La Universidad de Córdoba (UCO) ha concedido la Medalla de Oro a título póstumo al fundador de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, y al profesor Francisco Rodríguez y Silva. Esta ha sido una de las medidas adoptadas en el consejo de gobierno del mes de febrero que se ha celebrado este jueves en el Rectorado. 

La Medalla de Oro de la Universidad de Córdoba es una distinción honorífica que se concede en reconocimiento a personas físicas o jurídicas que hayan destacado en el campo de la investigación científica o en el de la enseñanza universitaria, en el cultivo de las ciencias, de las artes, o que hayan prestado relevantes servicios a la Universidad de Córdoba.

En el caso de José Luis García Palacios, la UCO ha concedido esta medalla de oro en reconocimiento al que fuera impulsor de los premios Fundación Caja Rural del Sur a los mejores expedientes académicos de grado de la institución académica por su compromiso con la formación universitaria como motor de progreso social y, más concretamente, con la Universidad de Córdoba a través de diversas líneas de colaboración, siendo la más destacada la creación de los citados premios que desde 2018 reconocen la excelencia universitaria del estudiantado de la UCO.

José Luis García Palacios, ingeniero técnico agrícola en la especialidad de Olivicultura y Elaiotecnia, ejerció como líder cooperativo agrario durante 38 años y fue fundador y presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, desde su constitución en el 2002, entidad que fomentó el asociacionismo agrario y apoyo al desarrollo rural y promoción de la cultura. Fue vicepresidente de la Confederación Internacional de Crédito Agrícola (CICA), con sede en Zurich, y miembro de su Comité Central desde 1973 hasta su fallecimiento.

El profesor Rodríguez y Silva, por su parte, murió en febrero del pasado año y con esta distinción la Universidad de Córdoba reconoce su labor docente e investigadora en la UCO a la que estuvo vinculada desde 1994, fecha en que se incorporó a la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes, primero como profesor asociado y desde 2001, como profesor titular de Ingeniería Agroforestal.

A su fallecimiento era coordinador y director del Laboratorio de Incendios Forestales Labif-UCO. Ha sido un reconocido profesional en la gestión de incendios forestales, destacando en él la motivación y pasión por su trabajo y por la innovación, ha sido un visionario para adaptar a Andalucía lo que se hacía en otras partes del mundo. Mayúsculo fue su compromiso con la Administración andaluza y sobre todo con la Universidad, en particular con los estudiantes en quienes ha dejado una enorme huella.