Una pequeña maqueta hecha de resina que cabe en la palma de la mano. Éste es el avance que dejó ayer Ellen van Loon, socia de OMA -la oficina de arquitectura cuyo máximo directivo es Rem Koolhaas-, del trabajo que pretenden realizar con el proyecto existente del Palacio del Sur. Ayer, la Gerencia de Urbanismo y la oficina holandesa de arquitectura rubricaron el contrato que liga a ambas entidades para efectuar el diseño definitivo del centro. El portavoz de IU, Andrés Ocaña, afirmó que mientras se realiza ese trabajo el Ayuntamiento pretende "terminar" las negociaciones para obtener la financiación definitiva del centro de congresos.

Por los plazos establecidos en el contrato, se espera que el proyecto de ejecución, previo a la realización de las obras, esté culminado en torno al mes de agosto. Ese es el plazo que se ha dado el Consistorio para cerrar las negociaciones de la financiación que implican las arcas municipales, el presupuesto de la Junta de Andalucía y la voluntad política y económica del Gobierno central.

Andrés Ocaña remarcó ayer que el equipo de gobierno dispone de "garantías firmes" de las instituciones implicadas sobre el desarrollo del proyecto. Para el equipo de gobierno, la presencia del Palacio del Sur en los presupuestos autonómicos y estatales es suficiente para conocer que, al menos, la intención de la Junta y del Ministerio de Industria es apoyar la construcción. Las negociaciones que quedan por desarrollar pasan por la mayor de las complicaciones: obtener una financiación suficiente que permita un convenio a tres bandas, que dé luz verde a la licitación del proyecto definitivo.

En realidad, el esquema es sencillo. El equipo de gobierno necesita recaudar -bien mediante fondos propios, bien mediante recursos de otras administraciones- en torno a 67 millones de euros, que es la cantidad en la que está presupuestado el proyecto (siempre que no incurra en desviaciones), más los impuestos y el beneficio industrial. El Consistorio siempre ha defendido un acuerdo en el que todas las partes aporten un tercio del presupuesto pero las cifras que se han barajado hasta el momento no se acercan ni de lejos a esas necesidades. El presupuesto de ejecución material, que no incluye ni los impuestos ni la plusvalía del contratista, asciende a 48 millones.

La fórmula elegida para reducir el coste del proyecto, según se vislumbra de la poca información disponible, es que el palacio se convierte en palacete. El equipo de Koolhaas, que no quiso realizar declaraciones, ha reducido considerablemente las dimensiones de manera que sólo se ocupe la mitad de la parcela original, la más cercana al futuro Centro de Creación Contemporánea. La zona del hotel ha sido eliminada "y no se realizará por el momento", dijo Ocaña, lo que abre la puerta a futuras operaciones. El proyecto que se prepara mantiene el voladizo sobre la avenida que corta el parque de Miraflores, un espacio necesario para dar respuesta a los usos previstos.

Los equipos técnicos empezarán a visitar la ciudad de forma que se puedan realizar los cálculos precisos para que el edificio albergue todas las instalaciones que figuran en el programa. El cambio más sustancial se encuentra en la zona del auditorio, que gana tamaño, para conseguir las 2.000 plazas de aforo que exige el Consistorio. La rebanada central del edificio albergará la zona de congresos, que tendrá ocho salas polivalentes.