Entrevista a José García Román | Presidente del Córdoba Patrimonio de la Humanidad

“Esto es un proyecto de ciudad en el que vamos con nuestra verdad por delante”

  • "En ningún momento pensé en llegar a Primera División", reconoce el artífice del equipo de fútbol sala, que ha trascendido del deporte para convertirse en un referente social de toda una ciudad

José García Román, en la pista de Vista Alegre antes del último amistoso de su equipo.

José García Román, en la pista de Vista Alegre antes del último amistoso de su equipo. / Juan Ayala

Hace apenas un año, José García Román caminaba por Córdoba en la comodidad del anonimato. Ahora, raro es el día que alguien no le pide una foto por la calle. Una situación que, confiesa, sigue superándole por timidez, pero que se toma como el reconocimiento al trabajo bien hecho. Y es que en seis temporadas, este cordobés ha resucitado el fútbol sala en la capital para ponerlo en la élite y devolver a Córdoba al primer plano deportivo nacional. En unos días arranca el sueño del Córdoba Patrimonio de la Humanidad en Primera División. Un proyecto que ha trascendido el deporte y que ya es referente social para la ciudad.

–Con el éxito ha llegado también el reconocimiento pero, ¿quién es José García Román? ¿Cómo entra al deporte cordobés?

–Lo cierto es que yo no soy un hombre del fútbol sala. A mí siempre me ha gustado el deporte y he sido un hombre de fútbol, en el que he sido casi de todo, desde entrenador a directivo e incluso árbitro. Y luego, entre unas cosas y otras, trabajé en prensa casi 20 años. De ese contacto directo con es de donde me nace la inquietud de montar un equipo de fútbol sala. En este deporte hay muchos jugadores de élite en la provincia y a mí me indignaba ver que no teníamos un equipo ni en categoría provincial. Ahí empezamos y, no te voy a engañar, en ningún momento pensé en llegar a Primera División. Nuestros proyectos han sido muy modestos. Pero a base de mucho trabajo y algo de suerte, que es determinante, estamos ahí, con un equipo de Córdoba en la élite.

–Su club tiene apenas seis temporadas de vida y viene ascendiendo desde las categorías más bajas. ¿En qué momento empezó a ser un proyecto muy serio?

–Hombre, serio se puso cuando ascendimos a Segunda, pero realmente lo de subir a Primera hasta que no se produjo ni siquiera me lo había planteado. Peleábamos contra equipos de presupuestos muy superiores. Pero tengo que reconocer que el grupo humano que había en la plantilla fue el que empujó para el ascenso y esperamos que siga siendo un puntal.

–El éxito llegó con un grupo de trabajo plenamente cordobés.

–Esa es la idiosincrasia con la que yo entiendo el deporte, pero además se juntó con la modestia de nuestro proyecto. Yo no puedo negarle dinero a un jugador de aquí para traerlos de fuera. Se trataba de demostrar que en Córdoba había calidad de sobra. El equipo viene gestándose desde Tercera, tuvimos la suerte de formar un núcleo duro al que se la han ido sumando jugadores. Hemos mostrado seriedad a jugadores que sabían que podían ganar menos aquí pero a cambio ganaban cosas como estar en casa o jugar en Vista Alegre, que supone un sueño para ellos.

"Queremos ser ejemplares en todas las facetas que nos exige la Liga; el club tiene que dar muestra de señorío"

–¿Ha costado dar el salto de profesionalizar un club amateur?

–Ese es el reto que tenemos. Yo considero profesionalidad tener a todo el mundo a gusto. Estamos poniendo todo de nuestra mano para que los nuevos estén cómodos. En cuanto a estructura, tenemos mucho que crecer. Hemos tenido la suerte de sumar al proyecto a gente muy válida que ha salido del Córdoba que, sumada a gente del fútbol sala como por ejemplo Rafa García, nuestro director deportivo, han hecho un buen grupo. Queremos ser ejemplares en todas las facetas que nos exige la Liga. El club tiene que dar muestra de señorío y que tanto los rivales como los árbitros queden siempre contentos con el trato.

–¿Qué poder de seducción es necesario para enganchar a los patrocinadores?

–Yo creo que el anzuelo no soy yo, es ver Vista Alegre como se ha visto estos meses. La comprobación de que esto es un proyecto de ciudad en el que vamos con nuestra verdad por delante. Yo le estoy muy agradecido a la sociedad cordobesa. Muchas veces se habla del senequismo cordobés pero estamos viendo que está toda la ciudad volcada. En el caso del Ayuntamiento, es la mejor inversión que han podido hacer. Por 75.000 euros se va a vender la marca Córdoba Patrimonio de la Humanidad por toda España y el mundo. Vamos a estar en todas las televisiones y los medios de comunicación. Los datos de la Liga dieron al Jaén 13 millones de retorno económico el año pasado. Con la mitad de esos números, fíjate lo que sería. No me cabe duda de que es la mejor inversión posible.

–¿Es Córdoba una ciudad complicada para buscar apoyos?

