novillada nocturna en la maestranza

Pablo Páez, único trofeo, y Parrita, herido menos grave

  • Curro Jurado, que lidió dos astados por cogida a Cristóbal Ramos 'Parrita', Carlos Enrique Carmona y Jesús García, sendas vueltas

  • Manuel Martín, silenciado

Pablo Páez, en un natural al quinto eral, al que cortó una oreja.

Pablo Páez, en un natural al quinto eral, al que cortó una oreja. / reportaje gráfico: juan carlños muñoz

El espectáculo comenzó de manera agria. En el segundo novillo, en el tercio de quites, entró el murciano Cristóbal Ramos Parrita, lanceando de frente por detrás e intercalando gaoneras. El joven torero al que apodera Antonio Mondéjar fue herido de manera certera en la zona inguinal. Las asistencias lo llevaron de inmediato a la enfermería, de donde ya no saldría.

Con erales de Carlos Núñez, de desigual presentación y juego, el único espada que consiguió un trofeo fue Pablo Páez, nacido en Ronda, de la Escuela de Sevilla, ciudad donde reside, quien se mostró solvente ante el quinto, un eral que cuando le exigía perdía las manos, pero que ofreció la oportunidad para que Páez demostrara su buena disposición tanto en una larga cambiada de rodillas a portagayola, como en otra más y dibujara un ramillete de bellas verónicas, rematadas con una preciosa media. El torero evidenció gusto en muletazos por ambos pitones. Mató de estocada y cobró el citado premio.

Se lidió una novillada de Carlos Núñez, desigual en presentación y juego

Esta segunda nocturna de promoción se inició con el nazareno Curro Jurado, quien ante el manejable primero, mugidor, realizó un trasteo correcto y algo frío que no caló en el público para ser silenciado. Al tercero, con poco brío, que lidió por el herido Parrita, lo recibió con una larga cambiada de rodillas en los tercios y consiguió los mejores pasajes con la diestra y en un epílogo en el que puso en liza el cartuchito de pescao; rematando de estocada para dar una vuelta al ruedo tras petición.

El madrileño Carlos Enrique Carmona, hijo del matador de toros Lázaro Carmona, mostró actitud al recibir a portagayola al segundo, que se paró, aguantando el novillero lo suyo. El astado, que había herido a Parrita, manseó y fue complicado y Carmona, con firmeza, planteó una faena muy seria y solvente que brindó a su padre. Fue cogido en el epílogo y tras estocada falló con los aceros por lo que el balance quedó en una vuelta al ruedo.

El salmantino Manuel Martín se las vio con un ejemplar, el cuarto, mugidor, que soltaba la cara y se defendía. Un duro hueso de roer para un aspirante que se entregó con pundonor.

El madrileño Jesús García, de la Escuela Fundación El Juli cerró plaza con un astado bien presentado. El novillero brilló a la verónica y en el remate de una media. Prendió banderillas con seguridad y acierto, destacando en un tercer par de dentro afuera. Y con la muleta supo sacar partido del ejemplar de Núñez, que punteaba, cerrando la faena con unas manoletinas y matando de estocada. Dio una merecida vuelta al ruedo tras petición de oreja que no atendió el presidente.

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