Salud

Los contagios de viruela del mono se cortan en Córdoba y solo quedan tres casos activos

  • En el conjunto de Andalucía hay 91 infecciones, lo que supone 39 menos que el martes

Un hombre se vacuna contra la viruela del mono.

Un hombre se vacuna contra la viruela del mono. / Efe

La transmisión del virus de la viruela del mono parece haberse cortado en seco en Córdoba. La Consejería de Salud y Consumo ha informado de que los casos activos este viernes son solo tres, la mitad de los reportados en la actualización del martes. El primer contagio de este virus se comunicó el 24 de junio.

A fecha de 16 de septiembre, en Andalucía hay 91 casos activos de esta enfermedad, lo que supone 39 menos que el pasado martes, cuando la Junta hizo públicos los datos. Sevilla es la provincia con mayor número, 30; seguida de Málaga, con 23; Cádiz, con 14; Granada, con nueve; Huelva, con siete; Córdoba y Jaén, en tres; y Almería, con dos.

Por otro lado, 73 casos por posible viruela del mono están en investigación, según el comunicado de la Consejería de Salud, y se han declarado a la Red del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Asimismo, 761 casos antes confirmados ya están inactivos, según ha indicado la Junta en su informe.

Con respecto a las vacunas, se han puesto 1.064 dosis en los principales hospitales de la comunidad autónoma. Todas las vacunas se han inoculado con "criterio preventivo" (contactos o personas con riesgo), no a pacientes infectados. Por ahora se han recibido 1.483 viales.

Síntomas 

Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.

Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.

Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.

Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

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