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El programa 'Cuarto Milenio' revela el secreto mejor guardado de la Mezquita-Catedral de Córdoba

La Mezquita-Catedral de Córdoba fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1984

La Mezquita-Catedral de Córdoba fue declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1984 / Web Mezquita-Catedral de Córdoba

La sección El alma de las ciudades, que llevan a cabo el periodista Javier Sierra y escritor y Presidente de la Sociedad Española de Parapsicología Enrique de Vicente se adentraba recientemente en la Mezquita-Catedral de Córdoba. 

Una de las singularidades que más llamaba la atención de ambos expertos en que es la única mezquita del mundo que no está orientada hacia La Meca, sino hacia el sur. 

"Una de las teorías señala que como Abderramán I y los suyos venían de Siria, de Damasco..., donde La Meca queda al sur, pues por eso orientaron la Mezquita de Córdoba hacia el sur y no al sureste que es donde está La Meca", señalaba Sierra.

Otros han prolongado la línea de orientación hacia el desierto del Sáhara. Un misterioso punto perdido del Desierto del Sáhara. 

"Una tercera vía es que Abderramán I hubiera aprovechado las estructuras previas del templo romano dedicado al dios Jano o la Basílica de San Vicente, que se descubrió hace unas décadas", añadía.

De hecho, "Alhaken II no se atrevió a reorientar la Mezquita sino a embellecerla y no sabemos muy bien por qué. Y es el gran misterio del lugar, porque los muertos de confesión islámica cuyos restos reposan allí, sí están orientados a La Meca". 

Sin salir de este halo de misterios, el periodista recalcó: "Decía Borges que las columnas de la Mezquita tienen algo mágico, algo que el llama el 'zahir'. El zahir eran las vetas de las columnas, que atraen al visitante y lo dejan atrapado en un lapsus de memoria. Y algo de eso hay porque una vez dentro de ese bosque de columnas solo tienes ojos para es bosque domesticado".  

Igualmente, puntualizaba: "Hay exactamente 808 columnas (80 menos que en sus orígenes) y el 8-8-8 es un número místico y no hay ninguna igual a otra, ya que muchas de ellas proceden de material de derribo de templos antiguos". 

Enrique de Vicente, por su parte, explicó que "el símbolo de Al Ándalus en El Magreb es el octógono. La Estrella de Lakshmi", y la Mezquita-Catedral de Córdoba contiene lápidas e inscripciones de todas las épocas". 

De hecho, y en palabras de Sierra, "a Fernando III le impresiona tanto la Mezquita que no la derribó sino que la mantuvo. Allí están enterrados literatos como el Inca Garcilaso o Luis de Góngora". 

Y es que misterios y zona llamativas no faltan en nuestro monumentos más famoso: "El ángulo suroeste, donde está El Sagrario, es un lugar adaptado en el Renacimiento con una serie de frescos, de pintura mural, que son los más importantes de Andalucía. Justo ahí hay una pintura de Cesare Arbasia, que es una Última Cena y es bastante misteriosa porque contiene un elemento que sólo lo hemos visto en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León. Se trata de ese copero que acerca el Santo Grial a Jesús. Por alguna anomalía artística este descendiente intelectual de Leonardo Da Vinci lo incluye. Hay muchas coincidencias y conexiones entre este mural y La Última Cena de Leonardo Da Vinci". 

El precursor del ala delta

No obstante, los hallazgos no terminan aquí. Según el periodista "en el siglo IX un vecino de Ronda eligió la Mezquita para hacer una prueba de vuelo. Es decir, el primer hombre que intentó volar lo hizo sobre la Mezquita. Fue Abbás Ibn Firnás, científico, humanista y precursor de la aeronáutica. Se subió al minarete de la Mezquita y desde allí se lanzó con una estructura que él mismo había construido. Fue el inventor del paracaídas". 

Pero esto no acaba aquí: "Años más tarde se fue a la zona donde actualmente está el Parador de Córdoba y con un traje hecho de seda y varillas -un prototipo del ala delta- y mantuvo el vuelo durante 12 o 13 minutos para acabar aterrizando y partiéndose una pierna. Y descubrió que aquella estructura le faltaba cola". 

A día de hoy hay un homenaje a Abbás Ibn Firnás en forma de puente. El centro parece un cuerpo humano con alas a ambos lados. Cruza el río Guadalquivir como parte del tramo sur de la Variante Oeste de Córdoba, que une la A-4 y la A-45 con la N-437 (carretera del Aeropuerto).

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