Estás empezando a controlar tus impulsos y a tener cuidado a la hora de ser sincero. Ir con la verdad por delante es una virtud que se agradece, pero tu empatía y el tacto que estás teniendo en cada situación hace que las personas confíen en ti y busquen tu apoyo cuando lo necesitan.
Esto también es bueno para ti, porque lo que pase a tu alrededor dejará de afectarte tanto y te evitarás esos momentos de frustración y angustia que te causan ciertas situaciones.
Un consejo: no cambies nunca el decir lo que piensas.