Todo lo que 'esconde' y debes probar en la nueva taberna gastronómica del centro de Córdoba

El curso 'gastro' en Córdoba arranca con una de las aperturas más apetecibles de la temporada: El Escondite de San Nicolás (San Felipe, 13). Con Sergio Mahedero en sala y Rafael Conde al frente de la cocina, este acogedor establecimiento es la réplica en el centro de la ciudad de su homólogo en Ollerías (Ollerías, 48). Al igual que su 'hermano mayor' cuenta con una agradable terraza.

Su cocina será non stop de mediodía a cierre. Igualmente, mantendrán su exitosa apuesta por el formato tapa, tanto en barra como en mesa. Además, cuenta con una interesante selección de vinos con el practicar el noble arte del copeo. No es necesario reservar, pero sí aconsejable (611 85 61 99).

En su día a día tradición y creatividad se fusionan en una experiencia culinaria singular. Su carta replica algunos de los platos más representativos de la cocina española y cordobesa, pero con una sorprendente, y muy acertada, vuelta de tuerca.

¡Ojo porque sus entrantes resultan realmente adictivos! Especialmente las gildas de anchoas con cecina de León y la anchoa de Santoña con mantequilla de Calaveruela sobre hojaldre invertido. También merece la pena probar la ensaladilla de langostinos al ajillo, alioli liger, huevos de corral y perlas de caballa ahumada.

Debería ser obligatorio pedir sus croquetas. Concretamente, el surtido (de jamón ibérico con velo de papada, gambas y kimchi y huevo frito). Aunque las patatas bravas y los torreznos caseros suman muchos enteros.

Los platos principales hacen concesiones a la vanguardia sin perder un ápice de cohererencia. Sirvan como ejemplos los donnuts de tortilla de patatas con jugo de rabo de toro y queso; y el steak tartar hot dog con yema de huevo curada.

Aunque los menos arriesgados se sentirán más cómodos saboreando sus pescados, piezas de carne a la brasa o arroces, hechos con mucho mimo.

¡Eso sí! a la hora del postre deshazte de las ideas preconcebidas y da buena cuenta de cualquiera de sus tartas. La de queso payoyo con avellanas caramelizadas te dejará con la boca abierta y... ¡con ganas de más!