Torero revelación

Borja Jiménez, de vuelta a la Maestranza

Borja Jiménez, en las orillas del Guadalquivir

Borja Jiménez, en las orillas del Guadalquivir / Toromedia

La inquebrantable fe en sí mismo, el espíritu de sacrificio, alguna decisión providencial y el desarrollo creciente de la temporada 2023 pusieron en bandeja el triunfo resonante de la Feria de Otoño. Borja cambió la moneda gracias a tres toros de Victorino que le espolearon al circuito de las ferias y le convirtieron en el último y gran suceso de la temporada. Algunos meses antes había toreado en Sevilla encajado en ese sexteto de la oportunidad. Era casi un clavo ardiendo. En Madrid iba a cambiar todo…

Y ha cambiado tanto que el diestro de Espartinas es uno de los toreros base del abono 2023. Este mismo miércoles afronta el primero de los tres compromisos firmados en la temporada sevillana anunciándose con los toros de El Parralejo –una ganadería de excelente hoja de servicios en la plaza de la Maestranza- junto a los matadores de toros Miguel Ángel Perera y Paco Ureña. La segunda tarde en la feria, con los toros de Victorino Martín, brinda uno de los carteles más celebrados con el aficionado. Borja Jiménez alternará con Manuel Escribano y Roca Rey para lidiar esa divisa talismán que, según ha declarado él mismo, quiere seguir matando en los grandes escenarios. Pero el joven matador aún tiene que afrontar un tercer compromiso, allá por San Miguel, para lidiar el segundo encierro de Garcigrande en compañía de José María Manzanares y Roca Rey.

La segunda tarde en la feria, de nuevo con los 'victorinos', brinda uno de los carteles más celebrados por el aficionado

En cualquier caso, este retorno a la plaza de la Maestranza implica muchas connotaciones y encierra una gran responsabilidad. Son muchas las expectativas creadas… “Sevilla es donde se vive el toreo y donde todos los toreros queremos anunciarnos; queremos estar pisando el albero de Sevilla porque se vive el toreo con categoría” señala el diestro de Espartinas dibujando la propia atmósfera del coso sevillano: “tiene unos silencios y unos oles diferentes al resto de las plazas; es una de las plazas más bonitas para poder expresarte como torero”.

Borja confiesa vivir estas vísperas “con mucha ilusión y muchos nervios”. Es el momento de echar la vista atrás, de descorrer el cerrojo de la memoria... “Recuerdo perfectamente el primer día que pisé la plaza; vine a ver una corrida de toros con esos nervios de la primera vez. A raíz de esa tarde empecé a querer ser torero”. Ya han pasado los años, toda una forja ligada a la casa Espartaco, hasta llegar a esta nueva etapa afrontada de la mano de Julián Guerra. La simbiosis, a la vista está, ha funcionado. “Vengo con la intención de que me vean torear bien, es una de las plazas idóneas para ello. Tengo en mente la Puerta del Príncipe; Dios quiera que la pueda abrir este año”, puntaliza Borja.

Pero el matador también analiza la calidad y la cantidad de sus contratos en Sevilla. “Mi presencia en la feria es muy importante, estar tres tardes anunciado en el abono de la Maestranza no es fácil y dan mucha categoría; no sé lo que merezco pero sí he tenido un trato muy bueno en Sevilla” señala Borja recordando los principales acontecimientos que jalonaron la temporada 2023. “El pasado año se hicieron cosas muy importantes, sobre todo en Madrid y gracias a eso estoy colocado como estoy en Sevilla; un toro, en una sola tarde, puede cambiar tu vida profesional y te puede colocar en el escaparate de todas las ferias”, reflexiona el matador antes de recordar una hermosa anécdota personal. “ El primer toro de Victorino en Madrid se llamaba ‘Paquecreas’. Así ha sido mi carrera: creer en mí mismo en los años complicados; gracias a ese toro y a los otros dos estoy aquí hoy”, reflexiona.

“Intento evolucionar todos los días, tener un concepto más afianzado, más cuajado y cuando me vean en la Maestranza sólo deseo que me vean cuajar los toros como gusta aquí ver torear” argumenta el diestro de Espartinas evocando una faena casi secreta antes de que su nombre se disparara. “Fue un toro de Fuente Ymbro que toreé en Cantillana a principios de año, es el mejor que toreé el año pasado”. Después llegarían otras tardes clave como la de Pamplona que, según su propia confesión, le otorgó “la confianza de creer en mí mismo, de que podía conseguir cosas importantes en el toreo”. Los tres victorinos de Otoño acabarían por allanar el camino.

Ese cartel, el de Victorino Martín, es el verdadero vértice de su presencia en la Feria de Abril. “Me motiva muchísimo; estar al lado de dos figuras del toreo como Manuel Escribano y Roca Rey conforma un cartel muy interesante para los aficionados y para el gran público. Tiene muchos alicientes y tengo especial ilusión” explica el torero pidiendo a los aficionados “que vengan con mucha ilusión, con ganas de ver torear y dejarse llevar por la tarde”.

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