Inauguración

Vitale 'vitalissima' y vital Cosmopoética

Ida Vitale, durante el coloquio en Cosmpoética.

Ida Vitale, durante el coloquio en Cosmpoética. / Juan Ayala

Ida Vitale (Montevideo, 1923) no perdió la cadencia desde que salió al escenario hasta que se marchó. Entró despacio agarrada a su bolso, y caminó sin prisa hasta el sofá acompañada de una ovación centenaria que le brindó el público del Teatro Góngora. Manejó el tiempo y la escena a su antojo con la soltura de quien ya ha vivido casi un siglo: sin complejos para sacar un pañuelo y sonarse los mocos pegada al micrófono o de sufrir un ataque de tos en mitad de la lectura de un poema. Vitale estuvo vitalissima a sus 99 años en la inauguración de la vigésima edición de Cosmopoética: natural, osada, sentida e inspirada, igual que las dos décadas de un festival internacional que hacía el orgullo de los cordobeses en el patio de butacas. 

"Es muy difícil presentar a quien admiras, a quien llevas tanto tiempo leyendo", confesó la periodista Marta Fernández, que condujo el coloquio, así que se agarró a sus palabras pronunciadas tras recibir el Premio Miguel de Cervantes: "Todavía me felicito por haberme interesado más que en las aventuras, en el lenguaje en que me eran contadas". 

La escritora uruguaya, de origen italiano, reconocida internacionalmente por su extensa obra tanto en prosa como en verso, aseguró que, ante las expectativas del lector, "cuando escribe, tiene la prudencia de no calcular cuanto peso lleva dentro". 

Periodista y escritora se empezaron a fundir en temas de conversación alternando con un recital del repertorio de poemas y relatos de la uruguaya sacados de los libros que estaban en la mesa: "La poesía tiene que ser escrita muy pensada por el que escribe y confiada por un lector con paciencia", aseguró Vitale como crítica ante los nuevos tiempos de inmediatez.

La escritora uruguaya, cuya obra poética indaga mucho en el juego con la palabra y el lenguaje, confirmó el tópico a su llegada a Córdoba. "Ha comido salmorejo y lo primero que ha preguntado no es de que está hecho, sino de donde viene la palabra salmorejo", revelaba a modo de anécdota Marta Fernández.

"Cuando uno escribe hay que desconfiar de lo que a uno se le ocurre", proseguía Vitale su disertación sobre su experiencia como escritora, hilando el tema para puntualizar cómo se ha ido perdiendo el hábito de la lectura a lo largo de su existencia, que son los últimos 100 años de vida. "Antes no existían el cine, ni otras cosas que ahora han aparecido", argumentaba. Por ello animó a los presentes en el teatro a "que no se pierda la raza de abuelos que les leen cuentos a sus nietos".

El coloquio se interrumpía y se abría de nuevo el libro. "La poesía es para leerla, no para oírla", replicaba Vitale cada vez que terminaba la lectura de alguna obra suya. 

Durante el diálogo más fluido, la escritora uruguaya aseguró que "la poesía surge de una necesidad que esta latente y, si no, no tiene mucho sentido". En esa línea, destacó la "fortuna poética" que ha tenido un país como Chile, mencionando a Gabriela Mistral como un referente único para ella, aunque también indicó que "España no está mal servida de poetas".

Vitale se refirió también a Uruguay, su país, del se exilió durante muchos años y al que volvió para vivir en su Montevideo natal, diciendo que es "un país pequeño y pobre en el cada cual tiene que hacerse su camino pero abierto a todo lo cultural y con escuela gratis".

La uruguaya reflexionó con humor sobre la vida durante la noche: "Solemos recordar mucho las catástrofes pero no las cosas buenas; mi pensamiento es que la vida hay que tomarla como viene y pensar que, aunque pudo ser mejor, también pudo ser peor", explicó la autora que, al borde de su centenario, confesó con ante el público entre risas que le hubiese gustado "escribir una novela" y "ser guía de viajes".

Vitale despidió la conversación imbuida por la extensión expansiva de la poesía: "No le veo el final, pero me gustaría saber, reaparecer, mirar y ver cómo serán los poemas dentro de 100 años".

"Música y poesía se mueven en los mismos códigos"

La noche inaugural del festival contó también con el primer concierto del ciclo Cosmoacordobes, que ha estado protagonizado por el cantante, compositor y escritor asturiano Nacho Vegas. El artista explicó los estrechos vínculos que existen entre la composición de canciones y la poesía y ha señalado que ambas disciplinas "se mueven en los mismos códigos".

Durante su estancia en Córdoba, también subrayó la importancia de Cosmopoética como uno de los festivales literarios más importantes del país y reconoció que le hacía "una ilusión tremenda" ser parte de la noche inaugural de este 20 aniversario.

Tras la primera gala en el Teatro Góngora, Cosmopoética continuará este sábado con un amplio programa que incluye actividades y talleres infantiles, masterclass literarias y, ya por la tarde en la sala Orive, varias actividades literarias con autores como el Premio Nobel francés Jean Marie-Gustave Le Clézio o los escritores españoles Elosy Sánchez Rosillo, José Daniel García y Rayden.   

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