–Yo siempre pienso que una ciudad que es la duodécima del país en población y que durante tantos años no haya tenido deporte de élite… algo ha fallado. En los representantes políticos, por supuesto, pero también en los gestores que ha habido. Es muy fácil decir que no tienes apoyo de las instituciones pero casi sin apoyo llegamos nosotros a Segunda. Sabéis que el Imdeco todavía nos debe los dos últimos años de subvención.

–Parecía imposible que triunfara un proyecto deportivo en Córdoba.

–Todo lo que no sea trabajar con modestia… Un club es mucho más que poner dinero. Un club es formar masa social alrededor, que la gente que pase por él se sienta orgullosa. Yo siento envidia sana de clubes como el Cajasur Córdoba de Balonmano o el Adecor, que son muchas las generaciones que han pasado por ahí. Nosotros aún somos jóvenes y tenemos que ir formando esa cultura de club. Sólo así yo creo que podremos llegar a ser más grandes de lo que somos, dentro de nuestra modestia.

"Es muy fácil decir que no tienes apoyo de las instituciones, pero casi sin apoyo llegamos nosotros a Segunda”

–Van a tener un presupuesto más allá de los 600.000 euros. ¿Cómo se vive con esa presión?

–Cuando empezamos este verano partíamos de cero euros. Yo no me podía arriesgar a traer un jugador de 3.000 euros al mes sin soporte detrás. La labor dura ha sido conseguir un patrocinio público pero también de las empresas privadas. Yo creo que todo el que apueste por nosotros va a quedar contento porque le vamos a devolver la apuesta de sobra. Decimos que Córdoba no apoya a sus proyectos, pero sí apoya. Lo que hay es que ofrecer un proyecto interesante y trabajarlo. Hay que llamar a muchas puertas. Muchos de nuestros anunciantes de este año han estado todo el año pasado invitados a nuestros partidos y se han enganchado viendo que puede ser rentable para sus empresas unir su nombre a los valores tan positivos que muestra nuestro club.

García Román, en la grada de Vista Alegre. García Román, en la grada de Vista Alegre.

García Román, en la grada de Vista Alegre. / Juan Ayala

–Para meterse en un proyecto de este tipo, ¿hay que tener un punto mayor de locura o de valentía?

–Un poco de locura hay que tener, porque si no te echas para adelante no avanzas, pero también necesitas una buena dosis de cordura. Cuando estábamos en Segunda B, el equipo generaba un déficit de cuatro o cinco mil euros y eso es más manejable. Pero en estos niveles ya, si te equivocas son 100.000 euros de deuda y eso significa tener que hipotecar mi casa, donde vive mi familia. Tienes que andar con pies de plomo y no meterte donde sabes que no puedes llegar.

–¿Esperaba la respuesta que ha dado la afición?

–Era optimista porque vamos a ver los mejores equipos. Cualquier aficionado al deporte sabe valorar eso. Estamos hablando de la élite, va a ser un espectáculo. Habrá días que con una jugada merezca la pena haber pagado la entrada.

–¿Teme que esa ola positiva que hay en torno al club se diluya si no llegan los resultados?

–Yo he analizado el calendario y en mis previsiones está que podemos llegar a la jornada 8 con muy pocos puntos. Tenemos que tener tranquilidad, que nadie se crea que esto va a ser fácil. Firmaría ahora mismo salvarnos en la última jornada. La gente tiene que ser consciente de dónde hemos llegado y que cada victoria la tenemos que celebrar más que ninguna en Segunda. Pero más allá de cómo salvemos las primeras jornadas, yo estoy convencido de que nos vamos a salvar. Nuestro proyecto es para salvarnos y seguir creciendo.

–¿Depende mucho el futuro del club de seguir en Primera o se podría aguantar un paso atrás?

–La solidez que buscamos, evidentemente, se conseguiría siguiendo en Primera. Es cierto que sería un paso atrás, pero nadie podría en rasgarse las vestiduras. Hay 16 equipos y dos que tienen que bajar. Si se descendiera retomaríamos el proyecto con nuestra modestia y pondríamos las bases para volver. Pero yo si por algo creo que nos vendría bien salvarnos es por Córdoba. Creo que Córdoba tiene que empezar a valorarse y a ver si en unos años otros proyectos pudieran estar también en Primera. Somos una ciudad importante, con más de 300.000 habitantes que si tienen un proyecto de calidad van a responder seguro.

"Todo el que apueste por nosotros va a quedar contento porque le vamos a devolver la apuesta de sobra”

–Para esa respuesta de la ciudad ha sido importante también llevar los colores del Córdoba CF.

