Córdoba

La Universidad Loyola empieza su andadura

  • La primera universidad privada de Andalucía inauguró ayer, en el Teatro Maestranza de Sevilla, el curso con el compromiso de ser un centro basado en la "evaluación, el esfuerzo y la excelencia"

A nadie se le escapaba ayer el carácter histórico de la ceremonia que se desarrolló en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. La Universidad Loyola, la primera de carácter privado en Andalucía y con sedes en la capital andaluza y en córdoba, celebró su primer acto de apertura de curso con una puesta en escena en la que se mezclaban las viejas tradiciones académicas (los miembros del claustro vestían la muceta y el birrete) con la modernidad del espacio elegido. "Este acto es único, no sólo por ser el primero, sino por el sentido del mismo y los convocados [...] y la elección del sitio, en este incomparable Maestranza es todo un símbolo de nuestra intención", aseguró en su discurso el rector de la universidad, Gabriel Pérez Alcalá.

Ante una nutrida representación del mundo empresarial, político y académico (con algunas ausencias llamativas, como la del consejero del ramo y las de las dos universidades públicas sevillanas), Pérez Alcalá dejó claro que "Loyola ya no es un proyecto, el sueño que un día tuvimos hace ahora 4 años en Chipiona, sino una realidad que tiene un primer hito público en el día de hoy".

Esta realidad viene avalada por los números que Pérez Alcalá recordó a los asistentes: un claustro de 118 profesores (98 de los cuales son en exclusiva) y más de 1.500 estudiantes con 5 grados ya en marcha (10 el año que viene), 7 másteres oficiales y las antiguas titulaciones heredadas de la vieja ETEA. Respecto a las infraestructuras, las cifras que ya se pueden exhibir también son notables: un campus de 12.000 metros cuadrados construidos en Córdoba y otro de 10.000 metros cuadrados en Palmas Altas, y, sobre todo, la puesta en marcha de proyecto de construcción de campus en Dos Hermanas de 30.000 metros cuadrados.

"Una realidad con más de 12 proyectos de cooperación en países pobres. Una realidad de 102 convenios universitarios internacionales y otros 400 con empresas e instituciones públicas y privadas. Una realidad que genera opinión, celebra conferencias, participa en la vida pública", sacó pecho académico Pérez Alcalá.

El rector de la Loyola no rehuyó en su discurso las suspicacias que puede levantar un proyecto que es privado e impulsado por los jesuitas. La sociedad española, dijo, "tiene una imagen distorsionada de la universidad privada", porque cree que "es elitista socialmente (tenga las becas que tenga), o es de bajo nivel académico por el mero hecho de que sus alumnos pagan unas tasas. Y más si es una universidad que se inspira en valores evangélicos". Tras recordar que Harvard o Georgetown nacieron a partir de facultades de Teología, aseguró que la española es "una sociedad que se preocupa más por la titularidad de las universidades que por su calidad", que "sacraliza lo público, pero añora lo privado" y que, además, se encuentra "en medio de una profunda crisis económica, política y social".

Ante estos problemas, Pérez Alcalá propuso una universidad basada en el magis, un término extraído de la espiritualidad de san Ignacio de Loyola (fundador de los jesuitas) que propone aumentar las propias competencias y capacidades para ponerlas al servicio del prójimo y, de esa manera, hallar realización, procurar trascender y encontrar felicidad en el desprendimiento voluntario y en el compartir solidario.

En este sentido, el rector expresó su ambición de convertir a la Loyola Andalucía en lo que se conoce como una Doctoral Research University. Es decir, en un centro dónde no sólo se enseñe, sino que también se investigue con alta calidad y se generen ideas, conocimientos y patentes. Esta denominación es la que tienen universidades como la de Yale, Berkeley, Oxford o Heidelberg, por citar sólo algunas.

Abundando en esta idea, el rector dejó claro que "Loyola quiere ser una universidad excelente", algo que, según Pérez Alcalá, se consigue con "las tres e": "evaluación exigencia y esfuerzo". Este proyecto no se realizará en el vacío y el rector dejó claro la intención de la institución de imbricarse en la sociedad andaluza. "La Universidad Loyola es una universidad colaborativa y abierta porque es el fruto de la colaboración de la Compañía y de los laicos, de la sociedad civil y de las administraciones públicas. Es una universidad abierta a todos para que sea lugar de encuentro y de diálogo".

Eso sí, Pérez Alcalá se mostró "conscientes de nuestras limitaciones, Loyola no puede ser una universidad omnicomprensiva", por lo que aseguró que la universidad jesuita se centrará en tres dimensiones: "la persona, la sociedad y la tecnología".

"Queremos pensar en los problemas de las personas", dijo el rector, "de ahí nuestros esfuerzos para que, en el curso 2014-2015 y siempre con la autorización de la administración competente, logremos impartir docencia en Psicología, Educación, Trabajo Social, etc. para más adelante pasar a formar en Humanidades o Filosofía".

Respecto a "la sociedad", mostró el interés de la Loyola por formar a "los líderes del futuro" (vieja aspiración jesuita), por lo que "de la Administración de Empresas y la Economía hemos pasado a la Política, el Derecho y la Comunicación y estamos trabajando en nuevos grados y másteres para un futuro inmediato".

Finalmente, la dimensión tecnológica se demuestra con "nuestro empeño en la Ingeniería industrial y energética y, más adelante, medioambiental y biotecnológica", concluyó.

En su intervención, el rector no rehuyó la condición evangélica y jesuítica del centro. "No se trata de ser sólo más universidad, se trata de hacerlo siendo fieles a la misión y al modo de proceder de la Compañía", dijo Pérez Alcalá, quien recordó que esa misión está inspirada en "los valores evangélicos, que lejos de ser excluyentes como algunos opinan, son inclusivos, pues nos invitan a ver al otro como hermano".

Para que a nadie le cupiese duda, Pérez Alcalá culminó su discurso recordando cuál es la respuesta de la Universidad Loyola Andalucía a una sociedad en crisis: "Ser más universidad, ser más Loyola, ser magis. Porque es su misión, quiere en todo lo que hace amar y servir y lo que la mueve es la mayor gloria de Dios".

Durante el acto de apertura del curso 2013-2014 de la Universidad Loyola también intervinieron el Secretario General de la institución, el profesor Pedro Pablo Pérez Hernández, quien hizo un recorrido por los principales hitos en la puesta en marcha del centro; el prestigioso profesor alemán Juergen B. Donges, quien fue el encargado de impartir la lección inaugural Zona euro, ¿quo vadis?; y el canciller de la Universidad y Provincial jesuita de España Francisco J. Ruiz Pérez.

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