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Una etiqueta inventada en Córdoba impide falsificar obras de arte

Joaquín Aguilar y Enrique García Salcines.

Joaquín Aguilar y Enrique García Salcines. / Rafa Alcaide / Efe

Un sistema inventado en Córdoba, por una empresa que surgió de su Universidad y que incluye una etiqueta con los mismos sistemas de seguridad que los billetes de curso legal, impide la falsificación de obras de arte y ofrece seguridad a su comercio.

El método vincula la etiqueta que se adhiere a la obra de arte y sus datos a una base pública y redundante, y así "lo que hacemos es blindar las obras de arte y, de alguna manera, también certificar la propiedad", según ha afirmado a EFE Joaquín Aguilar, director ejecutivo de DigitArt, la empresa que tiene en trámite de patentar el sistema.

DigitArt parte en cierta manera, comenta Enrique García Salcines, su director técnico y profesor de Ingeniería Informática de la Universidad de Córdoba, de "la labor que hemos venido desarrollando en el grupo de investigación Texpia" de la institución académica y "con el objetivo de alguna forma de hacer seguro el comercio de arte".

Aguilar señala que "el arte ha estado siempre asociado al fraude; se estima que entre un 10 y un 40% de las obras que hay en el mundo son falsas", en una estimación que no se atribuye él, sino que parte, enfatiza, del director de Museo de Arte Moderno de Nueva York, que "se inclina más por el 40". Esto hace que haya "muchas obras en grandes pinacotecas que son falsas".

Protección integral

Por eso, lo que ofrece DigiArt "es una solución integral de protección que se basa en un concepto totalmente nuevo, que es el concepto de identidad digital de obra de arte", refiere Aguilar, que explica que "lo que hacemos es dotar al cuadro o la escultura, basta que tenga una superficie lisa para que el soporte de seguridad se adhiera", para crear "un elemento único obra, y soporte forma una entidad única".

Eso es posible gracias a un pegamento acrílico que hace que se inviable separar la etiqueta de la obra y, si se logra, volver a pegarla sin detectar la manipulación, ya que el distintivo único para cada creación dispone de elementos que lo hacen antiviolable y antifalsificación.

Se trata de un desarrollo de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre bajo requerimiento de DigitArt en un sistema que en conjunto se denomina Pukkart.

En el caso de la etiqueta, "tiene una serie de medidas de medidas muy similares a los de los billetes que impide que pueda ser falsificada", además de un troquelado que permite detectar si ha sido despegada.

Autoría de la obra nueva

Pukkart no puede certificar, obviamente, si un cuadro ha sido pintado por Murillo o Velázquez, pero sí certificar la autoría de obras nuevas por quien la registra en la actualidad y, además, asegurar la propiedad de las actuales, como es el caso del Museo Julio Romero de Torres, que depende del Ayuntamiento de Córdoba, que ha asegurado con este sistema sus obras para garantizar la autenticidad de las mismas, por ejemplo, en los casos de préstamo.

"El objetivo de nuestro sistema de certificación es intentar hacer que cualquier actividad de compraventa de obras de arte se efectúe bajo una cierta seguridad", asevera Enrique García, un principio que se aplica ya en la pinacoteca cordobesa aunque en el mercado del préstamo.

La etiqueta tiene "un sistema que llamamos de troquelado o de cortes que impide que cuando la pegas en el reverso de la obra e intentas quitarla, automáticamente se rompe" y al recomponerla, por ejemplo sobre la falsificación, mediante infrarrojos o ultravioleta, se detecta el fraude, advierte el responsable técnico de la empresa, aunque no sea detectable a simple vista.

El director ejecutivo no tiene duda: "Cualquier alteración de soporte genera una violación realmente de la obra que se detecta inmediatamente".

La etiqueta incluye un código QR, "un elemento de conectividad que lo vincula directamente a una base de datos, en este caso utilizamos una base de datos distribuidas, es lo que se conoce como blockchain, que incorpora todos sus datos, imagen, autor, medidas…, que previamente tenemos definido, de manera que sean inmutables y además están encriptados", precisa Joaquín Aguilar.

La ventaja es que el usuario y la experiencia de usuario puede obtener todos los datos de la obra escaneando el código QR, y que a la hora de verificar sobre todo los datos de esa obra se puedan obtener directamente, sin que pueda existir manipulación de la base de datos, al estar en una blockchain pública y redundante, "con miles de nodos que guardan información de esa obra, frente a lo que ocurre en el sistema centralizado".

Nuevos productos

Este es el primer producto de seguridad en el comercio de obras de arte, ya presentado en la Feria de Arte de Miami, pero "no va a ser el único", comenta Enrique García, que avanza que trabajan en "una plataforma de certificación de obra de arte plástico y de patrimonio histórico artístico", aunque Pukkart pueda ya certificar obras digitales.

Joaquín Aguilar subraya que "queremos aumentar el número de casos ya tenemos línea de investigación sobre todo a la hora de desarrollar otro tipo de soportes de seguridad y sobre todo otro tipo de soluciones muchas veces a la compraventa de obras".

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