Córdoba

Los Patios como metáfora de la tolerancia

LA declaración de la fiesta de Los Patios como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad está en concordancia con la historia y el legado sociocultural de Córdoba. Cuando fue sede del Califato y capital del mundo conocido, ya acuñó Córdoba su característica de ciudad para el entendimiento de civilizaciones. Junto a templos cristianos se erigían sinagogas y mezquitas; musulmanes, judíos y cristianos mantenían sus costumbres y modos de vida en sintonía mutua: Maimónides en su ciencia, Averroes con sus fórmulas magistrales o el sacerdote Andófrido, el primer peregrino a Santiago, desarrollaron sus creencias y talento en convivencia con sus coetáneos.

Siglos después, Córdoba sigue siendo paradigma de la tolerancia. Esto es coherente con la fiesta de Los Patios, nacida de abajo a arriba, promovida por vecinos y propietarios, y por supuesto respaldada por las administraciones públicas. La fiesta de Los Patios representa un ritual colectivo en el que los espacios privados se hacen públicos y donde el patio recupera su origen como lugar de reunión. Es una expresión popular comunicante, donde los recintos privados desnudan lo que alguna vez fue común para que vuelva a serlo y, a la vez, constituyen un examen sobre la capacidad de sus dueños para ofrecer al común de los mortales sus mejores galas.

Me complace especialmente el hecho de que la candidatura cordobesa haya sido impulsada desde sus actores, vecinos y asociaciones, que han contado con el respaldo leal y coordinado de las administraciones públicas.

El reconocimiento mundial de esta tradición supone un sello universal de calidad que revertirá en beneficios para Córdoba y los cordobeses, pero también para el resto de Andalucía, pues se suman a la enorme potencia simbólica de nuestros bienes culturales, tanto materiales -el Casco Histórico cordobés ya lo es, y confío en que pronto lo sea la Catedral de Jaén- como inmateriales -el flamenco o el oficio artesanal de la cal de Morón de la Frontera-.

Esa excelencia cultural andaluza, por fortuna, sigue a salvo de crisis, como lo acreditan los reconocimientos musicales y literarios que hemos encadenado también en las últimas semanas. Y seguro que habrá más porque hay talento y creatividad para ello.

Felicidades a Córdoba y a sus ciudadanos. Y felicidades también a toda Andalucía.

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