Incluso en los tiempos en los que existen pocos asuntos donde la sociedad se muestra de acuerdo de forma unánime, la candidatura de Córdoba como Ciudad Europea de la Cultura en 2016 -lo que aquí se conoce como Capitalidad- recibe el respaldo de la ciudadanía sin fisuras. No existe grupo social que no considere que existen unos beneficios innegables detrás de la organización de un acontecimiento al que aspiran seis ciudades españoles y que ahora afronta su etapa final. El resultado: en junio.

El 91,1% considera que obtener el ansiado título de la Capitalidad reportará beneficios para Córdoba, con matices de que algunos consideran que serán enormes y otros que tendrían un impacto menos relevante. Los datos están en la línea de otros sondeos realizados por el Consistorio quien detectó en su día el amplio grado de conocimiento de la candidatura y las enormes simpatías que despierta.

Aunque el sí a 2016 es realmente aplastante, son las personas que votaron al Partido Socialista las que tienen más fe. Son ellos los que entienden que ganar la carrera de la Capitalidad reportará beneficios innegables. En una posición intermedia, se encuentran quienes votaron a IU que auguran buenas nuevas si se logra la carrera. La posición más tibia, dentro del apoyo generalizado, la protagoniza el electorado del PP. Un dato: el electorado popular tiene el doble de personas que opinan que 2016 tendría efectos perniciosos para Córdoba. De un 5,4 a un 12,4%.

Las mujeres son el segmento de población más optimista con un 92,2% de apoyo a las tesis más favorables para Córdoba. Por grupos de edades, a más juventud, mayor es el grado de implicación. 65 de cada 100 personas entre 18 y 30 años considera que los efectos serían espléndidos. A partir de 60 años, los altos beneficios se reducen a un 48,3%.