La ONCE apoya a 128 estudiantes ciegos en Córdoba para garantizar su inclusión educativa y social
Vuelta al cole
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Un total de 128 estudiantes ciegos o con discapacidad visual de la provincia de Córdoba afrontan estos días el comienzo del curso escolar con el apoyo de los equipos de atención educativa de la ONCE, que garantizan su inclusión educativa y social.
La ONCE ha informado de que impulsa el modelo de educación inclusiva, por ello más del 99% de los 7.187 alumnos y alumnas ciegos o con discapacidad visual que se incorporan a las aulas estos días en toda España lo hacen en centros ordinarios.
En Andalucía son un total de 1.727 los alumnos ciegos o con discapacidad visual grave que atiende la ONCE en colaboración con la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía. De esta forma, el alumnado sigue las mismas pautas y directrices que el resto de compañeros sin discapacidad visual.
Los equipos específicos de atención al alumnado con discapacidad visual cuentan con maestros y maestras, tanto de la ONCE como de la Administración especializados en discapacidad visual que acuden a los centros educativos en los que se escolariza un alumno o alumna ciego o con baja visión.
En estos centros forman a la comunidad educativa en materia de discapacidad visual, asesoran al profesorado que da clase al alumno o alumna proporcionándole las estrategias, herramientas y recursos que permitan que el alumno e intervienen directamente con los estudiantes en aspectos vinculados a su discapacidad visual que así lo requieran. En la actualidad, hay 418 de estos profesionales repartidos en todas las comunidades autónomas, 201 de ellos en Andalucía y 19 en Córdoba.
En Andalucía todo el apoyo educativo se coordina desde el Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Sevilla en colaboración con la Junta de Andalucía.
Pero la escuela no se restringe a la adquisición de contenidos curriculares, sino que es el ámbito propicio para que niños, niñas y jóvenes alcancen competencias trasversales que les permitirán su desarrollo pleno y su inclusión educativa y social.
Para el desarrollo de estas competencias, los equipos específicos de la ONCE cuentan con una serie de profesionales que intervienen con el alumnado de manera multidisciplinar, atendiendo a las necesidades detectadas por el maestro o maestra coordinador de caso en las distintas áreas con el objetivo de lograr un funcionamiento óptimo en su vida cotidiana, escolar y social acorde a su edad y nivel madurativo. Profesionales de la psicología, trabajo social, técnicos de rehabilitación, instructores de tiflotecnología y braille, profesionales de la animación sociocultural o mediadores para el alumnado con sordoceguera son algunos de los perfiles que contribuyen al desarrollo integral y la plena inclusión del alumnado.
Intervención con las familias
Otro de los pilares en los que se basa la ONCE para lograr el desarrollo de competencias trasversales que vayan más allá de lo curricular pero a su vez repercutan en su mejora es el de la intervención con las familias.
La familia es el primer y fundamental agente de socialización del niño o niña y también es quien debe garantizar que se produzcan avances educativos mediante la coordinación estrecha con los agentes educativos del centro donde el niño o niña está escolarizado y con los profesionales de la ONCE que le atienden con el fin de plantear objetivos comunes y trabajar juntos en la misma dirección.
Por tanto, su papel es clave y a su vez son la mejor garantía para la inclusión educativa de sus hijos e hijas desde los primeros años hasta la educación superior y posterior inserción sociolaboral.
Dado que las familias no saben, ni tienen por qué saber, ciertos aspectos vinculados al desarrollo y educación de los niños y niñas con discapacidad visual junto con el impacto emocional que les supone la aparición y presencia de esta discapacidad en sus vidas, los mismos profesionales citados anteriormente, de manera interdisciplinar y liderados por el maestro o maestra coordinador de caso, intervendrán con la familia en diferentes áreas proporcionándoles recursos y herramientas en función de sus necesidades: adaptación y ajuste a la discapacidad visual, gestión emocional, búsqueda de recursos internos y externos a la ONCE, adaptación de materiales, herramientas lúdicas, etc.
Junto a la intervención individual, cobran especial importancia las Escuelas de Familias, en las que se abordan temas específicos vinculados a las necesidades generales de los niños y niñas con ceguera en cada momento evolutivo, así como jornadas formativas y lúdicas.
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