Urbanismo

Córdoba prevé crecer en las próximas décadas con la ejecución de más de 37.000 viviendas

Bloque en construcción en Córdoba.

Bloque en construcción en Córdoba. / Juan Ayala

El Ayuntamiento de Córdoba prevé que la ciudad crezca urbanísticamente en las próximas décadas con la ejecución de más de 37.000 viviendas, unas 17.000 en suelo urbanizable sectorizado y unas 20.000 en suelo urbanizable no sectorizado. Así se refleja en la Agenda Córdoba 2030 o plan estratégico diseñado por el Consistorio para la ciudad a desarrollar en los próximos años.

El suelo urbanizable sectorizado, también llamado urbanísticamente  suelo urbanizable programado o delimitado en sectores, es un suelo que el plan de ordenación urbanística señala de interés para la ciudad. Por ello, el plan lo divide en sectores para que sean objeto de actuaciones de urbanización. 

El suelo urbanizable no sectorizado, también llamado suelo urbanizable no programado o no delimitado en sectores, es un suelo del cual el plan de ordenación urbanística señala únicamente su aptitud para la urbanización si se dan determinadas circunstancias. Por ello, no existe ningún compromiso de actuación por parte del Ayuntamiento, si bien no se excluye la posibilidad de promoción de su urbanización. Sin embargo, en ese caso el Ayuntamiento podía actuar con criterios de oportunidad, fijar condiciones complementarias y realizar concursos entre diferentes agentes para su urbanización. Asimismo, el suelo urbanizable no sectorizado puede pasar a ser sectorizado mediante la revisión del programa de actuación del plan municipal.

De las 17.000 viviendas que se prevén en suelo urbanizable sectorizado, dos terceras partes están localizadas en el núcleo principal, con capacidad para unos 51.000 habitantes. El documento destaca que el crecimiento de la ciudad se prevé desarrollar en 55 sectores de suelo urbanizable sectorizado (20 en el núcleo principal y 35 en núcleos periféricos), que afectan a una superficie próxima a las 1.110 hectáreas. Asimismo, se contempla la adscripción de 106 hectáreas a nuevos suelos industriales, para la materialización de unos 470.000 metros cuadrados de techos y usos industriales y compatibles, 200.000 metros cuadrados para ampliaciones de los polígonos preexistentes y el resto en nuevos suelos industriales localizados en los núcleos periféricos.

Por otra parte, en suelo urbanizable no sectorizado -el que se encuentra delimitado en parcelas, sectores o áreas, por lo que su transformación está contemplada a largo plazo- los crecimientos plantean a nivel residencial ordenar los espacios de transición entre la ciudad y el campo, y a nivel industrial extender los polígonos preexistentes sobre vacíos expectantes estratégicamente situados, además de posibilitar la materialización de los grandes equipamientos y dotaciones públicos de escala territorial tanto en Poniente como en Levante.

Para ello dentro del plan estratégico se recogen distintas propuestas: Ciudad Jardín de Poniente-Sur, con su importante equipamiento dotacional, incluida la Ciudad de la Salud, y la adscripción parcial de los suelos BIC de Turruñuelos y Canteras de la Albaida para la ejecución de grandes espacios públicos del eje arqueológico; Ciudad Jardín de Levante, con los sistemas generales incluidos en el eje logístico y en el Parque Deportivo de Levante, así como la adscripción parcial de los suelos BIC de Turruñuelos; e industrial de Levante e industrial de Poniente (área Higuerón Nuevo y Santa Marta), con la adscripción proporcional del sistema general Centro de Transporte Intermodal de Mercancías, localizado sobre la margen norte de la estación de clasificación de El Higuerón.

El documento recoge que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) establece 35 ámbitos de suelo urbanizable no sectorizado (27 de uso residencial, seis de uso industrial y dos de uso dotacional), que ocupan una superficie total de 1.870 hectáreas. De ellas, 1.491 hectáreas son de uso residencial para la ejecución de 19.600 viviendas (con capacidad para 58.000 habitantes), repartidas entre el núcleo principal (12.250 viviendas), el núcleo periférico de El Higuerón (450 viviendas), suelos de parcelación (1.200 viviendas) y suelos parcialmente ocupados desintegrados del modelo de ciudad (5.700 viviendas).

Así como 320 hectáreas de uso global industrial y compatibles, distribuidas entre extensión natural de los polígonos preexistentes (123 hectáreas), la ampliación del polígono de La Rinconada (55 hectáreas), apoyo al parque logístico en el Higuerón Nuevo (66 hectáreas), y suelos parcialmente ocupados del polígono Santa Marta y parcelación industrial El Arenal (76 hectáreas); y 59 hectáreas para usos dotacionales y compatibles a definir por cada Plan de Actuación Urbanística (Ciudad Sanitaria e I+D del Campus de Rabanales).

Con respecto a las pedanías, y con la finalidad de realizar una intervención positiva en el medio rural que mejore la estructura del territorio municipal, el plan propone varias acciones. Una de ellas es potenciar los asentamientos residenciales de El Higuerón, Alcolea, Santa Cruz, Cerro Muriano, Villarrubia, Santa María de Trassierra, y la entidad local autónoma Encinarejo, mediante una adecuada definición de los crecimientos (en localización, dimensionamiento y modos de implantación), con el fin de propiciar la nucleización de dichos asentamientos dentro de la estructura territorial de estas periferias de la ciudad, creándose de este modo nuevas centralidades económicas y habitacionales.

También propone paralizar los procesos de asentamientos diseminados y clandestinos, mediante dos principales acciones: desarrollar una importante y atractiva oferta residencial integrada en cada núcleo  periférico como alternativa a los procesos de implantación clandestina; y definir una serie de instrumentos urbanísticos a aplicar en los espacios vacíos que conforman actualmente los suelos vacantes de la estructura de este territorio que impidan la parcelación ilegal (imposibilidad de registrar e inscribir) y el derecho de retracto en favor de la Administración de cualquier transacción que se realizara sobre dichos suelos.

Asimismo, realizar un pormenorizado estudio tipológico de todas las parcelaciones ilegales y valorar sus grados de regularización urbanística, con el fin de garantizar como acción previa la ejecución de sus más importantes infraestructuras y equipamientos sin que ello origine injustas cargas económicas a la municipalidad que no podría equitativamente asumir. Así como diseñar instrumentos urbanísticos específicos y de gestión más adaptados a los problemas del territorio sobre el que se pretende actuar y compatibilizados con los singulares modelo de desarrollo tipológico que se originan en estos territorios que necesitan mecanismos más ágiles y eficaces que sean capaces de competir con las implantaciones diseminadas, garantizando la estructura viaria de cada pedanía y el efecto de nucleización y nuevas centralidades territoriales que el PGOU pretende potenciar y cualificar en estos asentamientos.

Otra de las propuestas es la de la creación de la Oficina Municipal del Suelo No Urbanizable para que controle y desarrolle estos específicos suelos que requieren procesos de planeamiento y gestión muy diferenciados de los propios de los suelos urbanizables clásicos. "Con ello se prevé una recualificación y reforzamiento del papel urbano-territorial de estos núcleos, sin perjuicio de que se pudiera requerir en un futuro una complementación del modelo propuesto, mediante la clasificación de suelos industriales y productivos de carácter local, posibilitando a su vez en el caso de Alcolea y Encinarejo la regularización de parcelaciones urbanísticas de esta naturaleza existentes en sus entornos", destaca el documento.

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