Córdoba

La esencia de la antigua ETEA

  • Más de 200 expertos se dan cita en el congreso de Estudios del Desarrollo 

Dirigentes institucionales en la inauguración del congreso

Dirigentes institucionales en la inauguración del congreso / Juan Ayala

El rector de la Universidad Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá, aseguró ayer que "el desarrollo se encuentra presente en la Universidad Loyola Andalucía mucho antes de su propia fundación, ya que fue la esencia fundadora de la antigua ETEA".

A su juicio, "ese hilo conductor se ha ido transmitiendo hasta hoy". No en vano, la Fundación ETEA-Instituto de Desarrollo de la Universidad Loyola Andalucía gestiona en la actualidad una quincena de proyectos de cooperación y asistencias técnicas a instituciones de desarrollo que representan un volumen total de fondos de unos 2,2 millones de euros.

El origen de los fondos gestionados por la fundación, que en su origen se puso en marcha en 2002, procede tanto de instituciones nacionales (como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, como de entidades privadas (Cabildo Catedral de Córdoba o el Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental para la Formación y la Práctica de la Psicología).

Pérez Alcalá hizo estas declaraciones durante la inauguración del Congreso Internacional de Estudios del Desarrollo, una iniciativa de la Red Española de Estudios del Desarrollo (Reedes), organizado por la Universidad Loyola Andalucía y su Instituto de Desarrollo, la Fundación ETEA y que reúne hasta el viernes a más de 200 expertos.

La catedrática emérita de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor, Adela Cortina, fue la encargada de inaugurar el congreso con la conferencia titulada Los riesgos de la ciencia ensimismada.

La catedrática emérita de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación Étnor, Adela Cortina, fue la encargada de inaugurar el congreso con la conferencia Los riesgos de la ciencia ensimismada.

Cortina expuso que "no hay xenofobia, hay aporofobia. No molestan los extranjeros, molestan los pobres". En su conferencia, indicó también que "no se puede hacer desarrollo sin una ética de desarrollo". "Hay que trabajar con unos fines y unos valores éticos; hay que trabajar para el desarrollo", anotó, al tiempo que añadió que "quienes se forman y trabajan en desarrollo deben hacerlo no como técnicos, sino como profesionales competentes, prudentes, creativos, sensibles, compasivos... excelentes".

La catedrática emérita, además, aludió al papel de la Universidad en la sociedad y consideró que "tiene que ser un lugar de diálogo público". La Universidad, continuó, tiene que formar "ciudadanos comprometidos que no se acerquen a posiciones fundamentalistas y sí que tomen posiciones críticas, que sepan discernir las cosas".

Para Cortina, la institución académica "es una unidad de saberes. No hay ni un solo problema que no deba resolverse desde varios puntos de vista, desde varios lugares de estudios. Y esto actualmente en el mundo universitario no se está haciendo".

El objetivo fundamental de la Universidad tiene que ser, añadió,"formar ciudadanos comprometidos que quieran trabajar desde la solidaridad y el compromiso".

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