–Yo le estoy muy agradecido al Córdoba. Primero a la familia González, que apostó por este proyecto. Y luego tengo que agradecer también a Jesús León que, sin creer en este proyecto, apostó el año pasado por él. Han sido unos años en los que el Córdoba nos ha dado mucho más que nosotros al Córdoba. Ahora creo que las tornas han cambiado y para el Córdoba creo que sería un orgullo disponer de un equipo en Primera División que llevara su marca por España. Pero de momento está siendo complicado con el tema de la ropa. Nosotros estamos dispuestos a cualquier cosa, si no quieren que llevemos su ropa llevaremos la nuestra. Pero para mí, como cordobesista, sería un orgullo que nuestro equipo luciera en Primera División el escudo del Córdoba.

–¿Cree que tendrán una solución antes de que arranque la liga?

–No lo sé, pero ya tenemos que tomar una decisión, vestir un escudo. Cuando mandé las camisetas a la liga me dijeron que no tenía escudo y tuve que explicar el problema. Para el comienzo de liga, con un escudo u otro, funcionaremos.

–En lo deportivo, el equipo ha cambiado, se rompió esa situación idílica de contar con una plantilla cien por cien cordobesa.

–Lo de romper al grupo de jugadores cordobeses es porque no tenemos dinero para acceder a ellos, porque con nueve jugadores de Córdoba en Primera podríamos haber seguido en esa línea. Pero estoy muy contento con los jugadores a los que hemos fichado. Han hecho una apuesta importante. Córdoba no paga mucho pero han apostado por nuestro club.

–¿Cómo se afronta el tener que decirle a algunos jugadores del año pasado que no iban a seguir?

–Eso es muy duro y eso me tocó a mí. No se lo deseo a nadie porque para mí, por encima de jugadores, son amigos todos, casi como hijos. Unos lo entendieron mejor que otros. A mí los responsables deportivos me plantearon dos opciones: o pasábamos un año en Primera con los que habían ascendido al equipo, con el riesgo de que hasta ellos se dieran cuenta de que no íbamos a ningún lado, o aun sabiendo lo complicado que va a ser salvarnos, intentar reforzar al equipo. Hemos hecho esto en la menor cantidad posible y sólo han salido cuatro, pero es muy duro porque son gente a la que quiero mucho. A Pakito, que decidió colgar las botas, le hemos encontrado un puesto en el club para llevar las estadísticas que exige la Liga. Yo sé que para él va a ser duro pensar que podía estar jugando pero va a seguir ligado a nuestro club.

–¿Cree que han hecho una plantilla suficiente para la salvación?

–Tenemos que reconocer que somos de las de menor nivel porque estamos en una liga de las estrellas. Unos chavales que empezaron jugando en Tercera van a jugar este año contra un Ferrao, por ejemplo, que viene de jugar la Intercontinental con el Barcelona y es uno de los mejores del mundo. Pero por muy superiores técnicamente que puedan ser a nosotros, en ilusión nadie nos va a superar. Yo veo a mis jugadores y estoy convencido de que nos vamos a salvar, pero será a base de trabajo. Lo digo porque veo que el equipo se harta de trabajar y con el esfuerzo que le van a poner estoy convencido de que lo vamos a conseguir.

–El ambiente de Vista Alegre debe ser vital para que todo salga bien.

–Eso es un orgullo y algo habremos hecho bien en ese sentido. Enganchar a gente a un deporte que en Córdoba llevaba muchos años muerto es más complicado de lo que la gente cree y es una de las cosas de las que nuestro grupo de trabajo tiene que estar orgulloso. Cuando empezamos soñábamos con ver el pabellón lleno y cuando lo logramos el día que vino ElPozo Murcia en Copa del Rey pensé que ya me podía retirar. Ver lleno Vista Alegre es un orgullo y nos tiene que dar un plus para la salvación.

"Veo a mis jugadores y estoy convencido de que nos vamos a salvar, pero será a base de mucho trabajo”

–¿Puede haber algo esta temporada que supere la sensación del día del ascenso a Primera?

–Eso va a ser complicado porque es una fecha marcada para el club. El día que lográramos la salvación sería un día muy grande, pero aquello fue muy grande. Fíjate que hasta vamos a vender aquel número, el 01619, como Lotería de Navidad para este año. Fue muy bonito y lo que vivimos aquel día será siempre inolvidable.

–¿Compensa aquel día tanto y tanto trabajo al frente del club?

–Me lo compensa todo, sin duda. Esto tiene un trabajo bárbaro. Yo creo que, por encima de todo, soy un trabajador nato. Esto es trabajo pero también un placer. Lo que peor llevo, sinceramente, es que la gente quiera hacerse una foto conmigo porque yo no soy nadie. ¿Sinsabores? Hemos tenido muchos. Cuando la gente ve la publicidad que tenemos no sabe los que nos han cerrado la puerta. El fútbol sala me está dando muchas satisfacciones y a Córdoba también.

–El próximo viernes arranca la liga, ¿lo va a disfrutar o le podrá la responsabilidad?

–Yo para disfrutar de esto tengo una ventaja y es que tengo conmigo a mi familia. Mi mujer está en taquillas, mi hijo mediano está con la mopa en la pista y el chico disfruta también como el que más. Toda la familia está loca con esto, viviéndolo de manera intensa y eso te da mucha satisfacción.

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