Medio Ambiente

Huertos Comunitarios en Córdoba: el campo ecológico conquista la ciudad

El responsable de los huertos del Imgema, Rafael Blázquez, realiza trabajos en la Asomadilla. El responsable de los huertos del Imgema, Rafael Blázquez, realiza trabajos en la Asomadilla.

El responsable de los huertos del Imgema, Rafael Blázquez, realiza trabajos en la Asomadilla. / Juan Ayala

Escrito por

· F. J. Cantador

Redactor

El Instituto Municipal de Gestión Medio Ambiental (Imgema) Jardín Botánico de Córdoba trabaja para "liderar" la creación de una red de huertos urbanos ecológicos comunitarios siguiendo el modelo iniciado en 2011 en la Asomadilla con unos espacios comunitarios, agroecológicos, educativos, intergeneracionales, con equidad de género y participación vecinal. Al ya consolidado en la Asomadilla, el Imgema pretende sumar otro en el parque de Levante y otro más en los terrenos situados en Miralbaida y la Ronda Oeste.

Los huertos urbanos son espacios de cultivo, fundamentalmente dedicados a frutales y hortalizas, que son cultivados, como su propio nombre indica, por los vecinos de un núcleo urbano. Existen muchos y variados modelos de gestión de los mismos, aunque en la mayor parte de los casos son promovidos por las administraciones públicas, ya sean locales, regionales o nacionales. En algunas iniciativas se pone el acento en los valores medioambientales, mientras que en otras priman los fines sociales y de inserción, naciendo así los que se suelen llamar huertos solidarios o huertos sociales. En el caso de los del Imgema, son comunitarios.

Para "el impulso de la agroecología urbana y la defensa del patrimonio agrario material e inmaterial de la ciudad", se constituyó a finales de 2020 un grupo de trabajo presidido por el Imgema, con la participación de la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara y miembros de la Universidad de Córdoba y el Instituto de Sociología y Estudios Campesinos (ISEC), todo ello en línea con las adhesiones de Córdoba al Pacto de Milán, Intervegas y la Red de Ciudades por la Agroecología.

Lugar en el que se preparan los plantones. Lugar en el que se preparan los plantones.

Lugar en el que se preparan los plantones. / Juan Ayala

El Imgema inauguró su primer huerto ecológico comunitario en la Asomadilla el 11 de octubre de 2011 como proyecto anexo al Aula de la Naturaleza -una instalación dedicada a la educación ambiental, la defensa del medio ambiente y la agroecología- de dicho parque, uno de los mayores de Andalucía. Desde el comienzo se optó por un modelo de huertos urbanos comunitarios, sin adjudicación de parcelas a nivel individual, tal y como destaca el responsable de los mismos, Rafael Blázquez. "Se reivindicó por parte de los usuarios de los huertos, del Imgema y del movimiento vecinal que se ampliase el proyecto y un año después se hizo realidad esa ampliación hasta alcanzar con las dos zonas de huertos que tenemos casi 5.000 metros cuadrados", detalla.

"La singularidad de nuestros huertos con respecto a otros proyectos de huertos urbanos municipales es que los nuestros son comunitarios; las personas que se incorporan no se reparten un cachito de tierra, sino que entran a formar parte de un proyecto comunitario que tiene convocatorias todos los primero de julio. Preguntamos a quien participa quien quiere renovar y posteriormente se abren las plazas para cubrir las vacantes; quien se incorpora lo hace a uno de los siete grupos de trabajo de unos diez hortelanos y hortelanas que tenemos actualmente", explica.

La participación se articula a través de convocatorias anuales al Taller de Horticultura Ecológica Comunitaria. En la convocatoria 2020-2021 renovaron su participación 49 personas y se incorporaron 21 nuevas. Un total de 70 personas participan en los huertos, de las que más de la mitad son mujeres, "una equidad de género poco común en proyectos de huertos urbanos municipales y que creemos que se debe al modelo comunitario planteado; ya que no se trata de ese modelo muy extendido de huertos municipales en los que se parten parcelitas para jubilados y la mujer apenas participa", destaca. Las edades de esas personas van de los 25 a los 72 años, con situaciones laborales diversas, añade. "Desde 2011 han podido pasar por los huertos unas 500 personas distintas", comenta.

