Día Mundial del Sueño

Dormir, entre el placer y la necesidad: "Es una inversión en salud"

  • La ayuda de Salud Mental es fundamental en trastornos asociados al insomnio como la ansiedad o la depresión, recuerda Bernabé Jurado, del Reina Sofía

Bernabé Jurado, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Reina Sofía.

Bernabé Jurado, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Reina Sofía. / El Día

El viernes previo a la entrada de la primavera es, desde 2008, la fecha elegida para celebrar el Día Mundial del Sueño, que este 2022 llega bajo el lema Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz, un mensaje que esconde mucho más de lo que pudiera parecer; y que pone en valor la necesidad de dormir, más allá del placer que ya de por sí provoca. Sin ir más lejos, se estima que un tercio de la población tiene alteraciones del sueño, principalmente insomnio; y casi una de cada cinco personas de edad media padece apnea obstructiva, "cifras muy importantes y a las que debemos prestar especial atención por su influencia en calidad de vida y salud", como señala Bernabé Jurado, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Reina Sofía.

"Podemos prescindir de la comida durante unos días, pero no podemos prescindir del sueño más de tres o cuatro", recuerda el también jefe de sección de la Unidad de Neumología, consciente de que "es fácil entender que es una necesidad fisiológica". "Lejos de ser un tiempo perdido, es una inversión en salud", repite Jurado, que añade que "durante el sueño se producen una serie de cambios metabólicos, hormonales, en las cifras de presión arterial, en la frecuencia cardíaca... Se trata de un proceso biológicamente activo". 

El doctor matiza que, "aunque es una obviedad, el sueño es clave para mantenernos despiertos y desarrollar las actividades diarias", añadiendo detalles que reflejan la importancia de un proceso que ocupa una media de siete-ocho horas al día: "El sueño no es un estado de reposo, existen muchas acciones biológicas de gran importancia, pero escasamente estudiadas, tanto en un estado de salud como de enfermedad". "Existe mucho desconocimiento y falta de conciencia en este tema, tanto en la sociedad en general como en el colectivo sanitario", complementa Bernabé Jurado, para el que es "paradójico que siendo un estado que ocupa un tercio de la vida no exista un aprendizaje sobre el mismo en las facultades de ciencias de la salud; este hecho es un ejemplo de la importancia que se le da al sueño".

"Todos hemos experimentado alguna circunstancia en la que no hemos dormido una noche, sólo hay que pensar en lo nos ocurre al día siguiente", comenta el facultativo sobre un problema que puede influir en la capacidad de aprendizaje, de estar alerta y provoca pérdida de memoria. Alternaciones neurocognitivas, todas ellas, que tienen consecuencias en el día a día, pues pueden aumentar la posibilidad de sufrir un accidente, elevar la accidentabilidad laboral en profesiones de riesgo e, incluso, disminuir el rendimiento en el trabajo. "El cansancio, el agotamiento físico es evidente en personas que no han tenido un sueño reparador, bien por mala calidad del sueño o por deprivación crónica del mismo", explica Jurado, que desliza que estos trastornos favorecen "la aparición de un carácter irascible, ansiedad y depresión..., que a la postre puede originar insomnio y, en definitiva, una peor salud mental y física".

Aunque no hay datos sobre la amplia gama de patologías derivadas del sueño -insomnio, narcolepsia, síndrome de la pierna inquieta...-, sí se puede asegurar que la primera de ellas es la "más frecuente", si bien dentro de los denominados trastornos secundarios guarda un lugar preferente la apnea obstructiva, que afecta al 15% o 20% de la población de edad media y "copa la mayor parte de los estudios de sueño" de  la Unidad del Sueño del Reina Sofía que dirige Bernabé Jurado.

"Esta es una enfermedad que se caracteriza por un ronquido intenso y entrecortado por las frecuentes paradas respiratorias que se pueden producir mientras se duerme. Una aproximación muy fidedigna para el diagnóstico lo suele aportar la pareja del paciente, que realmente observa con angustia estas paradas respiratorias", señala el doctor, que contabiliza más de 7.000 pacientes en la actualidad en el Distrito Córdoba en tratamiento con un dispositivo que aporta aire a una determinada presión e impide el cierre de la glotis y en consecuencia las pausas respiratorias.

El neumólogo insiste en que "muchas enfermedades se manifiestan con síntomas asociados a trastornos respiratorio del sueño, como ocurre en alteraciones importantes en la caja torácica, en algunas enfermedades neuromusculares, caso de la enfermedad lateral amiotrófica, y en ellas suele parecer dificultad para estar tumbado, sueño fragmentado, dolor de cabeza durante la noche o al despertar y, a veces, somnolencia diurna".

Equipo de la unidad del complejo sanitario cordobés. Equipo de la unidad del complejo sanitario cordobés.

Equipo de la unidad del complejo sanitario cordobés. / El Día

Pero, ¿se puede hacer algo para mejorar la calidad del sueño? ¿Hay alguna receta mágica? Jurado hace una distinción entre "situaciones anómalas que afectan al ritmo biológico normal del sueño", caso de trabajos nocturnos o falta crónica de sueño -en los últimos 30 o 40 años se ha perdido una media de una hora de sueño porque "se considera normal acostarse tarde, ver la televisión en la cama o leer el móvil"-, hábitos que "tienen consecuencias negativas en salud e incluso una mayor mortalidad"; y la existencia de "un trastorno intrínseco del sueño", que requiere de un diagnóstico que arranca en la Atención Primaria y pasa por diferentes especialidades médicas. "En la actualidad el aumento del insomnio es muy importante y la ayuda de Salud Mental se torna fundamental para el adecuado manejo de esta enfermedad", sentencia.

Es por eso que este año, el lema del Día Mundial del Sueño hace hincapié en este último punto. Y no es baladí, pues el objetivo es "difundir la importancia de lograr un sueño de calidad y alertar a la sociedad sobre los diferentes trastornos del sueño y las consecuencias de los mismos, destacando las alteraciones que puede tener en el estado de ánimo", comenta Bernabé Jurado, que no es ajeno a la influencia que la pandemia, la guerra de Ucrania, el aumento de situaciones externas climatológicas como la sequía o la reciente lluvia de barro tienen en la irrupción de "incertidumbre", sin olvidar que "las vivencias del día tienen repercusión en el sueño".

"Es exponencial el aumento que han experimentado el insomnio y los trastornos asociados a ansiedad y depresión, y que se traduce en un aumento en la actividad asistencial en áreas de Salud Mental", continúa el responsable de la Unidad del Sueño del Reina Sofía, que finaliza con un mensaje rotundo: "Dormir poco no es un buen hábito, dormir mal, caso del insomnio o tener paradas respiratorias durante el sueño son enfermedades con gran repercusión en calidad de vida y salud. La prevención y diagnóstico de estos trastornos con clave para vivir más, mejor y, recordando el eslogan, más felizmente".

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