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Sentido un terremoto en Córdoba

Las aves halladas muertas en Córdoba dan negativo al virus de la gripe aviar

Medio Ambiente

En el último mes, se han encontrado pájaros junto al Guadalquivir, en la laguna de Zóñar, en Sadeco y Villa del Río

Aparecen varias aves muertas a orillas del Guadalquivir en Córdoba

Un grupo de cigüeñas descansa sobre una zona de pradera de Córdoba. / Juan Ayala

Los análisis realizados a las aves muertas encontradas en distintos puntos de la provincia de Córdoba en el último mes han dado negativo al virus de la gripe aviar.

La Junta de Andalucía ha comunicado este martes el resultado de las analíticas que se han realizado a los cadáveres de estos pájaros, que se correspondían con diferentes especies, pero entre las que había un buen número de cigüeñas.

En este sentido, desde la Junta ha desgranado que, de los cadáveres hallados en el río Guadalquivir, en Córdoba capital, las muestras tomadas han dado negativo.

Igualmente ha ocurrido con las muestras de las aves muertas encontradas en la laguna de Zóñar, en Aguilar de la Frontera, y con las del complejo medioambiental de Sadeco (planta de RSU de la carretera de Granada.

Por último, fuentes de la Junta recuerdan que ya se informó de que las muestras de los pájaros hallados en Villa del Río habían dado negativo.

La laguna de Zóñar en Aguilar de la Frontera. / Rosario Luque

Fue el pasado 11 de septiembre cuando aparecieron cadáveres de varias especies de aves junto al Guadalquivir a su paso por Córdoba capital, lo que encendió las alarmas al haberse detectado casos de gripe aviar en las provincias de Sevilla y Huelva.

Los pájaros muertos se correspondían eran varias cigüeñas blancas, así como ejemplares de garcillas, palomas y milanos negros.

Al día siguiente, 12 de septiembre, aparecieron varias aves de diferentes especies fallecidas en la laguna de Zóñar de Aguilar.

Qué es la gripe aviar

La gripe aviar es una enfermedad muy contagiosa que está causada por el virus de la familia Orthomyxoviridae, del género Influenzavirus A y B. Existen varias cepas y se clasifican en dos categorías. Por un lado, la de baja patogenicidad que suele causar una enfermedad leve y puede pasar fácilmente desapercibida sin presentar sintomatología y la de alta patogenicidad que tiene altas tasas de mortalidad. Ambas requieren distintas medidas de control. La segunda está recogida en el Reglamento 2018/1882 de la Comisión, como una enfermedad de categoría A+D+E y la primera como D+E.

El principal reservorio son las aves acuáticas migratorias, por ejemplo, los patos y los gansos. Estas especies pueden portar el virus que transmiten a otras aves domésticas como pollos, pavos y gallinas, donde los brotes son devastadores.

En humanos se producen porque se haya tenido contacto directo con aves infectadas, por ejemplo, en la manipulación de aves de corral vivas o muertas, con la exposición a secreciones y excrementos, ya que este se puede contagiar a través de la saliva, la mucosidad y las heces. Los ambientes contaminados también son un foco y el consumo de productos pocos cocinados, aunque este se da en menor medida. El contagio entre humanos es muy poco probable.

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