Un hortelano realiza labores en una parcela de la Asomadilla. Un hortelano realiza labores en una parcela de la Asomadilla.

Un hortelano realiza labores en una parcela de la Asomadilla. / Juan Ayala

El trabajo se organiza en esos siete equipos autónomos que acuerdan horarios diferentes y suelen acudir al huerto dos o tres días por semana dos o tres horas cada vez. Cada equipo elige a una persona como coordinadora del grupo y todos los coordinadores integran un grupo de comunicación junto al coordinador general del proyecto, el responsable de huertos urbanos del Imgema.

Hay asambleas periódicas donde se fomenta el debate y el consenso, actividades puntuales de formación agroecológica, e incluso un grupo semillero para la gestión de la producción de semillas campesinas y plantones de variedades hortícolas locales.

En estos huertos se reciben miles de visitas al año a través de programas de la Delegación de Educación e Infancia del Ayuntamiento de Córdoba y se desarrollan en ellos parte de las actividades del programa del Imgema Córdoba Verde por el Clima desde donde se difunde también mucho de lo que se hace en estos huertos y en el Aula de la Naturaleza de la Asomadilla. 

El objetivo del Taller de Horticultura Ecológica Comunitaria es que las personas participantes amplíen y compartan sus conocimientos de horticultura ecológica practicándola en comunidad; posibilitar a los participantes la producción colectiva de hortalizas para su propio consumo; apoyar a las actividades realizadas en el Aula de la Naturaleza de la Asomadilla, especialmente a las que se realicen en sus huertos, y las vinculadas al programa Córdoba verde por el clima; y fomentar la cooperación, el trabajo comunitario, la agricultura ecológica y la biodiversidad agrícola.

Lo más típico que se siembra en los huertos urbanos municipales de Córdoba en verano son "los tomates, los pimientos, las berenjenas, los calabacines, los pepinos...y de cara al otoño-invierno, las habas, las coles, las brócolis, las coliflores, las acelgas...", relata Blázquez. "Una singularidad es que prácticamente casi el cien por cien de lo que se está plantando en la Asomadilla proviene de semillas campesinas, semillas que no han pasado por circuitos comerciales, sino que bien se han producido en los propios huertos de la Asomadilla o a través de proyectos como el de la Diputación que tiene en El Aguilarejo, una finca en la que recupera variedades hortícolas autóctonas de los municipios. Todas las planteras que sacamos tanto de verano como de invierno provienen de variedades locales", añade.

Cada uno de los siete grupos "que tienen autonomía para decidir lo que plantan" se reparten la producción. "Salvo en la parte más dura de la pandemia, en la que el parque de la Asomadilla estaba cerrado y en la que se pidió por parte del colectivo de hortelanos y hortelanas que por lo menos nos permitiesen recolectar para las familias más vulnerables del barrio, porque era una pena que con la situación tan dura que se estaba dando que esa cosecha de primera calidad se perdiera", apunta. Luego, las organizaciones del barrio, "la Asociación Vecinal de Valdeolleros, las Juventudes Cristianas...se encargaron de repartirla entre las familias más vulnerables", detalla. 

Un cartel detalla lo que hay sembrado. Un cartel detalla lo que hay sembrado.

Un cartel detalla lo que hay sembrado. / Juan Ayala

Los nuevos proyectos

El último impulso a esta red de huertos urbanos se le dio hace ahora un año, cuando la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) y el Imgema acordaron destinar determinadas parcelas municipales en barrios de la ciudad para ello. Todo ello en base al decálogo sobre el derecho a la alimentación saludable y sostenible diseñado por la federación vecinal.

En dicho encuentro, el presidente de la GMU, Salvador Fuentes, se comprometió a iniciar los procesos para adscribir al Imgema varias parcelas con el objetivo de poner en marcha esos nuevos huertos urbanos, además de garantizar una partida inicial de 30.000 euros en los presupuestos municipales para ello.

