Hostelería

Abre un nuevo bar cofrade en Córdoba: La Revirá

  • Situado en la calle Conde de Cárdenas, junto al mítico Bocadi, recoge la esencia y respira los aromas de la Semana Santa y del Rocío

Ricardo Mondéjar está al frente de La Revirá.

Ricardo Mondéjar está al frente de La Revirá. / Juan Ayala

Córdoba cuenta con un nuevo rincón cofrade en pleno corazón de la ciudad. Taberna La Revirá, situada en la calle Conde de Cárdenas, junto al mítico Bocadi, abrió sus grifos de Cruzcampo el pasado 11 de agosto, mientras gran parte del sector cerraba por vacaciones. 

Dos barriles escoltan su puerta como los leones al Congreso, un puñao de mesas altas y algunos taburetes: así se presenta esta cervecería en la calle. Las tertulias son de pie alrededor del cuadrilátero, y se prolongan a base de "cañitas y tapas" (a gusto de la casa; "próximamente habrá molletes"). El aroma a incienso estalla leve de vez en cuando, llega a ráfagas, y acompañan de fondo, sin hacer ruido, un infinito de marchas procesionales -o flamenquito, según el momento-, que permiten mantener la conversación sin gritar.

Por dentro es un museo cofrade aún por terminar. Más de 160 marcos con fotografías de cristos y vírgenes, nazarenos, costaleros y capataces, adornan las paredes. También hay sitio para un cuadro que preside el estandarte de la Hermandad Matriz del Rocío y, cómo no, para las estampitas de todas las hermandades que procesionan en Córdoba. Los pocos huecos que quedan por tapar se cotizan caros, aunque son varios los clientes que empiezan a hacer llegar sus imágenes para convertir La Revirá en su capilla.

Detrás de la barra está Ricardo Mondéjar -más conocido como Richar entre sus parroquianos-, hermano de La Paz y costalero, tabernero cordobés y emprendedor de esta aventura en la que tiene cabida "todo tipo de gente, no solo los cofrades", quiere resaltar. 

La inauguración de este bar, prevista para inicios de junio, se tuvo que posponer durante dos meses sufriendo los efectos de la inflación y de la escasez de materiales para finalizar la obra del local a tiempo. "Abrir en agosto es complicado porque está todo el mundo de vacaciones y hace mucho calor", cuenta Ricardo, sin embargo, "los buenos precios", la ubicación y convertirse en refugio de la soledad veraniega de Córdoba le ha servido para firmar a sus primeros clientes.

"La calle tiene mucho trasiego de personas y mucho potencial en Semana Santa y Cuaresma", señala el dueño. De momento, son dos hermandades las que pasan durante su recorrido la puerta de este bar, El Perdón y El Santo Sepulcro, aunque es probable que se sumen más, y Ricardo no descarta hacerles algún tipo de ofrenda.

A medida que se va acercando septiembre se aprecia más movimiento. "Está teniendo muy buena aceptación, gracias a Dios", añade Mondéjar, ilusionado y contenido. Montar un bar cofrade en agosto no es fácil. Cada día, a la hora del Ángelus, La Revirá abre sus puertas. 

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