Medio Ambiente

La calidad del aire empeora en verano en Córdoba, uno de los principales focos de contaminación de Andalucía

Tráfico en el Vial Norte.

Tráfico en el Vial Norte. / Miguel Ángel Salas

Córdoba no consigue mejorar los niveles de contaminación en el aire que soporta. De hecho, el verano de este año, uno de los más secos y cálidos que se recuerdan en España, ha contribuido al aumento de las concentraciones de ozono, en especial durante las cuatro olas de calor de julio y agosto. En la provincia se ha excedido el objetivo legal propuesto para 2030 por la Comisión Europea para la protección de la salud, según el último informe que elabora Ecologistas en Acción, presentado este miércoles. 

La población que ha respirado aire contaminado por ozono en España durante 2023 es de 45,8 millones de personas, es decir, un 96,5% de la población, si se toma en cuenta el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud. En el Valle del Guadalquivir, el viento desplaza la contaminación del área industrial de Huelva hacia Sevilla y Córdoba, donde se combina con la emitida por el denso tráfico de ambas ciudades y algunas fábricas, activando en las horas centrales del día la formación de ozono troposférico, una situación que no han conseguido controlar. 

El cuadro general que presenta Andalucía es el de un territorio con nueve focos principales de contaminación: las zonas industriales de Carboneras (Almería), bahías de Algeciras y de Cádiz, Bailén (Jaén) y Huelva y las áreas metropolitanas de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla. 

Contaminación por ozono en Andalucía. Contaminación por ozono en Andalucía.

Contaminación por ozono en Andalucía. / DEPARTAMENTO DE INFOGRAFÍA

De esta manera, los niveles de ozono han sido en Andalucía significativamente más altos que en años anteriores. El empeoramiento de la situación ha sido en especial significativo en la zona industrial de la Bahía de Algeciras y en la Bahía de Cádiz, con un aumento del número de días con mala calidad del aire de respectivamente el 50% y el 20%, sobre la media de 2012-2019. En Córdoba el aumento ha sido del 4%. 

De manera más puntual, el ozono también ha aumentado en algunas estaciones urbanas y suburbanas de Córdoba (Lepanto), el área metropolitana de Granada (Palacio de Congresos), la zona industrial de Huelva (Moguer), Almería (Mediterráneo), Motril y el área metropolitana de Sevilla (Dos Hermanas, Aljarafe, Santa Clara, Torneo), y en ciertas estaciones rurales del interior de Cádiz (Arcos, Prado del Rey) y Sevilla (Sierra Norte), así como en el Parque Nacional de Doñana, que agrava así su progresivo deterioro ambiental.

Más de la mitad de las estaciones que miden este contaminante han registrado superaciones de la guía OMS en más de 75 días. En Villaharta, por ejemplo, se ha superado el valor en 27 días de media y en una de las tres estaciones que tiene Córdoba capital, la de Lepanto, ha rebasado los 18 días de superación al año propuestos como nuevo objetivo legal por la Comisión Europea. 

Como consecuencia, toda la población andaluza ha vuelto a respirar en 2023 un aire perjudicial para la salud en relación al ozono, según las recomendaciones de la OMS. Durante el verano de 2023, el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III ha identificado en Andalucía 395 muertes atribuibles a las elevadas temperaturas, similares las registradas en 2022 y por encima de las estimaciones en años anteriores, situación agravada por la exposición al ozono durante las olas de calor. 

Los efectos adversos del ozono sobre la salud tienen que ver con su carácter oxidante. A elevadas concentraciones a corto plazo, causa irritación en los ojos, superficies mucosas y vías respiratorias superiores, y reduce la función pulmonar. En casos más severos, la exposición aguda al ozono puede generar la muerte. En Córdoba, 79 muertes pueden ser atribuibles a la exposición aguda al ozono, 62 muertes se atribuyen a problemas respiratorios y 39 por cardiovasculares. 

Ecologistas en Acción explica que el ozono troposférico es un contaminante muy complejo, que no tiene una fuente humana directa, sino que se forma en la atmósfera en presencia de radiación solar por la combinación de otros contaminantes emitidos por el transporte, las grandes centrales termoeléctricas, ciertas actividades industriales o la ganadería intensiva. Se trata del contaminante que en España tiene una mayor extensión y afección a la población.

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