Violencia contra la mujer

La sumisión química a debate en Córdoba: "Se producen menos casos de lo que la gente piensa"

Mesa de ponentes sobre la sumisión química.

Mesa de ponentes sobre la sumisión química. / JUAN AYALA

La sumisión química no se limita solo a delitos de abuso sexual, ni tampoco a la oleada de pinchazos que despertó la alarma social en España durante los meses de verano. "Es algo que siempre ha existido", recuerda el capitán-jefe de la Unidad Judicial de la Guardia Civil, Andrés Lorenzo, "lo que ha cambiado es el acceso a la información y las facilidades para la compraventa de algunas sustancias como la ketamina o la escopolamina, popularmente conocida como la burundanga".

En el documental Sumisión química: voluntades anuladas, preestrenado por RTVE el pasado 10 de enero se recoge el testimonio de expertos y de cinco víctimas, hombres y mujeres, mayores y menores, que han sufrido las consecuencias de este delito en un abanico de formas. Aunque este tema suscita interés principalmente entre las mujeres como principales afectadas y, por ello, la Plataforma Cordobesa Contra la Violencia a las Mujeres ha reunido a más de medio centenar en el salón de actos de la Casa Ciudadana (Ronda del Marrubial) para asistir a unas jornadas sobre la importancia, detección y análisis de esta forma de violencia, la sumisión química, que ha contado con la ponencia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y la abogada Aurora Genovés, como moderadora.

"Es un tema muy complicado porque genera mucha alerta social", ha avanzado el inspector jefe de la Unidad de Atención a Familias y Mujeres (UFAM) de la Policía Nacional en Córdoba, Jorge Barrios. "Son menos los hechos que se producen realmente de lo que la gente se piensa, aunque lógicamente las familias se sienten preocupadas". Desde la visión del intendente de la Policía Judicial de la Policía Local de Córdoba, Andrés García, "mejor que haya alarma social y se vaya diluyendo con el tiempo a que sean casos reales".

Según han constatado los tres cuerpos policiales, el famoso fenómeno de los pinchazos no se tradujo en ningún caso de sumisión química en Córdoba, a pesar de que sí se registraron varias denuncias. "En Navidad no ha habido ninguna, lo que avala el efecto contagio de alarma que se produjo en verano", ha asegurado el capitán de la Benemérita. Barrios ha detallado que fue algo que se extendió "por efecto contagio en las redes sociales" y que acabó derivando mayoritariamente en "actos vandálicos" aprovechando la psicosis. No es tan sencillo inocular una dosis con una jeringuilla sin que la otra persona se dé cuenta, han coincidido, ya que no se trata de un solo pinchazo, sino que se necesitan más de cinco segundos como mínimo, según el tipo de sustancia.

La forma más común de sumisión química obedece a otros patrones como la ingesta voluntaria o involuntaria de alcohol, o de métodos más sofisticados como pastillas o polvos disolventes, inodoros e incoloros. Es entonces, con la víctima fuera de control, cuando el agresor se aprovecha de la situación y se dispara el riesgo del delito sexual, siendo en muchas ocasiones innecesaria la intimidación, ha apuntado Barrios.

Salón de actos lleno durante la ponencia. Salón de actos lleno durante la ponencia.

Salón de actos lleno durante la ponencia. / JUAN AYALA

En estos casos es clave la prontitud de la víctima tanto a la hora de denunciar como de proceder a un examen científico, han reconocido los ponentes, ya que las primeras horas son fundamentales para hallar pruebas. De lo contrario, se pueden perder indicios. Según ha explicado Barrios, el protocolo actualizado de la Policía Nacional distingue hospitales útiles de los no útiles, en función de si tienen, o no, un servicio de urgencias de Ginecología. En este sentido, el Hospital Reina Sofía sí lo tiene, por lo tanto es útil para realizar las pruebas médicas. En caso de que la víctima acuda directamente al hospital y haya indicios, éste debe alertar tanto al juzgado de guardia como a la policía para asesorar a la víctima y animarla a denunciar, ya que después de las primeras horas, las denuncias tienden a descender. 

Para el inspector de la Policía Nacional, la Ley del Solo Sí Es Sí, "a pesar de lo denostada que está", viene a mejorar el endurecimiento de las penas en los casos de abuso sexual que se producían como consecuencia de sumisión química, sin intimidación o agresión física, ya que ahora se entienden como "agresión sexual".

Córdoba, ciudad pionera en la protección a las víctimas

Según ha ido detallando el intendente de la Policía Judicial, la Policía Local de Córdoba ha sido pionera en España al sumarse a la lucha contra la violencia de género. En 1994 se comenzó a concienciar en este tipo de delitos y se seleccionaron a dos mujeres agentes para encargarse del primer contacto con la víctima denunciante, ya que se sentían más seguras. 

En 2007, la Junta Local de Seguridad aprobó que la Policía Local de Córdoba accediera al sistema VioGén. "Desde entonces se abrió un horizonte nuevo en tema de protección: apostamos por la especialización y la sensibilización en el cuerpo, y como consecuencia se creó el equipo Libra", ha recordado Andrés García. Entonces se llegó a un acuerdo junto a la Policía Nacional para ser la Local quien diera protección a las víctimas de bajo riesgo o riesgo medio que se mantiene hasta el día de hoy.

La última actualización en este área es del año 2021, cuando se amplió el número de agentes dedicados a esta sección como respuesta al aumento de casos de mujeres en protección. Como dato revelador, este equipo de la Policía Local ha pasado de proteger entre 30-40 mujeres a 370 en poco más de una década, ha explicado García.

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