La pica en flandes

Francisco Javier Domínguez

Y el tren paró

ME quedo con la explosión efímera de júbilo que inundó el andén de la Vía 4 de la Estación de Villanueva de Córdoba cuando el Altaria quedó detenido en un momento que ya es historia para una tierra que lleva apartada de la vanguardia de las comunicaciones desde que Carlos III decidió llevar las rutas de Madrid al Sur por Despeñaperros. Atrás quedaron años de reivindicaciones, de luchas políticas, de utilizaciones maniqueas de la demanda de una tierra que ha estado viendo pasar un símbolo del progreso por sus entrañas sin que el progreso parara. Me quedo con la explosión efímera de júbilo popular sencillo porque es el pueblo el que ha luchado y el que ha vencido y, después de más de 20 años de demandas, quizá ahora no sea momento de recordar la causa por la que se ha tardado tanto en hacer realidad una parada.

Hoy me quedo con la alegría, con la emoción, con la esperanza. Con esa imagen a lo Bienvenido Mr. Marshall que, en este caso, consigue hacerse realidad. Mañana será momento de pedir más paradas. Pero por ahora se ha conseguido cerrar en justicia la honda cicatriz que abrió en dos el encinar sin que los vecinos recibieran nada a cambio. Ahora, concienciarse de la cercanía entre Los Pedroches y la capital de España es vital para que se pueda aprovechar esta novedosa coyuntura.

Las administraciones, la clase política, de quienes no me quiero acordar hoy porque hoy es el día del pueblo, han hecho ya su parte. Han cumplido. Ahora les toca a los vecinos de esta comarca, a sus empresarios, a sus alcaldes, a su tejido social, acompañar las posibilidades del tren con contenidos para que la gente no pase de largo. Quienes de verdad tienen que parar en Los Pedroches no son los trenes, sino todos aquellos que se sientan atraídos por una tierra de recia belleza y que debe despertar de su letargo al son de las voces en conserva que anuncian "Tren con destino Madrid".

Es cierto que será vital que, de forma progresiva, vaya incrementándose la variedad horaria de la parada, pero después de ver cómo está montada la estación y su funcionamiento creo que será viable a poco que los vecinos de la comarca usen el tren y haya un número de recepción de pasajeros más o menos constante. Y es que la parada no puede ser más sencilla. Una máquina vende los billetes y un guardia vela por la seguridad. Visto este despliegue, uno no entiende cómo se ha tardado tanto en ofrecer esta gran posibilidad de desarrollo para la zona. Pero como decía al principio, hoy no es día de polémico sino de júbilo popular, de enorme júbilo, porque el AVE ya para en Los Pedroches.

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