La oruga procesionaria del pino, conocida como “Thaumetopoea pityocampa”, es un insecto muy pequeño y aparentemente inofensivo. Es una de las plagas más importante de los pinares en la zona del mediterráneo, no obstante en la actualidad también se propagan en sierras, cordilleras y otros agentes orográficos. Puede darse también en el sector urbano.

Cuando llega mayo este tipo de especie comienza a volar. Se convierten en un tipo de mariposa nocturna que todos hemos visto alguna vez, pero en su fase de oruga, es conocida como procesionaria del pino. Es así porque se desplaza en grupo de forma alineada, como si fuese una procesión.

La procesionaria pone sus huevos sobre las ramas de los pinos y cedros, para que sus orugas al nacer se puedan alimentar de las hojas de estos árboles. Normalmente habita en los pinares de Alicante y de toda la provincia, pero también como lugares favoritos el centro de España y el sur del territorio.

Este tipo de insecto puede causar picaduras en todo el cuerpo de las personas y puede ser muy peligrosa para aquellas que sean alérgicas, ya que pueden sufrir un gran ataque de asfixia, llegando incluso a morir. Las procesionarias cuentan con un cuerpo cubierto de largos pelos, estos son peligrosos ya que son urticantes. No es necesario el contacto directo con ellas, cuando se sienten amenazadas lanzan estos pelos al aire, generando irritaciones en la piel de personas y animales.

¿Cómo combatir a la procesionaria?

Romper las bolsas con un palo, para esto hay que tener cuidado, ya que las bolsas de orugas son muy urticantes. Se debe hacer los días más frescos y al atardecer, esto se hace por si alguna ha escapado, no le dará tiempo a rehacer el bolsón y morirá con el frío de la noche.

Para nuestro jardín podemos potenciar la existencia de aves insectívoras. Esto lo podemos hacer con la instalación de cajas de nidos o comederos de aves. Pueden servir como reclamo y refugio para dichas aves.

Otro método para combatir la procesionaria en nuestra zona es con la aplicación de tratamientos químicos. Estos tratamientos pueden ser con maquinaria especializada en fumigación o mediante insecticida ecológico. Se deben hacer durante el principio del otoño, ya que en esta época del año, el insecto se encuentra en una fase en la que puede ser atacado con insecticidas.