La alcaldesa, Rosa Aguilar, ordenó ayer “echar el freno de mano” en las prisas que ella misma había expresado por alcanzar un acuerdo con la oficina de Rem Koolhaas. “No vamos a decir sí a lo primero que nos llegue”, aseguró taxativa la regidora. La razón de estas palabras forman parte de una lógica de negociación. En un contexto de presión, siempre sale perdiendo aquel al que más se le nota que necesita llegar a un acuerdo. Y fue la propia alcaldesa quien aseguró que habría una definición de proyecto antes de las vacaciones de agosto para intentar salir lo antes posible de la crisis generada tras la espantada de Ferrovial. “Hay que echar un pulso para defender los intereses de la ciudad”, dijo la regidora, quien aseguró que “la velocidad” por concluir esta fase del proyecto “no nos va a hacer olvidar cuestiones importantes”. En OMA, un despacho de arquitectos que opera a escala global, son plenamentes conscientes de la importancia política local que tiene el proyecto del Palacio del Sur. “Ello nos obliga a ser cuidadosos”, aseguran, remitiéndose a la confidencialidad entre proveedor y cliente en determinados aspectos. La oficina de arquitectura asegura estar dentro de la iniciativa y manifiesta que se están estudiando las alternativas para que “todas las partes acaben felices con el resultado”.