El modelo de huertos que se pretende impulsar se inspira en el desarrollado por el Imgema en la Asomadilla: huertos ecológicos comunitarios, educativos, intergeneracionales, con equidad de género y sin división de parcelas individuales.

Uno de los hortelanos trabaja en una parcela. Uno de los hortelanos trabaja en una parcela.

Uno de los hortelanos trabaja en una parcela. / Juan Ayala

Una vez confirmada la viabilidad y adscripción de las parcelas, la federación vecinal solicitaría, junto al Imgema, reuniones en los consejos de distrito que ya reivindicaron huertos y que tienen zonas susceptibles para su ubicación. Los huertos urbanos, según recordó el presidente de Al-Zahara, Antonio Toledano, "son una reivindicación histórica del movimiento vecinal" y el objetivo con el acuerdo era el de "pasar de los 5.000 metros cuadrados de la Asomadilla a unos 20.000 metros cuadrados en la ciudad, en un par de años".  

Tras ello, los consejos de distrito Levante y Poniente-Norte, junto a la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara y el Imgema, perfilaron dos opciones donde habilitar sendos grandes huertos urbanos, uno en el parque de Levante y otro en el entorno de los Huertos de Paco, entre la Ronda de Poniente y Miralbaida. "El compromiso de la presidente del Imgema, Cintia Bustos, es el de que en este mismo año se pongan en funcionamiento estos dos huertos; eso supondría alcanzar en la ciudad los más de 20.000 metros cuadrados de huertos urbanos", insiste Blázquez. "Se ha consensuado que también sean comunitarios, que no se repartan pequeñas parcelitas", añade.

Tanto el presidente de la federación vecinal, como Rafael Blázquez e Isadora Donnier, impulsores del proyecto desde el Imgema y Al-Zahara, y el concejal de Inclusión y Accesibilidad, Bernardo Jordano, coincidieron en "la necesidad de que los futuros huertos urbanos cumplan con unas condiciones de accesibilidad óptimas para permitir así la inclusión y la participación de personas con diversidad funcional".

Al respecto, desde Al-Zahara explicaron que "es importante resaltar que la accesibilidad no sólo consiste en diseñar unos caminos adecuados con un firme y anchura especial, sino que también se ha planteado la necesidad de crear zonas de cultivo adaptadas, es decir, diseñar zonas de huertos plenamente accesibles con mesas de cultivo o bancales elevados". 

Para hacer realidad estos proyectos, el pasado mes de febrero la Junta de Gobierno aprobó la adscripción de una parcela de 8.028 metros cuadrados de suelo en el parque de Levante para la puesta en marcha de un huerto urbano en el mismo. Hace tan solo unos días, el Consejo Rector de la Gerencia le dio el visto bueno, para este fin, a la adscripción de otra parcela de unos 8.000 metros cuadrados en los terrenos situados en Miralbaida y la Ronda Oeste en el que se levantará un nuevo parque.

Uno de los frutos cultivados en los huertos urbanos. Uno de los frutos cultivados en los huertos urbanos.

Uno de los frutos cultivados en los huertos urbanos. / Juan Ayala

El Imgema insiste en que para su correcto funcionamiento estos huertos ecológicos comunitarios necesitarán dotarse de alberca y caseta de herramientas que habrán de construirse en su interior, así como la constitución de ciertos derechos de paso para acometida de agua de riego y electricidad, todo ello sin olvidar otras actuaciones necesarias como mejora del suelo de cultivo, instalación de riego, mejora de accesos para entrada de suministros, vallado, etcétera.

El organismo municipal detalla asimismo que la puesta en marcha de este huerto urbano "supondrá un sólido apoyo a la labor medioambiental y educativa" que desarrolla el Imgema ya que, "entre los objetivos más importantes que pueden ayudar a conseguirlo se encuentran el rescate y puesta en valor de conocimientos y técnicas de cultivo tradicionales; el rescate y promoción de variedades vegetales locales tradicionales que se encuentran amenazadas de extinción; la transferencia intergeneracional de saberes y conocimientos populares; el fomento de la participación ciudadana; y el fomento de la sensibilidad ciudadana ante los problemas y retos medioambientales actuales".

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