Nihil novum sub sole, dice el famoso proverbio cuya traducción al castellano significa nada nuevo bajo el sol. En el mitin que realizó ayer IU en la plaza de la Corredera -como en casi la mayoría de los mítines- no se escucharon nuevas ideas que la formación no hubiera ya expuesto durante las últimas semanas de campaña, pero eso no quiere decir que el acto tuviera desperdicio. Bien podría decirse que la arenga que pronunció el coordinador provincial de IU, Pedro García, que estuvo acompañado de dos pesos pesados del partido como son el coordinador regional, Antonio Maíllo y el candidato a la presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, fue una condensación de todo lo que ha intentado proyectar la federación de izquierdas durante las últimas semanas, una defensa de lo público y una puesta de largo de un discurso que se basa fundamentalmente en recuperar -palabra clave de su campaña- los viejos logros del pasado que "han sido destruidos" por la actual corporación municipal. "Hemos cometido errores", dijo el coordinador provincial, y "la prueba de ello es que tenemos cuatro concejales, pero nunca hemos metido la mano en la caja".

El alcaldable estuvo en la línea de las últimas semanas y recordó algunos de los pilares básicos de su proyecto como la participación ciudadana y la recuperación de los barrios -dejó claro en más de una ocasión que viene de la Fuentensa-, pero, sobre todo, volvió a incidir en la idea de que su objetivo principal es arrebatar la gobernabilidad al actual regidor y que su modelo es el único solvente y viable frente al de los populares, una especie de llamamiento al voto útil para los que como él, creen que la actual corporación municipal es la espada de Damocles de las empresas públicas y de los barrios de clase media. A pesar de que durante las últimas semanas se ha mostrado proclive a formar pactos de Gobierno con las demás formaciones de izquierdas, García se mostró bastante crítico -quizás más de lo habitual- con la formación socialista, de la que recordó su pasado privatizador con Felipe González a la cabeza y a la que le echó en cara la reciente ruptura del pacto de Gobierno en Andalucía, una decisión que según subrayó está fundamentada en la falta de compromiso del PSOE con proyectos de izquierdas.

Maíllo estuvo mucho más beligerante, alzó el tono en más de una ocasión e incluso llegó a levantar de sus asientos a las personas que llenaron la plaza (unas 300). Su proclama se basó fundamentalmente en vincular a Nieto con la marca nacional del PP, algo que precisamente ha intentado evitar el regidor durante las últimas semanas . El coordinador regional sabe que a través de esta estrategia podría restar votos a los populares y afirmó que "el partido de Nieto es el mismo partido que el de los sobres en la calle Génova".

Fue el acto central de la campaña de IU y, como tal, no podía faltar Garzón, una figura de vital importancia en el partido que ha ascendido de forma meteórica dentro de la organización y cuya misión principal pasa por taponar la sangría de votos que podría ocasionarle Podemos y ofrecer un rostro joven y renovador a una formación venida a menos en los últimos años. El candidato a la presidencia del Gobierno, quizás pensando ya en las elecciones generales, fue más a lo suyo, habló en un tono menos localista, más pedagógico y reflexivo y metió al PP y PSOE en el mismo saco. Frente al bipartidimo, "que ha mermado los derechos sociales, la unidad popular es el camino para nuevo orden social", apuntó Garzón, quien, con el puño en alto, se despidió de sus camaradas deseándoles "salud y república".