El Consejo del Movimiento Ciudadano de Córdoba ha exigido este martes "ampliar" el proceso participativo para la redacción del Plan Estratégico de la ciudad, al entender que "adolece de un carácter excesivamente técnico, de propuestas prefijadas y sin contrastar". "Las sesiones celebradas se han planteado sobre una lluvia de ideas sin más valor", ha censurado el organismo que preside Juan Andrés de Gracia.

La entidad ha hecho público un decáloco con sus propuestas, la primera de las cuales es "recuperar el proyecto de Córdoba como ciudad cultural centrado en el patrimonio", para lo que considera imprescindible retomar el plan de equipamientos e infraestructuras culturales y la fundación que aúne las actuaciones de todas las administraciones y las iniciativas sociales y ciudadanas.

También aboga el Movimiento Ciudadano por "reforzar el papel logístico de la ciudad más allá del proyecto de Base que, por ahora, solo ha supuesto un coste para el Ayuntamiento sin que quede clara su repercusión final en la ciudad" y por "activar una renta social complementaria al Ingreso mínimo Vital y a la renta mínima de Inserción". Se trata, en suma, de un "plan de actuación social que aglutine todos los recursos disponibles de las distintas administraciones".

La cuarta medida es un plan de adaptación de la ciudad al cambio climático y la quinta, un plan de consolidación de los procesos y las infraestructuras de participación como modo de gobernar contando con la ciudadanía de forma efectiva, es decir, el desarrollo del reglamento de participación ciudadana. En el número seis, el Consejo aboga por una "apuesta real" por la igualdad mediante programas dirigidos a la mujer, actualizando el plan transversal de género y dotándolo de presupuesto suficiente.

La séptima propuesta es conformar un plan de actuación sobre los mayores que vaya más allá de la red de participación activa y dé respuesta a la brecha digital, la soledad o la cobertura de sus necesidades fundamentales y la octava, "poner en valor la periferia de la ciudad mediante su incorporación urbanística a la ciudad, el desarrollo de sus valores patrimoniales y la mejora de su movilidad".

La novena medida es una "definitiva" apuesta por el río y la sierra como elementos medioambientales de primera magnitud que deben estructurar la ciudad y su relación con la ciudadanía y la décima y última, una "apuesta por el Casco Histórico como elemento vivo". Para ello, demandan un plan de gestión, tal y como la Unesco solicita, que incluya el control de la actividad turística y hostelera.