Noche del Patrimonio

Córdoba se asoma a la vieja normalidad y redescubre su belleza patrimonial

Varias personas acceden al interior de la Mezquita-Catedral.

Varias personas acceden al interior de la Mezquita-Catedral. / Juan Ayala

El bullicio por fin ha regresado a las calles de Córdoba. El trasiego de turistas, de invitados a bodas o bautizos, el de reencuentros de grupos de amigos, el de viajes en familia, o el de cordobeses que ayer quisieron redescubrir la belleza de la ciudad fue constante a lo largo de la jornada de otro sábado de pandemia, pero en la que el protagonista fue, sin duda alguna, el excelso patrimonio de la capital.

La celebración de la cuarta edición de la Noche del Patrimonio ha permitido a Córdoba acercarse a la vieja normalidad, esa que tanto se echa de menos y que, poco a poco –gracias a la bajada de la incidencia del coronavirus– parece que llega. Bulla de esas que quedaron en el olvido en marzo de 2020, pero que vonvieron en una simple jornada, como si hace casi ya dos años la vida no se hubiera detenido por culpa del SARS-CoV-2 y no se pudiera poner un pie en la calle por miedo al contagio.

Buen ejemplo de ese anhelo ha sido ver de nuevo las calles del Centro y del Casco Histórico de la capital repletas de personas de personas en horario nocturno, como en una jornada por ejemplo de Semana Santa o de Patios, gracias a la apertura tardía de los principales monumentos de Córdoba. Una apertura, para la que se han dispuesto todas las medidas de prevención frente al covid-19, y que también ha servido para animar al sector de la hostelería, ya que vivió también una gran jornada ante la llegada de más público del esperado hasta la fecha. Terrazas repletas de mesas reservadas para una noche de celebración del patrimonio y, por qué no del rencuentro con la normalidad de siempre, que poco a poco va encontrando su hueco.

Una joven realiza una fotografía en el interior de la Mezquita-Catedral. Una joven realiza una fotografía en el interior de la Mezquita-Catedral.

Una joven realiza una fotografía en el interior de la Mezquita-Catedral. / Juan Ayala

Al igual que en las ediciones precedentes, la Noche del Patrimonio estuvo en tres secciones en las 15 ciudades declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Una de ellas fue la denominada Abierto Patrimonio, que ha incluido la apertura de monumentos y espacios culturales.

Entre todos ellos, la Mezquita-Catedral de Córdoba, principal atractivo turístico de la ciudad que ha contado con la visita de miles de personas a lo largo de toda la jornada y que ha abierto sus puertas a partir de las 19:00 para dar cabida a un más que elevado número de turistas y también a varias celebraciones religiosas, entre ellas, dos bodas vespertinas. Entre todos estos turistas se encontraba Eusebia Peinado, procedente de Alicante y que recaló ayer en Córdoba después de llevar, según ha contado, “diez días viajando por Andalucía”. En su caso, desconocía la celebración de la Noche del Patrimonio y ha visitado por la mañana la Mezquita-Catedral “y he pagado la entrada, pero cuando he sabido que se podía visitar gratis por la tarde, he vuelto”. “Esto es un pasada”, ha considerado, al tiempo que ha explicado que tras conocer esta cita “voy a ir al Alcázar de los Reyes Cristianos y ya mañana –por este domingo– a la Sinagoga”. 

Tras ver la procesión de la Divina Pastora, Pablo Gil junto a un grupo de amigos ha puesto rumbo hasta el Alcázar de los Reyes Cristianos, donde se ha celebrado el espectáculo Entre Córdoba y Chiclana, de la mano del artista flamenco Antonio Reyes. La noche ha terminado con la música del guitarrista cordobés y Premio Nacional del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba Niño Seve, que ha ofrecido un concierto junto a su grupo.

El joven Pablo, de 22 años que termina este curso el grado de Educación Primaria, ha destacado la importancia de que “volvamos a la normalidad y podamos salir a la calle sin miedo”. Es más, el aspirante a profesor ha señalado que “una de las cosas que más me ha llamado la atención ha sido la cantidad de gente que hay en la calle; la verdad es que ya había muchas ganas”. Aunque también ha lanzado una ligera crítica: el hecho de tener que esperar más de veinte minutos para poder entrar al Alcazár de los Reyes Cristianos. Y es que, hasta este monumento llegaron numerosas personas dispuestas a recorrerlo y disfrutar de las actuaciones, pero la celebración de bodas impidió su acceso hasta que acabaron.

Numerosas personas guardan cola para visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos. Numerosas personas guardan cola para visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos.

Numerosas personas guardan cola para visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos. / Juan Ayala

Pero aún ha habido más porque el Museo Taurino también ha abierto sus puertas hasta la madrugada. Ha sido aquí donde se ha rendido homenaje al Grupo Cántico a través de reconocidas voces poéticas de la ciudad. A ello se suma, Diálogos en escena con Romero de Torres, la propuesta que ha ocrecido el Museo Julio Romero de Torres, un recorrido escénico por las principales obras del genial pintor. El Museo Arqueológico, por su parte, ha albergado un espectáculo de música, luz y sonido a través del concierto de Fernando Vacas y Soleá Morente, mientras que Medina Azahara ha ofrecido dos visitas nocturnas teatralizadas llamadas Sirvientes y emisarios. Preparando la visita de una embajada.

La segunda sección de la noche ha sido Vive Patrimonio, con una gran oferta cultural y de ocio que se repartió por el Casco Histórico de la capital, repleto de personas deseosas de estar en la calle y empezar a dejar de pensar tanto en el covid-19. No en vano, desde la Delegación de Patrimonio del Ayuntamiento se han preparado una veintena de rutas, de las que 14 se han extendido por la Judería –una zona que también ha rebosado de público hasta pasada la madrugada–, han llegado al Centro y han acabado en la Axerquía. Además, las rutas han contado con multitud de paradas significativas de la capital como la plaza de las Tendillas, la plaza del Cristo de Gracia o la Puerta Almodóvar.  

La tercera sección se ha llamado Escena Patrimonio, un festival y plataforma de creación para la danza en espacios patrimoniales. En este caso, la cita en Córdoba ha sido en la Sala Orive, donde el coreógrafo cordobés Antonio Ruz, junto a la violista Isabel Villanueva, han puesto en escena el montaje Signos, un encuentro de la danza contemporánea y la música clásica, que ha deleitado al público asistente. 

Con todo ello, Alcalá de Henares, Ávila, Baeza, Cáceres, Córdoba, Cuenca Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona, Toledo y Úbeda han abierto las puertas de sus monumentos más significativos y han dado vida a sus centros históricos llenándolos de actividades culturales y de ocio, junto con el Festival de Danza Escena Patrimonio.

Además, las actividades escénicas y teatrales de este día se han retransmitido en directo para cualquier país del mundo desde la página web de la Unesco, además de la página oficial y también en las plataformas de las Asociaciones de Patrimonio Mundial de Cuba, México y Perú.

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