Así es la neotaberna "con tapeo barato, pero 'chic'" que acaba de abrir en el centro de Córdoba

La Ruina de la Colegiata apuesta por una carta en que no faltan los clásicos de un buen picoteo

El restaurante de Córdoba con alma vasca y vistas de ensueño, que es un 'templo' del bacalao

Ensaladilla / Saborearte

La Ruina de la Colegiata es, sin duda, una de las novedades de la temporada en el panorama gastronómico cordobés. Ubicada en el centro de la capital (Menéndez Pelayo, 1), abría sus puertas hace poco, pero ya se ha convertido en un lugar de referencia en el noble arte del tapeo.

Se autodefine como "neotaberna", pero ante todo es "un lugar donde beber disfrutando de la comida como nunca". Y algunos de los 'foodies' más avezados de la ciudad se han dejado seducir ya por su oferta gastronómica. Un buen ejemplo son Victoria Gómez y Antonio Jurado, creadores del perfil Saborearte y que disfrutaron ¡y mucho! de este rinconcito "con tapeo barato, pero chic".

En la sección de entrantes no faltan unas buenas gildas, chicharrón y mojama de Cádiz o tacos de salchichón de bellota. Y si ya hay ganas de cocina local, siempre se puede probar su ensaladilla, las croquetas de jamón, el salmorejo, flamenquín, carrillada ibérica al vino tinto, churrasco o las berenjenas fritas con miel y queso de cabra.

¡Ojo a sus bravas, que maridan a la perfección con una cerveza bien fría!

Otra opción para disfrutar de un bocado rápido y universalmente satisfactorio es cualquiera de sus montaditos. Sin duda, el más popular es el Pimpi, a base de lomo, bacon, tomate, queso y alioli), aunque tampoco desmerece el serranito o el buena muerte (de solomillo al whisky).

Tampoco se han olvidado de un final dulce, con la infalible tarta de la abuela y una tarta de queso.

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