Cinco bares de Córdoba donde comerte un buen bocata

Montaditos o molletes con rellenos de la más variada índole se convierten en un delicioso bocado

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Mollete de Los Chopos
Mollete de Los Chopos / Juan Ayala

Son pocos quienes se resisten a un buen bocadillo. Pan calentito y crujiente y relleno de la más variada índole. Y en Córdoba hay varios bares que se han hecho populares por los suyos.

Quienes pasen por la zona de El Vial deberían hacer un alto sí o sí para probar los montaditos de pringá de Misa de Doce (Avda. Al-Nasir, 23) El sitio se presta a disfrutar tanto de un picoteo como -si te animas- de platos de mayor enjundia, como su bacalao frito; las patatas bravas, que son de las mejores de la ciudad, el tartar de salchichón, carrillada ibérica thai o las alcachofas confitadas con jamón ibérico, foie y cebolla caramelizad, entre otros.

Una de las más frecuentadas de la ciudad es La Bendita Locura (Plaza del Cardenal Toledo, 2), que no sólo se define como taberna cofrade sino como taberna con arte. Fue fundada en 2016 por tres amigos, de los que hoy quedan al frente Norberto Samblas y Antonio Sánchez (Tato). En los aledaños del local se encuentran hermandades tan señeras como El Cister, Los Dolores, La Paz o Divina Pastora.

Es, sin lugar a dudas, un sito con personalidad propia: "Intentamos hacerle guiños a cosas relacionadas con los pasos de costaleros, como puede ser el Jarrillo donde puedes degustar la cerveza fresquita. El Jarrillo es donde se daba de beber a los costaleros y donde se mantenía muy fresquita el agua", apunta Norberto.

Son, igualmente famosos, sus montaditos de pringá. Pero eso no es todo: "Tenemos tapas y raciones frías típicas de Córdoba y también calientes: carrillada, lomo en salsa, albóndigas con salsa dulce. Por otro lado ofrecemos latas de conserva, montaditos , empanada...". Sin olvidar sus peroles de autor, "una reunión en la cual una o varias personas se encargan de guisar el perol".

En Taberna La Revirá (Claudio Marcelo, 1) esta detrás de la barra Ricardo Mondéjar -más conocido como Richar entre sus incondicionales-, hermano de La Paz y costalero. En este recoleto local alberga más de un centenera de marcos con fotografías de cristos y vírgenes, nazarenos, costaleros y capataces.más de un centenera de marcos con fotografías Además, hay un cuadro que preside el estandarte de la Hermandad Matriz del Rocío. Tampoco faltan estampitas de todas las hermandades que procesionan en Córdoba, una colección que sus clientes más fieles se preocupan de aumentar.

Su carta se actualiza cada día en el par de pizarras que cuelgan de sus paredes. Es un pecado irse de allí sin probar sus molletes de lomo en salsa, pringá, carne con tomate, salmón con queso, melva, zurrapa o panceta salá. También sirven puntas de solomillo al PX, rabo de toro, codillo, bacalao con pisto, carne de venao o queso en aceite.

Nadie puede decir que conozco de verdad Córdoba sin haber comido un bocadillo en el mítico Bocadi (Conde de Cárdenas, 7). Más de 70 elaboraciones diferentes a precio populares lo han convertido en un símbolo gastronómico, turístico y cultural de la ciudad.

A medio camino entre la Plaza de las Tendillas y el Templo Romano de Córdoba, este establecimiento busca su origen más remoto en el año 1947 cuando Rafael Sánchez de la Haba desde la taberna San Zoilo empezó a vender los llamados caballitos de mar.

Más de 60 años, pues, haciendo las delicias de sus clientes a base de bocadillos, raciones, tortillas, revueltos, ensaladas y platos combinados. Una variedad casi infinita pero que tiene sus best seller sin duda. En el apartado de bocadillos los más populares son cualquiera de los que tienen la tortilla como base, el de panceta con pimientos, el serranito, el de caballa con tomate y el de flamenquín.

No obstante, la comanda se puede completar con algún plato de salmorejo, pescaíto frito, embutidos o queso. O bien con su famoso revuelto de bacalao o tortilla de espárragos y jamón. Resultan igualmente deliciosos su cogollitos al ajillo o cualquiera de sus más de 20 platos combinados diferentes.

Los molletes de Los Chopos son una auténtica institución. Este negocio familiar ubicado en María La Judía, 16, cuenta con un total de 37 molletes con los rellenos más variopintos, que van desde los más clásicos a algunos que incluyen fruta. Los hay compuestos, simples y personalizados al gusto del cliente. Perfectos como parte de un desayuno contundente o para abrir boca antes de comer. Además, sus creadores los han bautizado con nombres de algunos de cordobeses más famosos en aras de rendir su particular homenaje a la ciudad.

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