Los dulces cordobeses que están entre los platos de Navidad más típicos de España son...

Como postre o merienda, bañados en miel o en azúcar, los pestiños seducen a los más golosos generación tras generación

Churros con chocolate en Córdoba: los bares y cafeterías que todo cordobés recomienda

Pestiños de Taberna Chico Medina / Redes Javier Medina

Entrantes, platos y postres que reúnen a amigos y familia en torno a una mesa ¿Cuáles son tus imprescindibles en Navidad? Del jamón iberico al marisco, o del capón a la escudella, España se llena en estas fechas de elaboraciones que son mucho más que comida. Se trata de recetas que pasan de generación, de sabores inolvidables y de recuerdos de una vida.

La revista Traveller las ha recopilado en un suculento reportaje protagonizado por "todas aquellas recetas que pertenecen a nuestras abuelas y abuelos y a sus antepasados, que no debemos perder por más modernidad que nos queramos echar encima. Este es un homenaje a algunas de ellas, a esos cocidos y pestiños que nos han hecho una infancia más hogareña y calurosa".

La conocida revista apunta a Córdoba como uno de los lugares donde bordan los pestiños ¡Con azúcar, eso sí! ¿Se te antoja hacerlos hoy mismo? Pues toma nota de la receta de Javier Medina, el chef de Taberna Chico Medina, establecimiento famoso en la ciudad no sólo por sus arroces, sino también por sus pestiños.

Debemos hacernos con dos kilos de harina, medio litro de vino blanco, un litro de aceite de oliva virgen extra suave (las variedades más recomendadas son arbequina y hojiblanca), un puñado de matalauva, cáscara de limón, cuatro huevos, azúcar y canela.

El primer paso en la elaboración es determinante, pues hemos de freír la matalauva y un trozo de cáscara de limón en el AOVE. Seguidamente, lo colamos y reservamos.

Ahora es el turno de hacer un volcán con la harina, dejando un hueco en el centro. En él depositaremos el aceite lentamente para que no se salga.

Igualmente, hay que tener cuidado para incorporar, muy poco a poco, los 500 ml de vino blanco. Mezclamos bien la mezcla del interior del volcán.

Poquito a poco dejamos caer el equivalente a 6 cucharadas de harina de los laterales del volcán.

Posteriormente, incorporamos los huevos al hueco central para que den homogeneidad a la mezcla. Batimos.

Con las manos bien limpias y un poco de mañana, añadimos la harina restante al interior con una, mientas que con la otra mantenemos la estructura harinera restante.

El truco está en lograr incorporarla toda al mix de ingredientes evitando que la parte más líquida se salga.

El momento definitivo

¿El objetivo principal? Conseguir una masa homogénea con todos los ingredientes perfectamente integrados.

Ahora llega el momento más divertido, el de bolear la masa. La estiramos y replegamos sobre sí misma todas las veces que haga falta para conseguir una gran bola.

Si tenemos alguien que nos ayude en la cocina, lo ideal es que mientras vaya preparando en un bol o bandeja una mezcla a base de azúcar y canela.

Y una vez que hemos llegado hasta aquí, la creación de cada una de las unidades de pestiño pondrá a prueba nuestra paciencia y habilidad.

Cortamos bolitas del tamaño de una nuez, la estiramos sobre una superficie limpia y lisa y hacemos a mano la forma de lazada típica del pestiño.

¡Ya queda poco! Tomamos el AOVE perfumado que habíamos reservado y lo ponemos a calentar a temperatura media (180º) y vamos echando los pestiños. Cuando estén doraditos los sacamos y ponemos en un colador para eliminar el aceite sobrante o en su defecto los servimos sobre un plato o bandeja donde previamente habremos puesto un papel absorbente. ¡Ojo! Hay que cambiar el papel con cada una de las tandas de fritura de pestiños.

Y...¡El toque final! emborrizamos cada pieza por la bandeja de canela molida y azúcar que habíamos preparado previamente.

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