es que hay accidentes que ocurren si tienen las condiciones para que puedan ocurrir", puntualiza, añadiendo que "hay que tratar de que esas condiciones no se den". Por eso, piensa que, en este caso concreto, "ha habido una negligencia culpa de los responsables, que es claramente el Cabildo Catedral".

En esa línea, el profesor de Derecho de la Universidad de Córdoba (UCO) Antonio Manuel Rodríguez apunta que "hay una certeza, y es que no sabemos lo que ha sido, pero sí sabemos lo que no ha sido: sabemos que no ha sido premeditado y sabemos que no le ha caído un rayo".

Por lo tanto, "no ha sido un accidente, ha sido consecuencia de una actitud negligente de las instituciones y las administraciones que tienen que gestionar y velar por el monumento, no solo el Cabildo, a quien se le ha autoconcedido la gestión de la Mezquita de Córdoba, sino que hay muchas más administraciones implicadas" como "el Ayuntamiento, que desde tiempo inmemorial ha intervenido en la gestión de la Mezquita, la Junta de Andalucía, a quien le corresponde la tutela, el Ministerio de Cultura y la Unesco".

"Es tal la dimensión de las instituciones que tienen que velar de forma activa o pasiva, mirando para otro lado, por la gestión del monumento, que la investigación tiene que ser transparente y rigurosa porque, sin lugar a dudas, es consecuencia de una mala gestión del patrimonio", asevera. En este caso, espera que "se sepan con certeza las causas y, por supuesto, que se depuren las responsabilidades".

La creación de un patronato o consorcio

La creación de un patronato formado por varias administraciones públicas y expertos que cuide y vigile el estado de la Mezquita-Catedral ha vuelto a saltar a la palestra estos días tras el incendio. En el caso de Isidoro Moreno, aboga por un consorcio porque "la Mezquita es algo tan importante que no se puede dejar solamente en manos del Obispado y del Cabildo".

Por su parte, Antonio Manuel señala que "no puede ser que la Mezquita tenga un valor excepcional, que todos presumamos de ello y que, sin embargo, no esté gestionada por un patronato en el que estén presentes todas las administraciones, todas las instituciones y la ciudadanía de Córdoba". "No tiene sentido que eso ocurra en Medina Azahara, que ocurra en la Alhambra y que no ocurra en la Mezquita de Córdoba, no tiene ningún sentido", puntualiza.

Al respecto, agrega que "nadie está cuestionando el uso cultual de la Mezquita de Córdoba, nadie está cuestionando que la Mezquita además sea una Catedral y que tenga el derecho, por supuesto, a celebrar el culto católico, pero lo que no tiene ningún sentido es que los miembros de una confesión sean los que gestionen un monumento que es Patrimonio Mundial y que lo hagan de una manera tan chapucera" porque "no tiene ningún sentido que las capillas de la Mezquita de Córdoba se utilicen como trastero".

"Con sinceridad, poco nos pasa, y ojalá esto sea un antes y un después para que obre el sentido común", finaliza Antonio Manuel.

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