Cultura

Aladro defiende que no le han dejado transformar "una estructura y mentalidad del IMAE desfasadas y obsoletas"

Carlos Aladro.

Carlos Aladro. / Juan Ayala

"Amigos, compañeros, colegas, artistas todos y todas, ¡Viva el teatro! ¡Viva Córdoba! ¡Muchas gracias! ¡Y hasta siempre!". Con estas palabras ha concluido Carlos Aladro su comparecencia pública convocada tras su cese fulminante como gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE) tan solo cinco meses después de acceder al cargo. Aladro ha insistido en dicha comparecencia en que su pecado ha sido haber intentado transformar una estructura y mentalidad del IMAE "que están desfasadas y obsoletas".

Este pasado lunes, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento aprobó el cese de quien era desde principios del pasado mes de octubre gerente del IMAE. La edil de Cultura y presidenta del IMAE, Isabel Albás, justificó entonces el cese en que Aladro no se había adaptado a trabajar con el equipo del instituto ni a las políticas culturales del equipo de gobierno del Consistorio. Además, en el expediente que acompañó al cese, Albás acusa a Aladro de "trato inadecuado", insistiendo en que le profirió voces. "Abundando en estos hechos objetivos que quiebran la confianza entre las partes, se ha producido un trato inadecuado profiriendo voces por parte de la gerencia a esta presidencia", relata Albás en el expediente.

Aladro, quien no ha querido entrar en el asunto de las voces, ha recordado que los primeros problemas en el IMAE "los padecí muy pronto", la primera vez que teletrabajó de jueves a martes desde Madrid tras el acuerdo que cerró en su contrato con el objetivo de poder conciliar y estar con sus hijos. "A la vuelta de ese primer fin de semana en el que me fui de Córdoba, recibí una serie de comentarios y advertencias en plena luz pública que no entendí muy bien; desde entonces todo fue complejísimo", ha sentenciado.

Aladro ha incidido en que ha encontrado poca colaboración tanto por parte de la presidenta como del equipo del IMAE a la hora de llevar a cabo un trabajo emprendido después de que tras su llegada a Córdoba acometiera acometiera un proceso de conocimiento e indagación sobre los procesos internos del IMAE y un acercamiento y conocimiento del sector escénico, cultural y social de Córdoba.

"Lo que ingenua, y reconozco que muy torpemente, intentamos algunas personas, de toda clase y condición, es poner en transformación unas estructuras y una mentalidad que ya están tan caducas como obsoletas, ya que lo que apenas funcionó en los años 80, 90 y 2000, hoy está totalmente desfasado, y no atiende a las necesidades reales de un servicio público de cultura del siglo XXI, al servicio del mayor número y diverso de ciudadanos, conectándolos y transformándolos a través del más amplio espectro de lenguajes artísticos, independientemente de su supuesta rentabilidad económica, o de su sentido de la utilidad", ha sentenciado el ya gerente cesante del instituto. "Es decir, en la reivindicación seria y concreta de la utilidad de lo inútil, en palabras de Nuccio Ordine, y en el compromiso firme de democratización de las practicas artísticas contemporáneas", ha añadido.

Aladro cree que lo que ha provocado también su cese ha sido la confrontación entre los niveles de calidad que él exigía y la poca colaboración que, según él, obtenía al respecto de la estructura del IMAE. El ya exgerente ha echado mano de la metáfora para evitar señalamientos innecesarios, según ha puntualizado. "No hay enfermedad grave [en este caso en el IMAE] que se pueda curar sin un tratamiento doloroso. Lo único que puedo decir, es que quizás yo no sea el médico adecuado para este tipo de dolencia, pero mi diagnóstico es muy preocupante, así lo he transmitido, y así he propuesto métodos y fórmulas para abordarlo", ha sentenciado.

"El problema existe, por muy poco visible que sea para muchas personas. Me consta que para otras muchas es evidente, y para mí, ha resultado ser hasta contagioso, y ahí es donde hay que parar y ponerse a salvo. No se han dado las condiciones para desarrollar mi labor de renovación, transparencia y buen gobierno, en definitiva de sanación, y ha sido así desde casi mi llegada, y lo que hay en el IMAE está allí desde hace mucho tiempo, y desde mi humilde criterio profesional, demasiado para una ciudad con el potencial, la belleza y la grandeza de Córdoba", ha añadido.

Reparación moral

Aladro ha lamentado la manera en la que han trascendido los acontecimientos desde que se conociera su cese. "Vivimos, presuntamente, en la presunción de inocencia, pero el mundo de la posverdad mediática ha facilitado que la mentira reine a sus anchas, impune y solemne allí por dónde es bien recibida y mejor tratada, alcanzando sin reparos a nuestras instituciones. Pero las mentiras, así tan chicas ellas, tienen las patitas muy cortas…", ha denunciado. Asimismo ha insistido en que "no existe ya reparación moral para mí, ni para mis seres queridos, lo dicho queda expuesto en la plaza pública global virtual, y el malestar propio y de los míos lo cuidaremos y lo repararemos entre los míos, nada espero de otros". Y ha adelantado que "de lo que sea pertinente" se dará cuenta a la administración de justicia, "para lo que buenamente pueda proceder"

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