Córdoba

Pena de un año y medio de prisión por abusar de una minusválida

  • El procesado reconoció que se acercó a su víctima por la espalda y, tras sujetarle el cuello con una mano, intentó tocarle los pechos a pesar de que ella se resistía

Se aproximó por la espalda a su víctima, le agarró el cuello e intentó tocarle los pechos. L. J. F. M., de 43 años, se sentó ayer en el banquillo de los acusados para responder de un delito de agresión sexual a una mujer con minusvalía y de amenazarla y, tras reconocer su autoría, fue condenado a un año y seis mese de prisión. El procesado asumió así los hechos relatados en su informe por el fiscal, que sitúa la agresión sexual el 14 de noviembre de 2005 en el Centro de Atención a Minusválidos Físicos de la localidad de Pozoblanco.

Allí se encontraba interno el procesado a causa de ciertos padecimientos derivados de una parálisis cerebral sufrida durante su nacimiento. L. J. F. M., además, sufre deterioro de sus capacidades manipulativas y tiene dificultades en ambas manos para realizar la pinza, así como problemas guturales que le entorpecen su habla. A pesar de todo esto, según el fiscal, el encartado conserva "sus plenas funciones psíquicas", por lo que es consciente de sus actos en todo momento.

Así que, sobre las 22.00 de aquel día, L. J. F. M. se percató de que junto a la puerta del patio de la primera planta de la residencia se encontraba sola, fumando un cigarrillo, una de las internas que padece tetraparesia derivada de una parálisis cerebral infantil, lo que la obliga a ser usuaria permanente de silla de ruedas. "Movido por una pulsión libidinosa y con la finalidad de satisfacer sus deseos sexual" -asegura el fiscal-, el encartado se aproximó a su víctima y, a pesar de que llevaba un brazo escayolado, la sujetó el cuello y trató de tocarle los pechos.

Ante la resistencia de la mujer, que intentó zafarse de la presión del acusado, él se situó ante ella de rodillas y le propinó dos mordiscos en la zona inferior del abdomen y en el pubis. Como consecuencia de la agresión, la víctima necesitó una asistencia facultativa consistente en una exploración y en la aplicación de un tópico contra los trombos.

El episodio violento no quedó ahí. Antes de separarse, L. J. F. M. le advirtió que le cortaría el cuello en caso de que contara lo que había ocurrido, lo que motivó -según el Ministerio Público- que la mujer se atemorizada y se abstuviera de denunciar los hechos hasta unos días más tarde.

La Fiscalía solicitaba inicialmente cuatro años y tres meses de cárcel para el procesado por sendos delitos de agresión sexual y amenazas condicionales y por una falta de lesiones. El Juzgado de lo Penal, finalmente, dictó una sentencia condenatoria de un año y medio de prisión. Además, el procesado deberá indemnizar a la víctima con 600 euros.

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