En las últimas semanas, el anuncio por parte de la Consejería de Salud de un nuevo Plan de Atención Primaria en Andalucía ha causado malestar y críticas por parte de los sindicatos -tanto profesionales como de clase-, que han criticado que la Junta no haya contado con ellos para diseñar un proyecto que afectará a nivel laboral al personal de los centros de salud.

Uno de los puntos más conflictivos de este plan ha sido el de la instauración de las consultas de acogida, una medida que se puso en marcha hace meses para localizar y derivar a un circuito diferente a los pacientes que llegaban con síntomas de covid-19, pero que, al parecer, ha llegado para quedarse a pesar de que el nivel de contagios ha disminuido drásticamente.

La mayoría de los centros de salud de Córdoba ya usan este sistema de triaje en el que un profesional de enfermería se encarga de atender al paciente que llega al centro de salud por una urgencia. Es decir, la consulta de acogida no afecta a quienes tengan cita previa con su médico, sino a las personas que tengan alguna dolencia que no pueda esperar y tampoco sea tan grave como para ir a Urgencias extrahospitalarias u hospitalarias.

A diferencia del triaje en urgencias hospitalarias, no todos los pacientes son vistos por un médico

En este sentido, hay que tener en cuenta que la demora para una cita con el médico de familia sigue siendo mínimo de 15 días. Las agendas están colapsadas y conseguir una cita ya sea a través del teléfono o de la aplicación móvil de Salud Responde es todo un reto. Con ese panorama, no son pocos los ciudadanos que acuden a su centro de salud para ser atendidos sin cita por problemas que necesitan un diagnóstico y tratamiento lo antes posible.

En estas consultas de acogida, la evaluación de cada paciente y posterior prescripción de fármacos o derivación al médico si lo creen necesario corre a cargo de las enfermeras, un punto que ha causado mucho malestar en el colectivo médico. "La única solución que se ofrece al ciudadano que lleva dos semanas intentando conseguir una cita telefónica con su médico es que sea atendido por enfermería y que este profesional valore si debe ser visto o no por el médico, es decir enlentecer aún más el proceso y aumentar las demoras para la asistencia médica", asevera el Sindicato Médico Andaluz (SMA), que incluso señala que se puede tratar de "intrusismo".

Por su parte, el Sindicato de Enfermería (Satse) cree que esto supone un reconocimiento a las labores que ya realizan las enfermeras, pero a su vez pide contrataciones para evitar la sobrecarga de la plantilla.

Protocolos de las consultas de acogida

Según explica el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en sus protocolos, en este tipo de consultas las enfermeras de Atención Primaria "realizan una primera valoración de las personas que acuden de forma presencial al centro con una demanda clínica no demorable sin que se trate de una urgencia vital o muy grave". Tiene como objetivo "la resolución y/o reorientación de la demanda de una manera colaborativa con el médico de referencia".

En realidad, será una especie de filtro ya que algunos de estos pacientes no serán vistos por un médico sino que será la propia enfermera la que le recete un medicamento o le dé unas recomendaciones. Esa es la principal diferencia entre este triaje y el que se hace en las urgencias de los hospitales. En estas últimas también son las enfermeras las que hacen el triaje para valorar el nivel de gravedad y la dolencia, pero finalmente todos los pacientes acaban siendo atendidos por un facultativo.

El protocolo del SAS es claro en este sentido al afirmar que la profesional "realizará la primera valoración e identificará si el problema o necesidad de salud se puede resolver en esta consulta, o se necesita resolver de forma colaborativa con el médico".

Puerta de acceso al centro de salud Carlos Castilla del Pino.

Las situaciones con las que se puede encontrar la enfermera se situarán en alguno de estos tres casos: necesidades de cuidados, sintomatología referente a cualquiera de los 18 protocolos expresamente diseñados para la consulta de acogida o activación del circuito covid. "En caso de que la situación clínica requiera la intervención del médico, la enfermera remitirá a la persona al médico de familia de referencia o al circuito de urgencias establecido en el centro", indican los protocolos del SAS.

Como "instrumento de soporte para la toma de decisiones clínicas" para que las enfermeras den respuesta a las necesidades de atención de la ciudadanía, el SAS explica que se ha diseñado "por parte de un grupo formado por médicos y enfermeras de los centros y representantes de las sociedades científicas de referencia de Atención Primaria (SAMFyC, Semergen, SEMG y Asanec) un conjunto de protocolos de actuación" en base a los procesos "de mayor prevalencia que se atienden en este contexto de consulta clínica no demorable". Así, la enfermera tendrá estos documentos como guía a la hora de afrontar cada caso.

En total, se han diseñado 18 protocolos: afta oral, ansiedad, anticoncepción, artralgias-dolor articular, dolor cervical y dorsal, dolor lumbar, diarrea, herpes labial, hipoglucemia general, elevación aguda de la tensión arterial, molestias urinarias, odontalgia, orzuelo, picaduras, quemaduras, reacciones alérgicas, trauma leve y vómitos.

De esta forma, en cada protocolo aparece la definición de cada uno de estos problemas de salud, los criterios de inclusión, los criterios de exclusión (los que implican la derivación al médico) y la prescripción enfermera de fármacos y recomendaciones de cuidados para el paciente.

En opinión del Sindicato Médico Andaluz, con la instauración de la consulta de acogida la Junta "obvia el problema real que no es otro que la falta de médicos y que se quiere suplir contratando a más enfermeras para reducir costes, asignándoles tareas propias del médico". A su juicio, "esto tiene un nombre legal: se llama intrusismo y ante esta situación nos veríamos obligados a acudir a la justicia".